El Gobierno minimiza el impacto del «procés» en el MWC

El presidente Rajoy lamenta el plante de Colau y Torrent y defiende Barcelona como «ciudad española»

Mobile World Congress 2018 en Barcelona Inés Baucells / Vídeo: El Rey apela a la "cooperación institucional" en su discurso en la cena del MWC
Àlex Gubern

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Barcelona pese a todo. Ni los desplantes políticos ni una nueva remesa de imágenes de violencia en las calles de la ciudad empañaron ayer la primera jornada del Mobile World Congress (MWC), el evento sobre telefonía móvil más importante del mundo, que desde 2006 viene celebrándose en la capital catalana y está comprometido con la ciudad al menos hasta 2023. Siguiendo la estela de las palabras del Rey Don Felipe en la recepción oficial del domingo, cuando instó a las administraciones a seguir colaborando para garantizar la continuidad del congreso en Barcelona, ayer pareció que se imponía cierta conjura para evitar que la política contaminase el buen curso del congreso. Del buen resultado de la edición de este año depende en buena parte su continuidad.

Al respecto, desde el Gobierno se insistía ayer en la necesidad de que la capital catalana, y por extensión el conjunto de España, sigan albergando un congreso no solo importante por su impacto económico - sobre 470 millones -, sino por la posiblidad de reforzar las aspiraciones de nuestro país de liderar en Europa la implantación de la tecnología 5G por ejemplo.

«Numeritos»

En este contexto, y pese a la proyección que han tenido los «numeritos» previos de Ada Colau y Roger Torrent, fuentes del Gobierno señalaron ayer a ABC que la normalidad se impuso, y que incluso el secretario de Tecnologías de la Información de la Generalitat, Jordi Puigneró, que había anunciado a bombo y platillo que no asistiría a la recepción oficial del MWC como forma de protesta, ayer estaba de los «más solícito» con el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital en su visita al Congreso.

De hecho, y con la situación política en Cataluña bloqueada, por parte de la Generalitat, junto a Puigneró los otros representantes del Govern fueron el secretario general de Presidencia, Joaquim Nin, y el de Empresa, Pau Villòria, que sí se prestaron a participar en el «besamanos» a la llegada de Don Felipe . En cambio, no participaron en la reunión previa a modo de «briefing» que la organizadora del congreso, la GSMA dio a Don Felipe y a las principales autoridades al no haber sido invitados. La Generalitat no fue convocada por el escaso rango de sus representantes.

Cuitas políticas al margen, desde el Gobierno la consigna es clara: apoyo cerrado al MWC y a Barcelona y censura al independentismo por poner en peligro el congreso. Así, por ejemplo, el presidente Mariano Rajoy reprochó a Torrent y a Colau que plantasen al Rey. Para Rajoy, lo relevante es que el Congreso se celebra y debe seguir celebrándose en «una ciudad española» como es Barcelona. «Luego el hecho de que alguien desconozca sus obligaciones institucionales o necesite hacerse notar es un tema menor que en ningún caso puede empañar lo más importante», recalcó Rajoy.

En términos parecidos se pronunció el ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal , que subrayó que Barcelona es «imbatible» como sede del MWC, criticando que algunos quieren «ponérselo fácil» a los que quieren aprovechar la situación política en Cataluña para llevárselo a otra ciudad. En un encuentro con los medios, Nadal remarcó que Barcelona tiene un posición «muy fuerte y muy difícil de desafiar» y es «imbatible» como ciudad para acoger un congreso de este tipo, dado que cuenta con unas infraestructuras turísticas «difíciles de replicar» y es un centro tecnológico de relevancia a nivel internacional.

Sin embargo, no negó que existen «elementos políticos» que distorsionan el correcto funcionamiento de la feria y que otros quieren aprovechar para llevársela a otros países, como ocurrió con el Brexit. «No les niego yo que la situación política que hay aquí y algunas distorsiones (...) no quieran ser aprovechados por otros para que el Mobile deje de estar en Barcelona», remarcó el ministro en declaraciones recogidas por Ep.

«La mejor edición»

La consigna en favor de la continuidad en España del MWC es clara. En declaraciones a este diario, Carlos Grau, director de la Mobile World Capital -la fundación que une a las administraciones con la industria y la organizadora de la feria- apuntaba que pese a todo el ruido político, esta va camino de ser la mejor edición.

Con cifras aún provisionales, se han superado ya los 108.000 participantes, de los cuales unos 6.000 son máximos responsables de compañías del sector. «He visto complicidad total entre las administraciones y la organización», explica Grau, que apunta que pese a que muchas ciudades del mundo pueden estar al acecho, Barcelona, y por extensión España, siguen siendo los huéspedes ideales para un evento de estas características. Grau asegura a ABC que tras los acontecimientos del domingo no han recibido señal de alarma alguna por parte de la GSMA, la organizadora que sí dejó claro de manera reciente que la estabilidad es una condición esencial para seguir en la capital catalana.

A favor de la continuidad del MWC en Barcelona se pronunciaron también el consejero delegado del Grupo Vodafone, Vittorio Colao, y el presidente ejecutivo de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, quienes aseguraron que sus empresas trabajarán en la medida de lo posible para que el evento se quede en España.

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