Exonerada por el crimen de Diana Quer

La mujer del Chicle lo apoyó en un cara a cara ante los agentes

Rosario desvió las investigaciones hasta el punto de ponerse ella misma en contacto con la Guardia Civil

El Chicle y su mujer, Rosario Rodríguez, en una foto familiar ABC / Vídeo: Los abogados de la familia Quer pedirán que la mujer del Chicle vuelva a ser imputada
Cruz Morcillo

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Las primeras 36 horas que el Chicle pasó detenido en la Comandancia de La Coruña fueron cualquier cosa menos tranquilas. Los investigadores tenían el reloj en su contra y su prioridad número uno era saber dónde estaba el cuerpo de Diana Quer . José Enrique Abuín y su mujer Rosario Rodríguez fueron detenidos el viernes 29 de diciembre, pero hasta el sábado por la tarde-noche no hubo apenas avances. La pareja coincidió primero en los calabozos, donde él mostró su sorpresa por encontrar allí a su esposa y dijo que Rosario no debía estar en ese lugar. Contra todo pronóstico, ese encuentro no lo ablandó lo más mínimo. «Ella no le importa nada ni tampoco su hija, aunque intente aparentar otra cosa», asegura uno de los agentes.

Tras la primera noche en los calabozos, al mediodía del sábado, según informó el coronel Manuel Sánchez Corbí , el Chicle confesó que había matado a Diana de forma accidental dando marcha atrás con su coche cuando estaba estacionado en la calle de los feriantes de A Pobra do Caramiñal . Había ido allí a robar gasóil de los camiones, según él, la misma versión que había sostenido trece meses antes cuando la Guardia Civil lo interrogó como testigo;idéntica versión le había aguantado su mujer, también llamada a declarar a principios de diciembre de 2016 cuando había corroborado que le acompañó a ese robo de combustible, como otras veces. Las mismas o parecidas palabras que habían manifestado Elena, la hermana de Rosario, y su cuñado Adrián. Toda la familia sosteniendo la mentira creada por el Chicle para desviar las sospechas.

Ante el temor de volver a prisión, dijo, trasladó el cuerpo de Diana a una zona de monte entre la autovía y un polígono de A Pobra y allí lo dejó. Luego volvió a buscarla y la arrojó al mar desde el puerto de Taragoña. Con esta versión, que los investigadores de la Policía Judicial de la Guardia Civil de La Coruña y sus colegas de la Unidad Central Operativa (UCO) sabían falsa –ya tenían el recorrido completo del teléfono de él y de su víctima– decidieron confrontarlo con su mujer en la sala de interrogatorios: un cara a cara. Rosario se puso de su parte ante él, apoyando su versión pese a que los agentes le iban desmontando cada palabra de esa historia inventada. Poco después, en cambio, en su declaración la mujer admitió que había mentido la primera vez que estuvo ante los agentes el año anterior y proporcionó nuevos detalles. Esa misma noche quedó en libertad.

«Le pedí detalles»

«Mi marido me dijo que contara que iba con él el día que dos agentes se reunieron con él (...) Le pedía que me diera detalles porque si le decía a los guardias que fuimos a cenar me iban a preguntar lugares y demás». Rosario admitió, igual que lo hizo una semana después ante el juez, que le preguntó a Enrique en numerosas ocasiones si tenía algo que ver con lo de Diana. Él se lo negó. «Le dije que lo iba a apoyar pero que no me jodiera por detrás».

«Recuerdo muy bien todo lo del día de la desaparición porque es el cumpleaños de mi abuela y de mi tío»

«No fui con él al gasóil (a robar) porque no me gusta dejar a la niña sola en casa además de estar cansados de la carrera»

En el auto del pasado día 9 por el que se sobreseyó la causa contra ella, el juez se refiere a estas preguntas. «Se desprende una participación activa por parte de la Sra. Rodríguez con el fin de desviar las investigaciones policiales dirigidas hacia su esposo, hasta el punto de ponerse ella misma en contacto con agentes de la Guardia Civil a tal fin y ello a pesar de que en su declaración judicial ha dicho que le preguntó a menudo respecto a su participación en la desaparición de Diana Quer, lo que indica que efectivamente tenía sospechas de su posible participación en el delito». Pese a esas sospechas, no cambió la relación que mantenía con su marido. Tampoco lo hizo cuando su hermana gemela en 2005 lo denunció por haberla violado. «Él siempre me lo negó y además mi hermana Elena me dijo que ella creía que no era cierto». Su hermana Elena y su cuñado Adrián fueron los primeros en contar a los investigadores que habían mentido respecto a la noche en que desapareció Diana al saber que la pareja había sido detenida en relación con el caso.

Ante el juez han declarado que aquella noche del 21 de agosto de 2016 cuando iban a acostarse, Rosario ya estaba en pijama y la hija del matrimonio también estaba en la casa. Su cuñado había salido. El teléfono de Rosario no se movió de la vivienda.

La mujer del Chicle explicó a los agentes que su «buena memoria» repentina sobre aquel día se debía a que era el cumpleaños de su abuela y de su tío. Según el juez ni fue autora ni cómplice de Abuín. Los padres de Diana Quer no lo comparten.

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