El Gobierno niega el caos invitando a visitar Barcelona «con total normalidad»

La oposición acusa a Sánchez de mirar para otro lado para no tener que actuar ante una situación de emergencia, que ya suma 207 agentes heridas

Última hora Barcelona en directo | Manifestación

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, durante su comparecencia hoy viernes en el Palacio de la Moncloa EFE

Esta funcionalidad es sólo para registrados

El mismo día en que se determinaba aplazar el clásico Barcelona-Madrid del próximo sábado por razones de seguridad, a la misma hora en que la basílica de la Sagrada Familia se veía obligada a cerrar al público ante el acoso de una manifestación convocada por un colectivo denominado «Pícnic x República», el ministro Fernando Grande-Marlaska leía ayer desde el atril de La Moncloa una inédita invitación al turismo extranjero que traía por escrito en el guión de su comparecencia: «A pesar de los mensajes emitidos por algunas embajadas se puede visitar Barcelona con total normalidad puesto que, insisto, son solo grupos reducidos los que provocan incidentes en momentos y lugares concretos».

Se ponía en marcha así una nueva estrategia de conexión del Gobierno con una realidad paralela –la de la negación del caos que ha ido a peor en Cataluña– y que fue inmediatamente denunciada por las fuerzas de oposición, empezando por Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, acusó al Ejecutivo de estar mirando para otro lado ante la actual «emergencia nacional» con el solo objetivo de «justificar su no actuación». Desde el PP, Pablo Casado urgía a detener ya la «kale borroka» .

El choque de realidad

Pero la tension eléctrica en Cataluña, y particularmente en Barcelona, se empeñó en todo caso desde la caída de la tarde en llevar la contraria al ministro, que por segunda vez compareció ante los medios en La Moncloa, acto en el que tuvo que dar cuenta al filo de las nueve de la noche de la evacuación en el centro de la Ciudad Condal de un policía nacional herido –ya van 207– pero en este caso en estado «grave» . A esas horas, ya se habían producido lanzamientos de piedras, bolas de acero, botellas, quemas de contenedores y encendido de barricadas, amén de las primeras cargas contra manifestates, que llevaron a hablar al titular de Interior de «comportamientos vandálicos intolerables» hacia los agentes de los Cuerpos de Seguridad y a pronunciar su advertencia más severa hasta la fecha: «Vamos a aplicar al independentismo violento el código penal con toda contundencia, y a todo independentista que actúe fuera de la ley también».

En vista de episodios de violencia extrema que se sucedían en un casi asedio por parte de 400 radicales a la Comisaría Superior de Policía Nacional en la barcelonesa la Via Laietana, surgió el interrogante de a qué espera el Gobierno para actuar de forma más drástica o con refuerzos, a lo que Marlaska respondió que el dispositivo estaba «preparado», pero que solo se dará un paso al frente «cuando la realidad alcance la base» que lo justifique.

¿Sigue el ministro defendiendo que Barcelona es una ciudad que se puede visitar con toda normalidad?, se le interrogó cuando los contenedores ardían en todas las pantallas. «Este ministro quería trasladar que estamos viviendo en partes de la ciudad una realidad complicada, respecto a la cual vamos a garantizar que la sociedad pueda ejercitar sus derechos y libertades», respondió.

Cifras inferiores a lo esperado

En todo caso, en este último balance del día, Fernando Grande-Marlaska puso por delante que las marchas con más de 500.000 participantes –cifra mucho menor a las reunidas en las últimas Diadas, resaltó– que ayer confluyeron en Barcelona con motivo de la huelga general en protesta por la sentencia del procés, lo hicieron de forma pacífica y que la convocatoria de paro de este viernes tuvo una baja repercusión.

El relato de la pretendida normalidad que empezó a querer instalarse ayer fue secundado sin matiz alguno por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que participaba el viernes en un Consejo Europeo y allí mismo, en Bruselas, reconoció que sus colegas comunitarios le habían preguntado por los hechos vandálicos de Cataluña.

Pero Sánchez, informaba Europa Press, «ha restado importancia a estas conversaciones, que ha circunscrito al interés mediático de este tipo de imágenes». En esa misma línea ajena a la violencia desafiante que sacude las principales ciudades catalanas desde el lunes, reiteró su apuesta por la «moderación» para «calmar los ánimos» , añadió que el Estado no puede ceder al «impulso de la exaltación» y recalcó que si hay alguien para decir si Barcelona es o no visitable y que sabe lo que está pasando en Cataluñ,a es Marlaska.

«Muy esporádicos»

Pero según Marlaska, los enfrentamientos brutales del jueves por la noche, que incorporaron como novedad los choques y la búsqueda mutua de grupos de ultraderecha con otros independentistas y fueron televisados por algunos canales durante horas, fueron «escasos» y «muy esporádicos», puesto que a los bloques confrontados se les pudo «mantener separados».

Su visión de estos grupos es ya conocida –«minoritarios pero muy organizados, con mando y una estrategia evidente»– , pero frente a quienes ya tildan sus acciones de terroristas, el ministro prefirió ayer seguir diciendo que el vadalismo que despliegan «es una cuestión de orden público». Y expresó su confianza en que va a seguir siéndolo.

El blanqueo por la vía verbal de lo que está pasando en Cataluña obligó a los periodistas a enfrentar la retórica de normalización del titular del Interior con las imágenes de batalla campal que se vienen difundiendo dentro y fuera de España.

No obstante, Marlaska corrigió –«no creo haber hablado de normalidad», dijo– e indicó que para él, la normalidad se corresponde con el «ejercicio de los derechos fundamentales pacíficamente», cosa que «en violencia no se puede».

6 años de prisión

Por encima de todo, el ministro defendió que la actuación de las fuezas policiales sigue respondiendo a los criterios de proporción, necesidad y legalidad y gracias a ella, no solo se está garantizando «la seguridad pública, sino que cuando hay hechos delictivos, sus autores respondan».

En este sentido, ayer informó de que el número de detenidos alcanza ya los 128, y que 9 de ellos permanecían en prisión provisional por atentado contra la autoridad, lo que –recordó– les enfrenta a penas de 6 años de cárcel. Avanzó que se preparan nuevos arrestos gracias a las identificaciones que las instituciones policiales están llevando a cabo ayudados por medios tecnológicos. No habrá impunidad, volvió a repetir, como también lo hizo Sánchez en Bruselas.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación