El Gobierno acusa a Casado y Rivera de sumarse a tendencias racistas

PP y Cs compiten por liderar el discurso contra la inmigración irregular mientras el Gobierno los acusa de no respetar los derechos humanos

Albert Rivera durante su visita a la valla de Ceuta junto a los agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional EFE | Vídeo ATLAS
Víctor Ruiz de Almirón

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La llegada de inmigrantes irregulares a las costas españolas se ha convertido en arma electoral entre los partidos políticos . El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, se encontraba ayer en Mauritania para reforzar la cooperación en la lucha contra la inmigración irregular. Lo hacía después de desplazarse durante el fin de semana a Algeciras para inspeccionar los dispositivos de asistencia.

El Gobierno rechaza que su política migratoria esté provocando un efecto llamada y ayer se lanzó a criticar a PP y a Ciudadanos por realizar «paseos electorales». Pero lo cierto es que ya reconoce que la situación requiere actuaciones específicas. Se reconoce desde el Gobierno que hay que hacer «pedagogía» y «pelear el relato» en un asunto que asumen que genera mucha atención ciudadana.

La cuestión ha abierto una disputa política para aprovechar la cuestión. El sábado el nuevo presidente del PP, Pablo Casado, anunciaba su intención de visitar la valla de Ceuta para apoyar a la Guardia Civil. En un comunicado el PP informaba ese día de esta visita para mañana miércoles 1 de agosto. Lo hacían después de que 602 inmigrantes irregulares de origen subsahariano accediesen el pasado jueves a territorio español en grupo utilizando «medios virulentos» contra los agentes de la autoridad.

Un día después de que Casado anunciase su visita hacía lo propio el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, que encontró hueco en su agenda para hacerlo con más premura. Ayer se desplazó hasta la valla de Ceuta. «Quería venir a conocer de primera mano la presión migratoria y a apoyar a nuestros agentes. Para poner fin a la inmigración irregular, necesitan apoyo y aquí echo en falta al Gobierno», criticó el líder de Cs. Rivera echa parte de la culpa a la política de gestos del nuevo Ejecutivo, como la recepción del Aquarius o el anuncio del fin de las concertinas. Aunque también reconoce el importante efecto derivado del cierre de puertos en Italia. «No me parece decente que el Gobierno diga una cosa en el puerto de Valencia pero luego aquí en Ceuta no esté ni se le espere».

El líder de Cs planteó que el asalto del pasado jueves fue obra de una «organización casi militar». « Muchas de las mafias ya conocen cómo superar estos obstáculos : radiales, heces, cal viva. La tecnología será una de las apuestas de Ciudadanos para controlar este problema», dijo Rivera. El líder de Cs dijo que defiende una inmigración regular ordenada.

«Buscan la confrontación»

Tras varios días rebajando el perfil, el Ejecutivo se esforzó ayer en responder a las actuaciones de PP y Ciudadanos. La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, dijo que líderes «como Pablo Casado o Albert Rivera, con una total irresponsabilidad y falta de respeto a los derechos humanos , están intentando buscar un camino hacia la confrontación entre personas de nuestro país y personas que necesitan una ayuda humanitaria».

En declaraciones a los periodistas realizadas tras una visita a un centro para acogida de inmigrantes de manera temporal en la provincia de Cádiz, Valerio dijo que la actuación de Rivera y Casado «no es razonable» salvo que «quieran sumarse a las tendencias de algunos líderes de Europa que son racistas y xenófobas».

El debate se calentó desde el domingo, después de que Casado manifestase que «no es posible que haya papeles para todos, ni es sostenible un Estado de bienestar que pueda absorber a los millones de africanos que quieren venir a Europa». El PP y también Ciudadanos van a pedir la comparecencia del ministro Marlaska en el Congreso de los Diputados. Ayer Casado defendió que cuando gobernó el PP «no ha habido problemas con la acogida de inmigrantes», y se remontó a los años noventa para señalar que entonces «no hubo problemas» con la acogida, que fue «ordenada y legal, integrada y sin guetos».

Mientras PP y Ciudadanos pugnan en este apartado, el partido V OX reclama para sí la paternidad de la preocupación por esta cuestión. De hecho, su secretario general, Javier Ortega, fue el primero en visitar Ceuta. VOX plantea cuestiones como la devolución inmediata, la prohibición de ayudas sociales a inmigrantes ilegales o reforzar las fronteras en Ceuta y Melilla con un muro de hormigón.

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