Margallo y su «ego estratosférico» ventila las guerras internas en el Gobierno de Rajoy

El presidente empezó a mirarle con recelo cuando se rumoreó que quería ser sucesor

José Manuel García-Margallo y Mariano Rajoy charlan en el Congreso Ángel de Antonio

Esta funcionalidad es sólo para registrados

José Manuel García-Margallo presume de ser un político «heterodoxo». Un verso libre de toda la vida, desde que militó en la UCD hasta su última etapa en el Partido Popular , pero también dentro del Gobierno de Rajoy . Desde ese reconocimiento previo, las perlas en su último libro, «Memorias heterodoxas», con el matiz añadido «De un político de extremo centro», están garantizadas. Se encuentran con facilidad y bastante regocijo por parte del lector al constatar que en el Consejo de Ministros de Rajoy también había guerras, envidias, conspiraciones y zancadillas a tutiplén entre sus miembros. Al menos según la versión de un político que no se corta a la hora de ventilar los trapos sucios que había en su casa.

Mariano Rajoy ya advirtió en «Una España mejor» que quería escribir su versión sobre lo ocurrido en la etapa de su Gobierno, para prevenir que otros hablasen por él o le atribuyeran palabras que no había dicho. El expresidente parecía tener prisa por adelantarse a otras memorias que, efectivamente, le cuelgan declaraciones en privado y relatan hechos que poco o nada tienen que ver con lo que narró él en su libro.

En la órbita del sorayismo se toman la obra de Margallo con algo de humor: «Más que un ensayo parece una novela de ficción» . Dentro del relato del que fuera ministro de Exteriores entre 2011 y 2016, Soraya Sáenz de Santamaría es uno de sus blancos preferidos.

El primer encontronazo grave se produjo antes de la primera investidura de Rajoy. Margallo le aconsejó que nombrara un vicepresidente económico y explica las razones: « Cristóbal Montoro y Luis de Guindos no se podían soportar, y Álvaro Nadal se llevaba mal con ambos. Estaba luego José Manuel Soria , que también se llevaba mal con Montoro, así como Arias Cañete . O sea, había un guirigay». Según su versión, Santamaría se opuso enérgicamente. Aclara que nunca se lo llegó a decir Rajoy, pero otros sí le contaron «que el inconveniente había sido que Soraya había dicho que solo habría una vicepresidenta: ella», y que Margallo lo único que pretendía era ser nombrado vicepresidente económico. Algo que él negó.

Tal y como lo cuenta, el Consejo de Ministros se convirtió en una guerra de bloques. Margallo explica que se reunían en casa el grupo de «afectados» por Santamaría: Miguel Arias Cañete, Ana Pastor , Jorge Fernández Díaz , José Manuel Soria y él. Luego se incorporaron José Ignacio Wert , Rafael Catalá e Isabel García Tejerina . Fue el grupo conocido como «G-8». «Como es lógico, la vicepresidenta nunca vio con simpatía este grupo y a la inversa». Todos los miembros del G-8, salvo Pastor, Tejerina y Catalá, quedaron fuera del Gobierno en 2016. «Como en la novela de Agatha Christie titulada «Diez negritos», no hubo supervivientes».

El valle de los caídos

El distanciamiento entre Rajoy y Margallo se produce en pleno bloqueo de 2016, cuando empieza a correr la voz de que el ministro de Exteriores se postulaba como sucesor: «El presidente me llamó indignado». Él lo desmintió, pero reconoce que Rajoy comenzó a mirarlo con cierto recelo: «Yo me sentí defraudado». En la mañana del cambio de Gobierno, Rajoy le llamó a La Moncloa para comunicarle su destitución, y el aún ministro le pidió que no cejara en tres cosas: Cataluña, Gibraltar y la reforma de la Constitución. «José Manuel, tu problema es que tienes un ego estratosférico », le soltó Rajoy. «Pues, mira, es verdad que nunca he tenido problemas de autoestima». A partir de entonces, Margallo se sentó en el Congreso en «el valle de los caídos», la fila reservada a los exministros.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación