Más de cuatro mil personas rodean la sede del PP pidiendo la dimisión de Casado y Egea

«Hay más gente que cuando se ganaron las elecciones», dicen los manifestantes, que enarbolaron consignas a favor de Isabel Díaz Ayuso y aseguraban estar «muy enfadados» por la deriva interna del partido

Editorial ABC | Casado, una dimisión obligada

La crisis del PP, en directo

Miles de personas obligaron a cortar la calle Génova EP / ABC

P. Cervilla / V. Ruiz / I. Gutiérrez / C. Hidalgo

En la plaza de Santa Barbara, a la salida del Metro de Alonso Martínez, la hora del aperitivo se había retrasado. Muchos de los habituales del ritual de caña y tapa dominguero bajaban hacia la calle Génova, sin poder alcanzar la entrada de la sede del PP, colapsada desde media hora ante s. A ellos se sumaban centenares de personas que salian de las diferentes salidas del metro de Alonso Martínez. Casi todos con dos mantras: «Casado dimision» e «Isabel, Isabel».

En total, más de cuatro mil personas se han concentrado en la calle Génova de Madrid y han rodeado la sede del PP en una insólita manifestación de protesta para pedir la dimisión del presidente del PP, Pablo Casado, y el secretario general de los populares, Teodoro García Egea. A la vez que mostraban su indignación contra la dirección nacional apoyaban a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al grito de «¡Presidenta!». [ Así hemos contado la manifestación en directo ]

La concentración, espontánea y sin haber pedido autorización a la Delegación del Gobierno, estaba convocada a las doce de la mañana , pero a las once y media los laterales de la calle Génova, a la altura de la sede del PP ya estaban llenos de gente, algunas con banderas de España. También se cortó la calle Orellana y los accesos por la plaza de Alonso Martínez.

La afluencia de gente no paraba de crecer y al filo de las doce de la mañana la muchedumbre invadió la calle Génova y cortó el tráfico. La Policía Nacional acordonó la puerta de la sede del PP y varias furgonetas del Cuerpo rodearon la sede. En total, se desplegaron dos grupos de las Unidades de Intervención Policial (UIP), los conocidos como antidisturbios, entre 80 y 90 agentes.

«Hay más gente que cuando se ganaron las elecciones», aseguraban los manifestantes, que aseguraban estar «muy enfadados» por el cisma abierto en el seno del partido. Buena parte de los recién llegados trataban de alcanzar el epicentro de la protesta a través de calles aledañas sin conseguirlo, aunque animados por los gritos y los sonidos de una gaita un tanto desafinada que tocaba el himno nacional.

Un manifestante de mediana edad reflexionaba sobre los « complejos de la derecha de ser de derechas », otros dos intercambiaban impresiones sobre el «empuje de Madrid. Seguiremos adelante. Seremos el motor de España». Y una señoras se lamentaban denla «traición a Isabel por su propio partido» y mostraban su «desconfianza en los barones». En la acera, cerca de Viena Capellanes, donde un padre despistado se quedó atrapado co el carrito de su bebé, un anciano con voz de tenor gritaba: «¡Casado, sal al balcón! ¡Soy el espía!».

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