Ferraz señala a Díaz por el fracaso y reabre la disputa interna para preocupación de los barones

El fiasco andaluza reabre las heridas en el PSOE entre Ferraz y la federación andaluza

La Ejecutiva andaluza reafirmó ayer su confianza en Díaz como líder del PSOE EP
Víctor Ruiz de Almirón

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Las heridas que no cicatrizan bien siempre vuelven a sangrar. Y la herida en el PSOE es de las que precisaban una cirugía general que nunca se produjo. Pedro Sánchez y Susana Díaz coexistían pero no convivían desde su agrio enfrentamiento en las primarias de 2017. Un frágil armisticio que resistía por el bien común. Al primer traspié, el primer reproche abriría las hostilidades.

Y el hundimiento del PSOE en las elecciones andaluzas es mucho más que un traspié y tiene dimensión de fracaso histórico. La dirección federal estableció ayer un dique de contención entre los resultados de Díaz y la gestión de Pedro Sánchez en el Gobierno de España. El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, descartó un adelanto de las generales: «Al contrario. Vamos a seguir insistiendo en la necesidad de intensificar nuestra agenda social , no planteamos esta cuestión». En la línea de los manifestado por Sánchez: «Mi Gobierno seguirá impulsando un proyecto regenerador y europeísta para España», que utilizaba el ascenso de Vox para enmascarar su caída: «Los resultados en Andalucía refuerzan nuestro compromiso de defender la Constitución y la democracia frente al miedo».

Ábalos aceptó ayer en rueda de prensa que los resultados tienen una «implicación» nacional pero destacó que «cada territorio tiene su singularidad». Ábalos protegió a Sánchez recordando que el PSOE andaluz quiso centrar la campaña en clave autonómica. Y dejó caer que los resultados en unas generales habrían sido diferentes esencialmente porque «habría aumentado la participación».

Dirigentes de Ferraz criticaban ayer en privado que Díaz optase por una campaña de «perfil bajo» que no ha movilizado a los votantes. Y recordaban la «insistencia» de Díaz, aceptada por la dirección federal, en plantear una campaña «con acento andaluz». El portavoz de la Ejecutiva federal y alcalde de Valladolid, Óscar Puente, era todavía más claro y apuntaba al desgaste de la figura de Díaz por su «aventura» de disputar la secretaría general del PSOE, algo que, según Puente, «la sociedad andaluza no ha olvidado». El alcalde de Valladolid se preguntó «en qué momento se nos olvidó que tendría un coste político lo que ocurrió en la disputa entre Pedro Sánchez y Susana Díaz» . Y fue claro en lo que respecta a que es el PSOE andaluz el responsable del resultado: «Cada uno tiene que hacerse responsable de sus éxitos y sus fracasos», sentenció.

Con formas más conciliadoras pero con un fondo si cabe más grave para el futuro de Díaz, Ábalos apuntó a que «el PSOE en Andalucía va a abrir una reflexión sobre los resultado y nosotros queremos también implicarnos en ese proceso, contribuyendo a la necesaria regeneración de nuestro proyecto en Andalucía».

Esa decisión de dejar pista libre a Díaz para evitar choques internos, algo que molestó en sectores sanchistas andaluces en su momento, se ha terminado. Formalmente la dirección federal apoya que el PSOE andaluz «lidere» la búsqueda de una solución para la gobernabilidad, pero con la advertencia de que Ferraz «se va a comprometer e implicar en este proceso».

El hombre fuerte del PSOE en el Gobierno no descartó la dimisión de Susana Díaz: «Nosotros como dirigentes sabemos lo que tenemos que hacer siempre. Siempre estamos a disposición de lo que diga la organización», dijo Ábalos. «Nuestro papel siempre está subordinado al éxito de nuestro proyecto político» , insistía. El mensaje es claro: si Díaz no consigue ser investida debe dejar las riendas del PSOE andaluz.

Los mensajes que llegaron de Ferraz abrieron un boquete con la federación andaluza. Díaz rechaza marcharse sin intentar mantener el poder. La líder del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, manifestaba sus críticas, a los mensajes de la dirección federal: «¿Cómo es posible que se pida la dimisión de quién gana unas elecciones y no se le pida responsabilidades a quien las pierde? ¿Doble vara de medir? El mundo al revés». Desde la dirección andaluza se destacaba que la comisión ejecutiva regional «ha votado hoy su continuidad por unanimidad» , con lo que dan por «contestadas» las advertencias de Ferraz.

Los resultados arrojan una gran incertidumbre en la familia socialista. En diferentes federaciones se quería establecer ayer una diferencia entre lo que sucedió en Andalucía y el resto de comicios. Pero la sensación de que si la crisis más profunda ha visitado al todopoderoso PSOE andaluz el futuro no está garantizado estaba ayer muy presente. Desde una federación en la que los socialistas gobiernan se apuntaba al «carácter propio» de los comicios andaluces pero se reconocía la necesidad de «extraer conclusiones» . En Castilla-La Mancha el presidente Emiliano García Page destacaba que en su región se buscará «la centralidad» . En la Comunidad Valenciana existe mucha preocupación por el ejemplo de baja participación y se mostraban desconcertados. El ejemplo podría alterar o al menos postergar los planes de Ximo Puig de adelantar las elecciones: «Es una decisión difícil, lo prudente es esperar», se apunta en su entorno.

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