Malestar entre los socialistas gallegos por la desidia de Ferraz y Moncloa con su candidato

El CIS dio la puntilla al otorgar al PSOE la horquilla más baja de resultados de las encuestas

Cabellero, con los cabezas de lista antes del comienzo de la campaña electoral Efe

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Todas las encuestas aseguran que el socialista Gonzalo Caballero va a mejorar los 14 diputados con que parte en estas elecciones gallegas, pero ninguna le acerca a un resultado que, sumado al resto de fuerzas de izquierdas, p ueda desbancar a Alberto Núñez Feijóo. Eso, siendo frustrante para un PSOE que gobierna en España y que ganó por primera vez las elecciones generales en Galicia en 2019, aún lo es más cuando esos mismos sondeos le dan una subida pírrica y abren la puerta a un empate técnico con los nacionalistas gallegos, un escenario inédito que complicaría el futuro de Caballero.

La puntilla la dio esta semana el CIS, arrojando la horquilla más baja posible para los socialistas gallegos, que subirían a los 16 o 18 escaños, muy lejos de los 20 donde parece haberse fijado el listón del éxito o el fracaso. La letra pequeña era demoledora: un 25% de votantes socialistas ve «buena» la gestión de Feijóo en el último mandato, un 40% le da entre un 5 y un 7 de nota, y un 10% de los que votaron socialista en noviembre ahora elegirán la papeleta del PP.

Por si fuera poco, con un PSdeG volcado en erosionar la imagen de gestor durante esta pandemia que adorna a Feijóo, Fernando Simón añadió una mina explosiva más al reconocer durante una de sus recientes comparecencias que «me consta que Galicia está haciendo un trabajo excelente» en esta crisis sanitaria.

Ante esa tesitura, Pedro Sánchez y varios de sus ministros son esperados en campaña como agua de mayo -el presidente se estrena mañana en Orense-, pero no sin cierto recelo entre los socialistas gallegos, que achacan a Ferraz y Moncloa haberse desentendido de su aspirante, al que dan por amortizado, salvo improbable milagro de última hora.

El hecho de que ni el CIS maquille que Caballero tiene la peor valoración entre los suyos de los tres principales partidos ha dolido. Como también lo hizo que actos del Gobierno de España -como una reciente firma de un contrato millonario en Navantia Ferrol- no contaran con ningún miembro del Ejecutivo y le cedieran todo el protagonismo a Feijóo.

Incluso las visitas de Sánchez a Galicia se van a mirar con lupa, comparándolas con las que hizo Rodríguez Zapatero con Emilio Pérez Touriño en las autonómicas de 2009. Al actual inquilino de La Moncloa se le espera tres veces en la campaña; su antecesor vino cinco. Caballero fue un sanchista declarado en las primarias de 2017, y con ese aval ganó las elecciones internas en Galicia a los pocos meses . No era la opción de Sánchez ni de Ferraz, que sin embargo le han garantizado que no haya ruidos internos en el PSdeG hasta el 12-J. Y después, las urnas dirán.

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