Un obstáculo menos para la incipiente relación entre Bildu y los socialistas vascos

Corría diciembre de 2019. Andoni Ortuzar (PNV), Lander Martínez (Podemos), Idoia Mendia (PSE) y Arnaldo Otegi (EH Bildu) brindaban juntos por el nuevo año en lo que parecía una foto navideña más. Sin embargo, la imagen no solo levantó ampollas entre algunos históricos del Partido Socialista , también fue el primer gesto de que algo podría estar cambiando en la relación entre los socialistas y la izquierda abertzale.

Tras la polémica, Mendía salió públicamente a recordar que el hecho de que Sortu y Bildu estuvieran en las instituciones «era una victoria de la democracia» y que su partido seguiría trabajando para que la izquierda abertzale «reconozca que nunca debió matar». Desde ese día los rumores de que un posible tripartito vasco se multiplicaron, pero unas elecciones retrasadas por la pandemia, un inoportuno ataque vandálico de las Juventudes de Sortu al portal de Idoia Mendia y la posibilidad de gobernar con mayoría absoluta pactando con el PNV enfriaron esas pretensiones.

Eso sí, los pasos de los que hablaba Mendía terminaron por llegar. En el décimo aniversario del fin de la violencia de ETA , Arnaldo Otegi sorprendía reconociendo por primera vez «el daño causado». El exlehendakari, Patxi López, se mostró más que feliz porque «cuando uno sabe lo que cuesta dar un paso en ese mundo, lo valora».

Por el camino también se han sucedido los pactos entre el PSE y EH Bildu en las instituciones vascas y navarras. La coalición abertzale permitió primero, en una votación agónica, la investidura de la socialista María Chivite y después apuntaló su legislatura apoyando los dos presupuestos. También ha habido pactos importantes en Ayuntamientos de calado como son Irún o Éibar.

Son acuerdos que han allanado un camino que con la salida de los últimos históricos dirigentes abertzales parece aún más sencillo. «La legislatura no peligra» , repiten una y otra vez en el cuartel socialista aunque la llegada de Andueza a la dirección podría abrir la puerta a explorar nuevas mayorías en futuras elecciones.