La muerte de inmigrantes en el Estrecho se dispara un 295% y alcanza ya los 617

En 2017 por estas fechas eran 156. Se calcula que por cada 100 que lo intentan, perece el 1,1

Hallazgo ayer de un cadáver más de la patera que naufragó el lunes en Los Caños de Meco Efe / Vídeo: El mar sigue dejando cadáveres sobre los arenales de Cádiz

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Algo parece estar fallando estrepitosamente cuando el número de inmigrantes que ha llegado a España por mar triplica el de 2017 (49.254 el 7 de noviembre frente a 15.982 en la misma fecha de 2017) y el de los que han muerto en el Mediterráneo durante el intento multiplica la cifra del año anterior por 3,95, esto es, un 295%: entonces se habían contado 156 y ahora van 617 , sin sumar las tres personas que fueron encontradas ayer sin vida en torno a Los Caños de Meca donde el lunes encalló una patera de la que ya se han recuperado otros ocho cadáveres. Once en total, por ahora, puesto que no se descarta que sigan apareciendo cuerpos de ese pasaje en el que, en principio, subieron a más de 40 ciudadanos marroquíes, de los que solo sobrevivieron 22. Dos de ellos, que identificados como patrón del bote y su ayudante, han sido enviados a prisión por el juez este viernes.

A esta tragedia en la costa gaditana hay que añadir el mismo día el hallazgo de otros 13 ahogados procedentes de otras dos embarcaciones que fracasaron cerca de Melilla. En resumen, una sucesión de muertes en la semana de la llegada del mal tiempo -cuando las mafias apremian a los inmigrantes a tomar la decisión antes de que el mar empeore- que parece dejar corta la estadística de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) que dice que, por cada 100 personas que intentan acceder a España de forma ilegal por tierra o mar (54.955 en cifras provisionales del miércoles), 1,1 ha fallecido. En 2017, la ratio era de 0,6.

Mercado fatal

Las mafias del tráfico de seres humanos ya cerraron en octubre uno de los meses de mayor negocio de su historia, como lo sugiere el hecho de que por la ruta desde Marruecos o Argelia fueron detectadas de camino o a su llegada a España hasta 10.114 individuos.

De la crueldad de los métodos que emplean estas organizaciones da cuenta el relato de hechos fechados prescisamente el 12 de ese mes por los que el juez mandó esta semana a prisión en Almería a un joven de 24 años de origen gambiano como presunto autor de 20 homicidios imprudentes. Según las investigaciones, él introdujo al menos 59 inmigrantes en una lancha neumática con un motor de solo 15 CV , cobró 1.500 euros a cada uno por el viaje, y cuando la barca pinchó y dejó de funcionar, ya había perdido por el camino a esa veintena de pasajeros que se dan por fallecidos. Al resto les ordenó resto agarrarse a las cuerdas del bote dentro del agua. Sobrevivieron 36, entre ellos él mismo.

En Ceuta, la policía detenía miércoles a 7 personas y ayer a 3 mas como integrantes de organizaciones que captaban a inmigrantes alojados en el centro de estancia temporal (CETI) de la ciudad, particularmente argelinos, para ponerles a cruzar el Estrecho en pateras a altos precios: unos pedían 1.000 euros por una reserva en una embarcación, otros 2.000 por el viaje.

Desde la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), su secretaria general, Estrella Galán, advertía ayer de que la tragedia en las costas españolas «no va a cesar hasta que no se busquen soluciones realistas y pragmáticas», en alusión a la garantía de unas vías legales y seguras para llegar a Europa y para que los que huyen «puedan solicitar asilo sin tener que tirarse al mar».

En Andalucía, cuyo litoral registra el mayor número de desembarcos de rescatados por Salvamento Marítimo y, el vicepresidente del gobierno autonómico insistió en que naufragios como el de Cádiz esta semana «debe servir de llamada de atención para que Europa reaccione ante el fenómeno migratorio». «Europa no está a la altura de las circunstancias de lo que está ocurriendo», lamentó.

El 30,2% Europa

La mortalidad en la ruta entre Marruecos y España representa el 30,24% de todas las que se computan en el Mediterráneo. El recuento de esos 617 fallecidos -que como insisten las organizaciones humanitarias, no son todos, puesto que hay pateras enteras que se pierden sin que nadie se percate - palidece al lado de las cifras que se manejan en el trayecto entre las costas libias y las italianas. Se ha certificado ya que 1.267 personas han perdido la vida intentando cruzarlo, una cantidad que en las mismas fechas el año pasado parecía mucho peor, 2.749. Pero conviene no dejarse llevar por las apariencias, puesto que este último dato se produce en relación a un volumen descomunal de entradas de inmigrantes, los 117.043 de 2017 y este año las llegadas han caído hasta las 23.146.

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