El ministro de Justicia, Rafael Catalá
El ministro de Justicia, Rafael Catalá - EFE

El Gobierno hace piña con Catalá frente a los «chismes»

La Moncloa evita extraer lecciones de la dimisión de Moix: «Fue una decisión personal»

Madrid Actualizado: Guardar
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El presidente Rajoy tuvo ayer otra de esas noticias que le reafirman en su discurso: la bajada del paro en mayo en más de cien mil personas. Esas son las cosas «importantes» que le preocupan, y no los «chismes», como dijo en un acto público el día anterior, nada más producirse la dimisión del fiscal anticorrupción, Manuel Moix. Pero el Gobierno no pudo evitar que, después del Consejo de Ministros, el grueso de las preguntas se centraran en las consecuencias de esa dimisión, y no en el dato de empleo, que la ministra Fátima Báñez acababa de explicar al detalle ante sus compañeros en la reunión de La Moncloa. El ministro y portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, expresó el apoyo «rotundo» y unánime del Gobierno al ministro de Justicia, Rafael Catalá, después de que la oposición exigiera su dimisión por su apoyo a Moix.

El portavoz confesó que se sentía incapaz de entrar en la mente de Mariano Rajoy para saber a qué se refería exactamente cuando dijo que hacer política es ocuparse de las cosas importantes, «y no de los chismes». Pero puso un ejemplo de lo que significa ese término para él: «Un chisme es decir que el Gobierno no respalda al ministro de Justicia. Es un falso chisme». Por eso, cuando se le preguntó directamente si el Gobierno apoyaba a Catalá, contestó con un «sí rotundo».

El ministro de Justicia, que ya ha sido reprobado por la mayoría parlamentaria, aunque sin ningún efecto práctico, es la siguiente pieza que se quiere cobrar la oposición, junto al fiscal general del Estado, José Manuel Maza, que fue quien eligió a Moix en su día. «Algunos están empeñados en decir que el Gobierno interfiere en la acción de la Fiscalía, pero eso es radicalmente falso», afirmó Méndez de Vigo. «El Gobierno no pone orden, pero sí quiere orden y eficacia en las instituciones».

Desde La Moncloa se recuerda que «Moix era un nombramiento interno de la Fiscalía, en el que el Gobierno solo interviene formalmente». En ese sentido, las fuentes consultadas resaltan que «Catalá no ha hecho nada, porque nada tenía que hacer, y cuando lo ha explicado lo ha hecho de forma impecable». En ese sentido, se subraya que «no hay críticas internas» dentro del Gobierno. «Al contrario, todos los ministros le están defendiendo como una piña». El ministro de Justicia fue el encargado ayer de presentar la renuncia de Moix en el Consejo de Ministros, que lo aprobó.

«Catalá es ahora mismo el objetivo número uno de la oposición, que le ha enfilado, pero el ministro goza de la confianza del presidente y de sus compañeros», subrayan en La Moncloa, donde se incluye a la vicepresidenta del Gobierno entre los apoyos explícitos al ministro.

El «sí» de Rajoy

Uno de los momentos que han dado más que hablar en los últimos días fue el apoyo que mostró el presidente Rajoy al fiscal anticorrupción durante la cumbre bilateral con Portugal, en Vila Real. El portavoz intentó explicar ese «sí» de Rajoy, dos días antes de que Moix dimitiera. Según Méndez de Vigo, a Rajoy se le preguntó si seguía confiando en el fiscal anticorrupción, y la respuesta tenía que ser afirmativa, porque «el Gobierno tiene que confiar siempre en las instituciones».

El Gobierno quiere pasar página cuanto antes en este asunto. «No estamos en esto», insistieron fuentes próximas a Rajoy. El ministro portavoz evitó hacer comentarios sobre las lecciones que pueden extraerse del paso de Manuel Moix por una Fiscalía tan delicada como la de Anticorrupción, que apenas ha durado tres meses y ha acabado en una sonada dimisión tras hacerse pública su posesión de un 25 por ciento de una sociedad radicada en el paraíso fiscal de Panamá, una herencia declarada.

«Ha sido una renuncia personal, y el Gobierno no valora las decisiones personales, son respetables», explicó el portavoz del Ejecutivo. En todo caso, puntualizó, lo que se revela es «el funcionamiento correcto del Estado de Derecho, la separación de poderes y la independencia de la Justicia» en España.

En La Moncloa esperan ahora un relevo rápido en la Fiscalía Anticorrupción. Una vez que el BOE publique la renuncia de Moix, el fiscal general del Estado abrirá la convocatoria para la presentación de candidaturas. Esta convocatoria abrirá un plazo de quince días para presentarse a quienes lo deseen, dado que deben acompañar su candidatura con un proyecto de trabajo. Una vez cerrada esta fase, Maza fijará fecha para reunir y escuchar al Consejo Fiscal. A partir de ahí hará su propuesta de nombramiento al Gobierno.

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