Gendarmes y Mossos despejan La Junquera y detienen a una veintena de secesionistas

Los activistas trasladaron el corte a Gerona y bloquearon los accesos a Barcelona

Emili Puig

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Cada Estado tiene su propia cultura policial para afrontar los desórdenes públicos. A veces, lo que en unos países es uno de los últimos recursos para atajar a los violentos, en otros es la primera herramienta de la que echar mano antes de que las cosas empiecen a torcerse. Ocurre con el gas pimienta, lanzado a primera hora de ayer por los antidisturbios de la Gendarmería sobre la manifestación independentista que pretendía mantener tres días bloqueada la principal vía de comunicación entre España y Francia. El gas contribuyó de forma decisiva a que el operativo de la Policía francesa, Mossos d’Esquadra y Guardia Civil desalojase la autopista AP-7 en El Pertús (Francia) ocupada por activistas de Tsunami Democràtic. Lo hicieron en tres horas y sin apenas echar mano de sus defensas. En cambio, en España, y sobre todo en Cataluña, donde el gas tiene mala prensa entre muchos sectores, la Policía suele reservarlo para momentos críticos, priorizando las cargas sobre los manifestantes.

Lo cierto es que ayer, en la autopista A-7, los gendarmes consiguieron que unos 400 manifestantes independentistas —muchos de los cuales habían pasado la noche sobre el asfalto en tiendas o en sus coches— retrocediesen hacia territorio español. Los activistas se habían sentado en el suelo para resistirse cuando vieron que los agentes se preparaban para actuar.

Con el gas, la mayoría de manifestantes se levantó aunque algunos se resistieron a los agentes. Finalmente los hicieron retroceder hacia el linde con España, donde los esperaban los Mossos y también la Guardia Civil en una segunda línea. La Policía catalana los fue echando de la calzada en un lento proceso para prevenir accidentes por la complejidad de los accesos. El dispositivo acabó con 18 manifestantes detenidos por la Gendarmería y uno más arrestado por los Mossos. La mayoría quedaron en libertad.

Sobre las once de la mañana había acabado el desalojo de la AP-7 en El Pertús, pero los secesionistas trasladaron luego su desafío a varios puntos de la N-2 a su paso por La Junquera. Provocaron también retenciones kilométricas y agotaron la paciencia de un camionero polaco, que no detuvo su tráiler y casi se lleva por delante a una treintena de manifestantes . Los concentrados respondieron a golpes y pedradas contra el camión, teniendo que actuar los Mossos, que finalmente detuvieron al conductor por conducción temeraria.

A media tarde, Tsunami Democràtic decidió trasladar sus sabotajes a Gerona, en concreto a otro tramo de la AP-7, a unos 39 kilómetros de la frontera, que al cierre de esta edición permanecía cortada y donde pretendían pasar la noche. Mientras, los autodenominados Comités de Defensas de la República (CDR) trataban al cierre de esta edición de colapsar varios accesos a Barcelona.

Pero el desafío fronterizo de los radicales no se limitó a Cataluña, y el Tsunami intentó una réplica en el País Vasco. La llamada a colapsar la frontera de Irún no hizo más que agravar los problemas que ya había en la AP-8 después de que un accidente de tráfico obligara a cortar un tramo de la N-121-A, que conecta Guipúzcoa con Navarra. Otro factor determinante fue el hecho de que el lunes fuera jornada festiva en Francia, lo que ayer produjo una importante acumulación de camiones. Desde el Departamento vasco de Seguridad informaron de que las colas llegaron a alcanzar los once kilómetros en la «muga», informa Adrián Mateos . El tráfico lento fue la mayor de las consecuencias de la protesta orquestada por Tsunami, que llamó a cerrar las fronteras entre España y Francia para reclamar una «solución democrática» al conflicto «no resuelto» entre Cataluña, «Euskal Herria» y España. Los radicales, que iniciaron la marcha en torno a las seis de la tarde en la AP-8 a la altura de Oyarzun, instaron a conducir a un máximo de 60 kilómetros por hora en los dos carriles y a llevar encendidas las luces de emergencia.

La acción «más ambiciosa»

El colapso viario fue así lo más que lograron los activistas de Tsunami, organización sin portavoces y no registrada, que el pasado viernes anunciaban para esta semana su acción «más ambiciosa». Con el apoyo del Gobierno catalán -Quim Torra se solidarizó con los manifestantes y anunció que los Mossos actuarían con la máxima «exquisitez»-, lo máximo que lograró Tsunami fue desplazar a unas 2.000 personas en el momento de máxima afluencia a la Junquera. Tras el desalojo de ayer por la mañana, y a la desesperada, los CDR cortaron ayer por la tarde la A7 en Tarragona y los accesos a Barcelona por la avenida Diagonal, la avenida Meridiana y la Gran Via de Barcelona. Al cierre de esta edición se mantenía el bloqueo.

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