Marlaska acusa a PP y Vox de usar a ETA para hacer su política y reta a denunciar los traslados ante la justicia

La oposición reprocha el «espectáculo» de la apisonadora y que Sánchez asumiera en su discurso la jerga abertzale

La diputada del PP Teresa Fernánde Becerril Efe

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"Patético", "ignorantes", "miserable"... Algo más que irritación ha mostrado el titular del Interior Fernando-Grande Marlaska ante los reproches por el reciente acto propagandístico de destrucción de armas con una apisonadora primero, y después por los traslados de presos etarras y el trato a las víctimas que le han lanzado esta mañana PP y Vox en el Congreso. Tanto, que el ministro se ha remitido a su historia personal, a cómo él y su marido tuvieron que huir del País Vasco por la presión de ETA -"ahora no lo hubiéramos planteado, ha dicho"-, después fue objetivo y luchó contra la banda desde la Audiencia Nacional. Todo ello para preguntarse "cómo el Gobierno al que pertenezco va a humillara las víctimas de ETA".

Entre medias, ha acusado repetidamente a las víctimas y quienes les defienden de estar haciendo un uso político de ETA. "Ya está bien de usar el terrorismo como arma de confrontación política" , se ha quejado, al tiempo que ha proclamado en varias ocasiones que "no quieren reconocer que la Democracia venció al terrorismo" y que "ETA no existe".

Marlaska reaccionaba así tras escuchar sucesivas acusaciones de traición por el traslado de etarras a cárceles del País Vasco y la connivencia del Ejecutivo con Bildu. Hasta en tres ocasiones ha invitado a sus interlocutores de PP y Vox a llevarle a los tribunales si creen que con su política penitenciaria está vulnerando la ley. "Utiliza usted la ley como coartada de sus negocios electoralistas", le ha reprochado el diputado popular Pablo Cambronero , en referencia al pacto entre los abertzales y el Gobierno, confirmado por el PNV, para acercar a los internos de ETA a prisiones vascas.

Los reproches al ministro se agolparon desde primera hora, durante la sesión de control al gobierno a cuenta de la puesta en escena de destrucción de armas de ETA protagonizada hace una semana por Pedro Sánchez, que Marlaska ha insistido en que respondía a una petición hecha desde 2017 por el Centro Memorial de Victimas del Terrorismo. Pero el parlamentario de Vox Fernando Gil-Lázaro ha revelado que esa petición era para efectuar la destrucción «a puerta cerrada» y ha lamentado que en su discurso en el evento, Sánchez asumiera directamente expresiones acuñadas por el entorno etarra. C omo cuando habló de «reivindicar la construcción de la paz» o de que las armas llevadas delante de las cámaras fueron «entregadas» por ETA. La primera es la fórmula que los herederos de la banda «utilizan para igualar a víctimas y verdugos, lo segundo «un insulto» a las fuerzas y cuerpos de seguridad que las incautaron, ha clamado el de Vox.

Gil-Lázaro ha salido en auxilio de la diputada del PP Teresa Jiménez Becerril, que ha intervenido previamente, a la que Marlaska ha tachado directamente de «mala fe» por pedir que «el Gobierno deje de pagar favores a Bildu» e insinuar que, con las competencias de prisiones que están a punto de recibir, etarras y terroristas saldrán a la calle.

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