EFE

Granados amuebló el piso de una amiga brasileña con dinero de origen «desconocido»

El juez subraya que el exconsejero madrileño conserva parte de su patrimonio escondido y da credibilidad al testimonio de un confidente anónimo, que apuntó que el dinero podía esconderse en «cajas fuertes o escondrijos» de personas cercanas

Madrid Actualizado: Guardar
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El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco sospecha que el exsecretario general del Partido Popular (PP) de Madrid y presunto cabecilla de la trama Púnica, Francisco Granados efectuó determinados gastos para amueblar el apartamento que una amiga brasileña tenía en el madrileño barrio de Salamanca con dinero de origen desconocido.

Así consta en el sumario del caso Púnica, al que ha tenido acceso Europa Press, según se desprende de un auto dictado por el magistrado el 16 de noviembre de 2015 en el que desvela los hallazgos obtenidos de las intervenciones telefónicas y la agenda incautada en el domicilio del que fuera 'número dos' de la presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre.

«Concretamente conversaciones entre Granados y su amiga Cristiane Jucar descubren determinados gastos efectuados por el primero para posiblemente amueblar un apartamento de la misma en el barrio de Salamanca con cargo a unos fondos de origen desconocido, lo que apoya de nuevo la existencia de dinero que permanece todavía clandestino», señala.

El juez subraya que el exconsejero madrileño, a quien envió a prisión el 30 de octubre de 2014, conserva una parte de su patrimonio escondido de la Hacienda Pública y da credibilidad al testimonio de un confidente anónimo, que apuntó a que podía haber guardado dinero en «cajas fuertes o escondrijos» de personas cercanas, como sus suegros Juan Alarcón y Catalina Castellanos o la familia del sucesor en el Ayuntamiento de Valdemoro, José Miguel Moreno Torres.

La Guardia Civil acusó también a Granados de utilizar a su ex jefe de gabinete Ignacio Palacios, la supuesta testaferro María José Marijuan Alonso o el constructor Ramiro Cid, para ocultar la titularidad de participaciones societarias o inmuebles de su propiedad, llegando a constituir un «entramado societario» para esconder «las comisiones por su actividad a favor de diversos constructores o empresarios».

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