Un confidente confesó un plan para ejecutar a Pedro J. y Cebrián tras el 23F

Contó a Manglano que en una reunión de oficiales se planteó asesinar a los periodistas

En el archivo de Manglano constan las fichas de los movimientos involucionisas posteriores al golpe del 23F

Qué son los 'papeles de Manglano'

Vídeo: ABC Multimedia
Juan Fernández-Miranda

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El primer cuaderno de notas que Emilio Alonso Manglano estrena como nuevo director del Cesid contiene una anotación que da una idea de la tensión que vivía la incipiente democracia española. Tiene tapa de color azul y tamaño cuartilla. En la portada, el recién nombrado jefe de los espías anota la fecha de inicio y cierre de la libreta: «27.5.81 – 17.7.81» . El entonces teniente coronel había sido designado al frente del Cesid después de que la inteligencia militar de la nueva democracia española fracasara estrepitosamente durante los preparativos del golpe de Estado del 23-F, incluso alguno de sus miembros resultó condenado.

Cuando el ministro de Defensa, Alberto Oliart , le encomendó dirigir el espionaje español le hizo una triple petición: modernizar el servicio, mejorar la información para frenar el terrorismo y atender a los movimientos involucionistas, con especial atención a las Fuerzas Armadas. En relación a este tercer punto, se trataba de alertar sobre cualquier comentario subversivo o cualquier manifiesto anticonstitucional que circulara en los cuarteles, y que podían desembocar en una nuevas asonada golpista. El ruido de sables era un clamor en los primeros años 80.

Tras ese primer despacho con el ministro de Defensa, Manglano recibe de un confidente militar una información espeluznante, y la anota así: «En una reunión de oficiales se habló de formar un comando que ejecute a Juan Luis Cebrián y a Pedro J. Ramírez» , los entonces directores de 'El País' y de 'Diario 16', los dos principales periódicos surgidos en la Transición, con una línea editorial que defendía la democracia y la ruptura con el pasado dictatorial.

La información que recibe Manglano supone que en la cúpula militar hay algún oficial dispuesto incluso a ejecutar a periodistas. Esta amenaza no volverá a aparecer en los manuscritos del director de la inteligencia, así como tampoco la identidad de los asistentes a la reunión de la que salió semejante propuesta de atentado.

Fichas secretas

En la documentación que Manglano manejó en esos años –que consta en el archivo al que ha tenido acceso ABC y que forma parte del libro 'El jefe de los espías' (Roca Ediciones)–, se incluyen una serie de documentos con multitud de detalles. Son fichas que desvelan los movimientos de los partidarios de derrocar el sistema y en las que el director del Cesid establece que durante los primeros dieciséis meses desde el 23–F se conforman tres tipos de movimientos, que él mismo bautizó como H1, H2, y H3. Son distintos en organización y motivaciones, pero existían vínculos entre ellos. Manglano consideraba que existía un «riesgo institucional» , pues el Ejército está «irritado» y «hosco» y en el horizonte se vislumbra que «se está cociendo algo» .

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