El Gobierno «olvida» gestionar el desembarco del Open Arms

Instituciones y Fuerzas de Seguridad critican la nula planificación para recibir a 310 personas en el puerto de Algeciras

El buque Open Arms durante su travesía por el Mediterráneo rumbo a Algeciras EFE

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El 17 de junio, el Aquarius desembarcó en Valencia a 630 emigrantes rescatados en el Mediterráneo y a los que otros países de Europa rechazaron. El presidente Sánchez, que quería mandar un mensaje a sus socios comunitarios, montó un operativo humanitario sin precedentes. Hoy, 28 de diciembre, 310 personas, también rescatadas en el Mediterráneo e igualmente desdeñadas por Europa , desembarcan en Algeciras. Esta vez la publicidad no parece tan importante y el Gobierno, lejos de organizar un despliegue como el del Aquarius, improvisa hasta el punto de que el lugar exacto de llegada no se supo hasta 13 horas antes de la recepción.

Y la noticia no la dio una fuente oficial, sino el Open Arms, el barco de la ONG Proactiva que trae a las 310 personas -entre ellas 139 menores- que a las 8.00 horas tienen previsto pisar tierra en el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE) ubicado en Campamento, una pedanía del municipio gaditano de San Roque. El malestar entre instituciones de la zona y Fuerzas de Seguridad, por ende, es más que notable. Critican que el Ejecutivo no haya tenido en cuenta que, ante una llegada de 310 personas de manera simultánea , quizá ellos debían estar al tanto de los detalles para acometer su trabajo.

Sin ir más lejos, una vez que los náufragos pisen tierra, los agentes de la brigada de Extranjería de la Policía tendrán que identificarlos. Tendrán sólo 72 horas para ello. La tarea no se antoja sencilla, menos cuando las plantillas policiales están muy apretadas y no hay, ni de lejos, tantos refuerzos como el día que desembarcó el Aquarius en Valencia. « No tenemos el don de la ubicuidad y si estamos atendiendo a estas personas, no podemos estar en otro lado», lamenta Carmen Velayos, secretaria del Sindicato Unificado de Policías (SUP) en Cádiz, desde donde exigen que el CATE deje de ser una solución provisional y cuente con personal propio. Hasta ahora, como denuncian, se nutre del personal de las comisarías de la zona: «Con estas cosas tendría que haber más planificación».

José Ignacio Landaluce, alcalde de Algeciras, ha llegado a calificar como «deplorable» la actitud del Gobierno, que en ningún momento ha contado con ellos para gestionar esta emergencia humanitaria. De hecho fuentes municipales criticaron ayer que nadie les avisara para comunicarles la llegada del buque humanitario.

Más miramientos tuvo el Ejecutivo con la ONG Proactiva en verano. Justo cuando más empujaba la presión migratoria en Andalucía, les ofreció colaborar en los rescates con Salvamento Marítimo. El convenio nunca se firmó y la ONG, a través de su fundador, Óscar Camps, le echó en cara el gesto al presidente del Gobierno . El Open Arms volvió a su base en Barcelona y luego salió hacia al Mediterráneo Central. Hoy ha vuelto a Algeciras, autorizado por Sánchez, con 310 personas a bordo, que serán recibidas en condiciones muy distintas a las 630 del Aquarius.

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