El número dos de Trapero insiste en la «lealtad» de los Mossos «hasta el final» del 1-O

Traslada la responsabilidad de los actos de Trapero a la jefatura del Cuerpo

Ferran López, en el juicio contra Trapero EFE

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El comisario de los Mossos y número dos de Trapero en el otoño de 2017 en Cataluña ha insistido este jueves en la «lealtad» de la Policía autonómica al coordinador del operativo del 1-O, Diego Pérez de los Cobos, «hasta el final del dispositivo» desplegado para el referéndum ilegal.

A preguntas de la defensa del «major» (ayer fue el turno del fiscal), Ferran López ha vuelto a exculpar a Trapero al señalar que fue él quien, en aras de un «mejor entendimiento», y ante la mala relación que tenía con el coronel Pérez de los Cobos, decidió que fuera otra persona quien asistiera a las reuniones de coordinacion. Esa persona fue precisamente el testigo.

Tras reconocer el cuestionamiento inicial de los Mossos a la figura del coordinador -por sus reticencias a que fuera alguien ajeno al Cuerpo quien les diera las órdenes-, López ha asegurado que los Mossos fueron «leales» a Pérez de los Cobos «hasta el final del dispositivo del 1-O».

El comisario insistió en el día del referéndum ilegal había un plan conjunto entre los tres cuerpos para evitar el referéndum ilegal. Ese plan tenía dos fases: en la primera intervendrían solo los Mossos, el conocido como «binomio», dos agentes de seguridad ciudadana que visitarían todos los colegios; en la segunda entraría en juego la Policía Nacional y la Guardia Civil si los binomios no lograban su objetivo y había que reforzar la intervención. Pero a primera hora de la mañana, ha vuelto a relatar Ferrán, la colaboración se quebró y sin pedir ayuda todavía, los Mossos empezaron a tener constancia de la intervención en los colegios de agentes de los otros cuerpos. El testigo ha dicho que fueron varios los contactos que mantuvo con Pérez de los Cobos para que le explicara el porqué de esa ruptura (el coronel explicó en el juicio que se decidió actuar ante la inacción de la policía autonómica) y que el coordinador le dio largas sin darle ninguna explicación. Se enteró de que el dispositivo se había roto cuando así se lo trasladó Trapero tras reunirse este con Mercedes Armas, la magistrada del TSJC que ordenó parar la consulta, entorno a las doce y media de la mañana. Fue aquel un encuentro de reproches entre Pérez de los Cobos y Trapero por la distinta forma de afrontar aquellas primeras horas del 1-O.

Ferrán ha insistido en que nadie en las reuniones de coordinación puso ninguna objeción a que fueran agentes de seguridad ciudadana los que llevaran a cabo la primera actuación. Todos los allí presentes sabían que un agente de seguridad ciudadana no es un agente de orden público y que no lleva defensas ni puede desempeñar una labor «para la que no está preparado». «Son funcionarios de policía, son multiespecialistas en muchas cosas pero en orden publico no se les puede exigir ninguna actuación». Además, y para diluir la responsabilidad de Trapero, el comisario ha señalado que todas las decisiones que se atribuyen al mayor se tomaron por la prefectura, la jefatura de Mossos, en las que se integran varios mandos policiales.

Sobre la intervención de los Mossos el 20-S y la pasividad de la que se acusa a los agentes autonómicos ante los registros que se llevaban a cabo en la Consejería de Economía (y en otros 4o puntos de Cataluña), donde se llegaron a manifestar 40.000 personas impidiendo la salida de la comitiva judicial, Ferrán ha reconocido la ineficacia de esa intervención, que ha atribuido a una serie de condiciones que no se dieron en otros lugares: el número de personas que había, la situación geográfica del edificio y la densidad, «que hacía imposible avanzar y prácticamente moverse». No obstante, ha asegurado que «muchas de las actuaciones policiales» que se llevaron a cabo ese día «no figuran en las comunicaciones oficiales», como el hecho de que un helicóptero sobrevolara la zona.

Sànchez, el «mediador»

La relación de los Mossos con el entonces presidente de la ANC, Jordi Sànchez , la ha enmarcado en la «normalidad», en el protocolo de mediación con el que trabajan el Cuerpo desde hace años. No era la primera vez que se recurría al organizador de una concentración para pedir su colaboración por esa «ascendencia» que se supone que tiene sobre la gente convocada. En este sentido ha destacado los contactos entre mediación y la ANC en otras ocasiones, en concreto con motivo de la celebración de la Diada.

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