AUDIENCIA NACIONAL
Jordi Sánchez: «Solo dije que con 20.000 personas ante la fachada era imposible que pasara un vehículo»
El fiscal, sobre el presidente de la ANC: «Incitó, movilizó y dirigió la coacción intolerable del 20-S»
«Una cosa es el derecho de manifestación, el derecho de asamblea o de reunión y otra son actuaciones como las que se llevaron a cabo el día 20 de septiembre, con total incitación, movilización, dominio y dirección por parte del investigado». Así de contundente se mostró el fiscal en la vista en la que el pasado lunes pidió prisión para el presidente de la ANC, Jordi Sánchez, protagonista absoluto junto con Jordi Cuixart, del asedio a la Guardia Civil del pasado 20 de septiembre. La juez Lamela acordó la prisión incondicional para los dos.
Lejos de ser pacífica y espontánea, la manifestación ante la sede de la Consejería de Economía de la Generalitat supuso, a juicio del Ministerio Público, una «coacción intolerable» a los miembros de la comisión judicial que estaban practicando los registros por orden del juzgado de instrucción 13 de Barcelona. Aunque Jordi Sánchez se negó a responder a las preguntas del fiscal (solo lo hizo a las de su defensa), Miguel Ángel Carballo desgranó uno a uno los indicios contra Sánchez que le llevaban a pedir prisión incondicional . El principal, su papel absolutamente determinante en el acoso. «Él decide quién entra, cómo entra, en qué condiciones entra (…) No será experto en seguridad, pero es enviado por los Mossos para resolver la situación», aseguró.
La declaración de Sánchez, que apenas dura media hora, dista mucho de la versión que de los hechos dieron los testigos. El líder de la ANC presentó la movilización ante la juez como una protesta pacífica y espontánea por los registros ordenados desde el juzgado. Defendió el carácter improvisado de la concentración y justificó el cordón alrededor de los coches de la Guardia Civil (destrozados por los manifestantes) en que en el interior de los vehículos había armas y que en cierto modo las protegieron ante los manifestantes. «La multitud de personas creaba una situación compleja y había que buscar soluciones que evitaran tensionar más. Lo de las armas generó una preocupación», dijo Sánchez.
Negó que impartiera órdenes sobre quién y cómo se podía entrar en la sede . «Yo expresé que era imposible entrar sin una intervención policial porque estamos hablando de miles de personas ocupando la fachada principal» . Sin embargo, sí se atribuyó un papel mediador «para resolver una situación compleja». Así, explicó que en varias ocasiones intentó entrar en el edificio, pero no se lo permitieron hasta la tarde, cuando dio el visto bueno la intendente Teresa Laplana. Con ella y con un guardia civil estuvo «buscando soluciones toda la tarde» , unas soluciones que pasaban, según dijo el fiscal, por imponer las condiciones sobre quiénes y cómo podían pasar a la sede (los guardias civiles sin uniforme y los detenidos sin esposas) y cómo podía salir la comisión judicial (sin ningún objeto de los requisados, es decir, con un registro abortado).
Sánchez se atribuyó el mérito de haber disuelto la manifestación, cerca de la una de la madrugada del día 21 . Dice que lo hizo «porque ya no podíamos seguir protegiendo xcon nuestro cordón los vehículos de la Guardia Civil».
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