El fiscal del juicio del «procés» Javier Zaragoza ha comparado los disturbios independentistas que lleva días sufriendo Barcelona -y otras ciudades catalanas- con el golpe secesionista del otoño de 2017, que sentó en el banquillo y ha acabado condenando por sedición y malversación a los cabecillas políticos de aquel episodio. Javier Zaragoza ha vinculado de lleno aquella ofensiva de hace dos años con la situación actual que vive Cataluña, en medio de esa violencia callejera que se desplegó tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo.
El fiscal, que ayer visitó Huesca para ofrecer una charla sobre cuestiones técnicas relacionadas con el denominado «juicio del procés», evitó pronunciarse ante los periodistas sobre la situación que está viviendo Cataluña. Tampoco quiso opinar sobre la sentencia, que no ha aceptado la petición de la Fiscalía para condenar a los acusados por rebelión, delito más castigado que el de sedición. A principios de semana, los fiscales del «procés» sí
criticaron el fallo
por ese hecho.
Ayer, pese a su empeño en no pronunciarse personalmente sobre esos asuntos, Javier Zaragoza sí puso en relación directa el golpe del 1-O y la ofensiva violenta que se está produciendo ahora. Tras afirmar que analizar o discutir una sentencia «es parte de la cultura y de la normalidad democráticas», subrayó que «lo que no forma parte de la cultura y de la normalidad democráticas es lo que sucedió entonces (golpe secesionista de 2017) y lo que está sucediendo ahora» .
Respecto al fallo del Supremo, el fiscal Zaragoza afirmó que, «con independencia de las discrepancias jurídicas», lo que toca hacer «en un Estado de Derecho y en una democracia «no solo es cumplir las resoluciones judiciales, sino también respetarlas y acatarlas». Y abogó por «dejar pasar el tiempo» para poder analizar y discutir la sentencia del «procés» con «más objetividad» .
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