El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el sábado pasado en el Edificio Europa, de Bruselas, al llegar al Consejo Europeo de los 27
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el sábado pasado en el Edificio Europa, de Bruselas, al llegar al Consejo Europeo de los 27 - EFE

La Moncloa pide al PP que extreme la atención al votar los Presupuestos

El Gobierno, preparado «para bajar al barro» si la oposición centra el debate que empieza mañana en los escándalos de corrupción

Madrid Actualizado: Guardar
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El presidente Rajoy ha aprovechado parte del puente festivo para tomarse un descanso en Doñana, justo antes de que comience el debate parlamentario más importante desde su investidura: el de los Presupuestos de 2017. A partir de mañana, miércoles, tiene por delante una votación de infarto en el Congreso sobre las cuentas públicas, pero también tendrá que hacer frente a los escándalos de corrupción que han sacudido a su partido, a su probable comparecencia en el Parlamento y a su citación como testigo en el juicio de la Gürtel.

Junto a todo ello, Rajoy tiene previsto acudir este mes dos veces a Cataluña, y seguir reforzando la presencia del Gobierno en esta Comunidad. Su actividad se completará con una intensa agenda internacional al menos hasta julio.

Pese a todos los frentes abiertos, Rajoy ha subrayado una y otra vez durante la semana pasada, en Brasil, Uruguay y Bruselas, que su prioridad sigue siendo el crecimiento económico y la creación de empleo.

Presupuestos

Rajoy ha conseguido un grado de entendimiento con el PNV de Andoni Ortúzar que le puede permitir salvar los primeros Presupuestos de la legislatura, y mirar con más tranquilidad los de 2018. Los cinco votos del PNV son imprescindibles para que el Gobierno pueda frenar las siete enmiendas a la totalidad que se debaten a partir de mañana y se votan el jueves. Previsiblemente se producirá un empate a 175 votos, a favor y en contra, lo que haría decaer las enmiendas. Pero el Reglamento establece que si hay empate tiene que votarse una segunda y hasta una tercera vez, y solo en este caso, si persiste, las enmiendas se darán por no aprobadas. Por eso, el Gobierno ha puesto en alerta a sus diputados afines, pues un solo error al votar, algo muy habitual en cualquier sesión del Congreso, arruinaría los Presupuestos.

«Nos la jugamos el jueves», advirtieron fuentes de La Moncloa. «No puede haber ausencias ni un solo fallo». De hecho, desde el Gobierno se ha pedido a los diputados afines que «se extreme la atención» para no fallar con ninguno de los cuatro botones (el que indica que el diputado está presente, más los correspondientes al sí, no y abstención).

En realidad, Rajoy cree que lo más difícil, la aprobación del techo de gasto y los objetivos, ya está aprobado, y con el apoyo del PSOE. Pero el rechazo a los Presupuestos dañaría la confianza dentro y fuera de España. La estabilidad quedaría pendiente de un hilo muy fino.

El «botón electoral»

El presidente del Gobierno cuenta con una carta que podría utilizar a partir de mañana, miércoles, justamente el día que empieza el debate de los Presupuestos. El día 3 se cumple un año desde la anterior disolución de las Cortes, y según la Constitución es a partir de ese momento cuando el presidente puede poner fin a la legislatura y convocar elecciones. De momento, las encuestas siguen sonriendo al PP, a falta de conocer el impacto de los últimos casos de corrupción, y la vuelta a las urnas perjudicaría a sus rivales. En La Moncloa no ocultan que será, sin duda, una presión añadida para la oposición a la hora de pensarse si pone zancadillas al Gobierno de Rajoy. El jefe del Ejecutivo ha insistido en que su intención es agotar la legislatura, pero al mismo tiempo en La Moncloa reconocen que el primer «test» serio se producirá en otoño, con el proyecto de los Presupuestos de 2018. Si no se logra superar ese trámite, el «botón electoral» se pondrá al rojo.

Corrupción

La preocupación se hizo visible en el Gobierno cuando estalló la Operación Lezo. Su «relato» sobre la recuperación económica y la necesaria estabilidad quedaba totalmente eclipsado, una vez más, por la corrupción. Desde Brasil, Rajoy comprobó cómo la indignación social se extendía dentro de España, mientras en el exterior le felicitaban por sus reformas. Mantuvo su mítica calma y, en la Embajada de España en Montevideo, lanzó su mensaje:«El que la hace la paga». Al mismo tiempo, se puso a disposición del Parlamento para comparecer si así se lo pedían.

En este contexto, el debate que empieza mañana en el Congreso sobre Presupuestos puede derivar en un ataque directo de la oposición al Gobierno del PP por la corrupción. Es la primera oportunidad que tienen, y en La Moncloa creen que la aprovecharán. De hecho, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que defenderá el proyecto de las cuentas públicas, está «avisado» desde La Moncloa. «Intentará que sea un debate presupuestario, pero bajará al barro si es preciso», advierten las fuentes consultadas.

Primarias del PSOE

En diálogo entre el Gobierno y el PSOE se enfrió en cuanto se convocaron las primarias socialistas. Cualquier acercamiento a la gestora empezó a ser visto como «contraproducente», y los contactos se distanciaron. El Gobierno permanece en modo «espera», hasta que se conozca quién es su interlocutor, y qué línea y criterio va a seguir. Pero en La Moncloa no creen que la estabilidad dependa ya de un PSOE que sigue hundido. Si el Ejecutivo se gana el voto de Nueva Canarias, fundamental para aprobar las cuentas públicas a finales de mayo, una vez superada la primera prueba de esta semana, los socialistas perderán relevancia. Rajoy, sin embargo, quiere retomar el diálogo con el nuevo líder del PSOE en cuanto se celebren las primarias, y cuenta con él para los grandes temas de Estado.

Desafío independentista

En la agenda del presidente del Gobierno hay dos viajes confirmados a Cataluña: el día 12 acudirá a la inauguración del Salón Internacional del Automóvil, en Barcelona, y el día 27 cerrará las jornadas del Círculo de Economía, en Sitges. Estaba previsto que esta semana acudiera también a un acto organizado por Fomento del Trabajo, pero el debate presupuestario lo ha impedido. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, seguirá yendo a Cataluña para tener contactos con distintos sectores. Durante su viaje oficial a Brasil y Uruguay, se preguntó a Rajoy por la situación en esta Comunidad y el desafío independentista, y el presidente se declaró «optimista realista».

Agenda internacional

Tras la visita oficial a Iberoamérica, y el Consejo Europeo extraordinario de Bruselas sobre el Brexit, todo durante la semana pasada, Rajoy retoma la agenda exterior la semana que viene, con un viaje a Pekín para participar en una cumbre internacional sobre comercio. A final de mes acudirá a la cita de la OTAN en Bruselas, donde coincidirá con Trump por primera vez, y a continuación a la cumbre bilateral con Portugal. En la agenda tiene también una cita en Berlín preparatoria del G-20, junto a los principales líderes europeos. Acto seguido viajará a Polonia. A principios de julio (días 7 y 8) participará en el G-20 de Hamburgo, y poco después se desplazará hasta Kazajistán.

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