La OTAN advierte de que Rusia moderniza ya sus fuerzas nucleares

La Alianza Atlántica entra en la Segunda Guerra Fría al definir a Putin como «la más importante y directa amenaza para los Aliados y la paz», según expone su nueva 'hoja de ruta'. «Tenemos la responsabilidad de ayudar a los países atacados por Moscú», subraya Stoltenberg

Sánchez forzó el control de Indra con vistas a la cumbre de la OTAN

La cumbre de la OTAN, en directo

El presdiente de los Estados Unidos, Joe Biden, charla con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la cumbre de la Alianza Atlántica en Madrid Reuters / Vídeo: La OTAN cambia su concepto estratégico: Rusia es una «amenaza» y China un «desafío» - ATLAS
Esteban Villarejo

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La OTAN renace en Madrid y lo hace para v olver a enfrentarse a su clásica amenaza, la que fuera su razón de ser entre 1949 y 1989: Moscú , cuyo actual y sovietizado líder, Vladímir Putin (exespía de la KGB), «busca establecer esferas de influencia y control directo a través de la coerción, la subversión, la agresión y la anexión».

Con esta reflexión, la misma Alianza Atlántica que en 2010 veía a Rusia como un «socio» ahora la define en su nuevo Concepto Estratégico como «la más simportante y directa amenaza para la seguridad de los Aliados y la paz y estabilidad de la zona Euro-Atlántica».

La nueva hoja de ruta que aprobaron ayer los 30 líderes de la OTAN reunidos en Ifema advierte de que Rusia «utiliza medios convencionales, cibernéticos e híbridos contra nosotros y nuestros socios».

Sistemas disruptivos

Y, como si de repente volviéramos al blanco y negro de la Guerra Fría, alerta: «La Federación Rusa está modernizando sus fuerzas nucleares y ampliando su novedoso y disruptivo sistema de doble capacidad de lanzamiento, mientras emplea indicadores nucleares coercitiv os».

Es decir, la OTAN alerta a los aliados de que Rusia dispone de sofisticadas armas nucleares y plataformas de lanzamiento de misiles que pueden usarse con cabezas nucleares o con explosivos convencionales. Que puede cambiar de una guerra convencional a una nuclear con agilidad . Tras la orden del líder .

La Alianza pone el foco también en el carácter geográfico de la amenaza rusa, que ya no se circunscribe al mero espacio de influencia de la URSS o a sus fronteras. «Tiene como objetivo desestabilizar los países de nuestro este y sur. En el Ártico, su capacidad para socavar la libre navegación a través del Atlántico Norte es una estrategia y desafío a la Alianza. La acumulación militar de Moscú, incluso en el mar Báltico, el Negro y el Mediterráneo, junto con su integración militar con Bielorrusia, desafían nuestra seguridad e intereses».

Ante la amenaza rusa, la OTAN ha decidido «reforzar significativamente la disuasión y la defensa para todos los Aliados, mejorar nuestra resiliencia contra la coerción rusa y apoyar a nuestros socios para contrarrestar la injerencia maligna y la agresión. A la luz de sus políticas y acciones hostiles, no podemos considerar a la Federación Rusa como nuestro socio ».

Documento de 49 puntos

La hoja de ruta aprobada ayer por la OTAN es un documento que consta de 49 puntos en 16 páginas. Se divide en cinco secciones: prefacio; objetivo y principios; entorno estratégico; misiones clave de la OTAN; y tres medidas para asegurar el éxito sostenido de la Alianza. Obviamente, la invasión rusa de Ucrania lo cambió todo y obligó a cambiar el rumbo de una Cumbre de Madrid que estaba preparada para reiventar la OTAN -tras el fiasco de 20 años en Afganistán- hacia otros objetivos y amenazas más genéricas y con el desafío de China en el horizonte.

«Putin, no ganarás» , exclamó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , al arrancar ayer el Foro OTAN, un encuentro de ‘think tanks’ paralelo a la cumbre de líderes. Todo un aldabonazo antes del comienzo del Consejo del Atlántico Norte.

«Nos reunimos en medio de la crisis de seguridad más seria que hemos tenido desde la Segunda Guerra Mundial», expuso por su parte el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en su primera rueda de prensa.

¿Y los EE.UU. de Biden? «Por tierra, aire y mar» aumentará su huella militar en la vieja-nueva Europa. Lo hará en un momento en que todos los gurús geoestrategas auguraban que la zona de Asia-Pacífico era su única área de interés. Sin embargo, Washington vuelve con fuerza a Europa tras la Cumbre de Madrid.

La Casa Blanca detalló ayer que además de los dos destructores adicionales que se sumarán a los cuatro ya basados en Rota (Cádiz), emplazará otros dos escuadrones de cazas F-35 en el Reino Unido , establecerá un cuartel general del Ejército en Polonia, mejorará su defensa aérea en Italia y Alemania, sus despliegues rotatorios en los países bálticos y su despliegue terrestre en Rumanía.

«Estamos enviando un mensaje inequívoco: que la OTAN es fuerte, está unida y los pasos que estamos tomando durante esta cumbre aumentarán aún más nuestra fuerza colectiva», dijo Biden, quien reconoció que el cambio de guion lo provocó la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero. Hay que recordar que la OTAN elevará su fuerza de respuesta rápida de los actuales 30.000-40.000 militares a 300.000. Una estructura, sobre todo formada por tropas locales de los países, que Stoltenberg espera tener lista el año próximo.

Zelenski pide más ayuda

Precisamente, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, fue ayer el protagonista invitado de la cumbre al dirigirse a los 30 líderes de la OTAN por videollamada . «El año que viene la situación podrá ser peor. No solo para Ucrania sino también para otros países, posiblemente miembros de la OTAN, si son atacados por Rusia», dijo Zelenski, que puso el ejemplo de Lituania, «que Rusia quiere esclavizar». «La cuestión es quién es el siguiente para Rusia después de Ucrania». Zelenski cifró en 5.000 millones de dólares al mes la ayuda necesaria en su país para defenderse de la agresión de Rusia. Además pidió acabar con las «zonas grises» en el flanco oriental. Por su parte, la OTAN se comprometió a un mayor apoyo «a largo plazo».

En este contexto de Segunda Guerra Fría, Stoltenberg subrayó el compromiso aliado para los países de la OTAN que puedan sufrir un ataque por parte de Putin: «Tenemos la responsabilidad de ayudar a los países atacados por Rusia».

De este modo, el artículo 5 de la OTAN de defensa colectiva -un ataque contra un país miembro es considerado contra todos- vuelve a ponerse sobre la mesa para «defender cada pulgada del territorio aliado , preservar la soberanía e integridad territorial de los aliados y prevalecer contra cualquier agresor».

Como en la Primera Guerra Fría, en la OTAN sigue habiendo ‘teléfono rojo’: «Seguimos dispuestos a mantener abiertos los canales de comunicación con Moscú para gestionar y mitigar los riesgos, prevenir la escalada y aumentar la transparencia».

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