Artur Mas e Iñigo Urkullu, durante su reunión en Vitoria en diciembre de 2014
Artur Mas e Iñigo Urkullu, durante su reunión en Vitoria en diciembre de 2014 - EFE

El País Vasco no se mira en Cataluña

El PNV permanece vigilante pero reivindica su «camino» y Urkullu anticipa a los secesionistas un proceso «largo»

BILBAO Actualizado: Guardar
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Insiste el PNV, desde su óptica nacionalista y sus anhelos de soberanismo, en que el País Vasco y Cataluña emprendieron hace décadas caminos diferentes que les han llevado, actualmente, a momentos distintos. El de Cataluña, donde el secesionismo se ha lanzado a tumba abierta a un desafío al resto de España, es obvio. El del País Vasco, menos, por la ambigüedad con la que en ocasiones se mueven en Sabin Etxea. Pero que el PNV reivindique su propia «vía» no signifca que no permanezca muy atento a lo que hacen Artur Mas y compañía. Al contrario: no pierden detalle. Otra cosa es que observen para imitar. En este caso, más bien se puede dar el efecto opuesto.

El lendakari Iñigo Urkullu insistió ayer, en Euskadi Irratia, en que declarar la independencia de un Estado en un mes es imposible

y apuntó al «largo tiempo para el diálogo y la negociación» que considera que se abrió ayer en el Parlamento catalán. «Todavía existe un camino por recorrer», puntualizó el habitualmente cauto Urkullu, quien volvió a enfriar los ánimos del secesionismo de Junts pel Si y CUP al valorar que «las declaraciones, declaraciones son y luego hay que trabajar el día a día».

Aquí recordó que en 2005 los planes soberanistas de quien entonces encabezaba el ejecutivo vasco, Juan José Ibarretxe, se toparon con el portazo del Congreso de los Diputados. «Euskadi también ha hecho declaraciones», aludió a aquel desafío del que se cumple una década. «Hay declaraciones importantes, pero luego está el trabajo del día a día», insistió en la misma idea.

Aviso para navegantes

Siempre más expresivo y expansivo, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, tampoco dejó pasar la ocasión de apuntar que su «camino para Euskadi es distinto» y que disponen de su propia «hoja de ruta», por lo que entiende que lo que suceda en Cataluña no les debería afectar, «ni para bien ni para mal».

No obstante, Ortuzar, que habló durante la presentación del número de una revista editada por la fundación Sabino Arana, hizo en este punto una concesión: «Sí podrá mandarnos un aviso a navegantes la respuesta que tenga desde Madrid el proceso catalán». O lo que es lo mismo: «Cuál es la actitud, la voluntad política o la no voluntad política que habría en Madrid si planteáramos nuestro propio proceso».

Palabras que dejan completamente al descubierto la estrategia del PNV: mantener un perfil relativamente bajo a la espera del resultado de la aventura rupturista de Artur Mas y sus socios. Mientras, Ortuzar pide fraguar «un nuevo estatus» que aúne a las «diferentes sensiblidades políticas». Entendimiento que admite que es lejano, más en el caso del PP que de la izquierda abertzale, aún sin descartar a ninguno. «Tenemos deberes dentro, sin limitarnos a mirar de una manera más o menos implicada la situación de Cataluña o los problemas de Madrid».

«Nadie por encima de la ley»

Desde San Sebastián, el ministro de Sanidad y presidente de los populares vascos, Alfonso Alonso, advertía: «Se va a garantizar el cumplimiento de la ley y se va a proteger la convivencia de los catalanes. Se va a proteger la integridad de la soberanía nacional y la relación entre Cataluña y el resto de España».

«Tienen que saber los catalanes y el conjunto de los ciudadanos españoles que hay un Gobierno que es garantía de que la ley se cumple y de que nadie está por encima ni al margen de la ley. Y que no caben proyectos de ruptura, que además conducen a una situación de angustia a la comunidad catalana. En la que al final no hay Gobierno, no hay gestión, no hay dinero para pagar servicios básicos esenciales, no hay dinero para pagar a las farmacias. Solo hay broncas, solo hay rupturas, solo hay división y solo hay amenaza».

Desde el PSE, opinaba este domingo en su blog su secretaria general, Idoia Mendia, en gran parte para presumir de la labor de contención de su formación: «Seguimos siendo imprescindibles, porque hemos logrado que la agenda política de Euskadi no se deje arrastrar por la locura que unos pocos han instaurado en Cataluña. Y nos cuesta especialmente entender que quienes han gestionado el poder en una comodidad desconocida para nosotros en estas décadas borren hasta su propia historia sólo para inventar una nueva, sin importar lo que dejan atrás».

La salida de tono, dentro del carrusel de declaraciones de ayer, se la ganó a pulso quien más cabía esperar, Sabino Cuadra, cabeza de lista de Bildu al Congreso por Navarra, quien una vez más utilizó la expresión «cárcel de pueblos» para referirse a la Constitución -uno de cuyos ejemplares rompió en la Cámara Baja- y el Estado españoles. «Tanto en Euskal Herria como en Cataluña esto no da más de sí», proclamó durante un acto en Bilbao.

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