El fiscal Moix sorprende al revelar técnicas de investigación en el caso Lezo

El jefe de la Fiscalía Anticorrupción, Manuel Moix, va de polémica en polémica. Primero trató de devaluar la operación Lezo, que ha llevado a prisión al expresidente de Madrid Ignacio González, luego anunció que retiraba del caso 3 por ciento a los dos fiscales que desde el primer minuto han llevado el asunto y ayer, de nuevo, volvió a sorprender al confirmar que a lo largo de la investigación en torno a la trama que actuaba a través del Canal de Isabel II se habían colocado micrófonos en el despacho del principal acusado.

Fuentes jurídicas consultadas por ABC aseguran que, en el mejor de los casos, es una temeridad que el fiscal jefe Anticorrupción -en realidad, cualquier representante del ministerio público- confirme la utilización o no de una técnica de investigación.

Incluso, puede haber quien lo interprete como una «revelación de secretos», porque la causa está sometida aún a esa condición y él es un funcionario público especialmente obligado a guardar silencio y sigilo sobre un asunto del que conoce en razón de su cargo.

En declaraciones a la Cadena Ser, Manuel Moix aseguró que, según la información que tiene, la decisión del juez de colocar un micrófono en el despacho de González no fue para evitar esas supuestas filtraciones sino que era parte de la investigación. «A la Fiscalía no le constan las filtraciones y, es más, no sería capaz de asegurarlo, pero creo que el micrófono (en el despacho) no se coloca por las filtraciones sino como consecuencia de la investigación que se está realizando», dijo.

Moix señaló que no conoce la conversación en la que el expresidente habría manifestado su satisfacción por su nombramiento -sí la conocía porque fue examinada en la Junta de fiscales antes de la operación- y opinó que dichas informaciones no afectarían a su credibilidad.

En otro momento de la entrevista defendió que, a día de hoy, sigue sin ver acreditado «en este estado de la investigación» el delito de organización criminal, aunque admite que el juez lo recoja en su auto porque para decretar prisión debe justificarlo en una «existencia indiciaria de delito». Añadió que lo que él les dijo a los fiscales del caso es que «según el informe» que le habían presentado él no veía claro ese delito de organización criminal, y sigue pensando lo mismo, aunque otra cosa es que se acredite después.

«Eso es lo que estamos investigando, no está acreditado todavía»,insistió Moix y añadió que le «encantaría» poder explicar por qué piensa así, pero que no puede porque el sumario está secreto.