Interior intenta transmitir calma pese al varapalo judicial

El PP redobla la presión sobre Marlaska tras una 'semana horribilis'

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska Guillermo Navarro

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Fernando Grande-Marlaska es uno de los ministros del Interior más cuestionados desde los tiempos del GAL. Una cartera de Estado, que tradicionalmente había suscitado consenso entre los dos grandes partidos -la unidad contra ETA tenía mucho que ver con ello-, se ha visto sometida a fuertes sacudidas desde la llegada a Castellana 5 del magistrado. A pesar de ser esta una semana corta por los festivos, el Departamento ha vivido unos días convulsos, con tres episodios que ponen en cuestión su gestión : la defensa de la 'patada en la puerta' por parte de alguna dotación de la Policía en Madrid para atajar las fiestas ilegales en pisos; el varapalo judicial en el caso del coronel Diego Pérez de los Cobos y el acercamiento del etarra Javier García Gaztelu, 'Txapote' , asesino, entre otros, de Miguel Ángel Blanco, Gregorio Ordoñez, Fernando Múgica y Fernando Buesa. Nunca se ha arrepentido.

En medio de esta 'tormenta perfecta', con peticiones de dimisión por parte del PP, Ciudadanos y Vox, y fuertes críticas desde sectores progresistas en especial por el primero de los asuntos, desde Interior intentan transmitir tranquilidad. Es verdad que se trata de polémicas distintas, y que se hacen análisis diferentes de cada asunto. Pero no se deja traslucir, al menos de cara al exterior, nerviosismo.

En el caso de la actuación policial en dos pisos de Madrid, la justificación de Marlaska, argumentando que se hizo en un piso turístico, se interpreta como un intento de defender la actuación de la Policía en un contexto en el que cada vez está más presionada , por los políticos y también por la fatiga de los ciudadanos. No obstante, es indudable que la unanimidad de los especialistas en Derecho Penal y constitucionalistas, independientemente de su ideología, ha golpeado de lleno la línea argumental de Interior.

El caso de Pérez de los Cobos es más peliagudo si cabe, porque la argumentación del juez es demoledora. No obstante, en este asunto fuentes de Interior sostienen que «hay mucha confianza en que la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional revocará esa decisión» . El coronel tiene la posibilidad de pedir la ejecución provisional de la sentencia, pero si se accediera a ello -algo que se decidiría en la esfera judicial- ejercería el mando de la Comandancia de Madrid de modo provisional hasta la resolución del recurso.

Sobre el acercamiento de Txapote y otros sanguinarios etarras, Interior ya ha dejado claro antes que la política de dispersión ha acabado, aunque esa decisión levante ronchas.

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