Un excolaborador de la imputada Laya, nuevo embajador en Malta en sustitución de la mujer de Pedro Duque

José María Muriel era secretario general técnico de Asuntos Exteriores cuando se produjo el ‘caso Gali’

José María Muriel, en una imagen de archivo ABC
Roberto Pérez

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El Gobierno de Pedro Sánchez ha hecho hueco en la embajada de Malta a uno de los colaboradores directos de la exministra Arancha González Laya , imputada en el ‘caso Gali ’ por la entrada furtiva en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, el pasado abril. Laya fue destituida por Sánchez en julio. Con ella salieron de la cúpula de Exteriores, entre otros, el también imputado Camilo Villablino, que era su jefe de gabinete, y el diplomático José María Muriel Palomino , que era secretario general técnico y que ahora es recolocado como embajador en Malta.

Muriel sustituye en este cargo a Consuelo Femenía , esposa del exministro Pedro Duque, que fue destinada a esa embajada en 2018, en vísperas de que su esposo se incorporara al gabinete de Pedro Sánchez.

El decreto de destitución de Femenía como embajadora en Malta y el de nombramiento de su sustituto, Muriel, fueron firmados ayer martes por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y aparecen este miércoles en el Boletín Oficial del Estado (BOE).

Consuelo Femenía y su marido Pedro Duque se vieron envueltos en la polémica poco después de ser promovidos por Pedro Sánchez, él como ministro y ella como embajadora en Malta. La polémica llegó tras destaparse que el matrimonio Duque-Femenía había adquirido un chalé en Jávea (Alicante) a través de una sociedad patrimonial que tenían a su nombre, con la que podrían haber obtenido un tratamiento fiscal más ventajoso. Duque salvó la polémica, fue apoyado por Sánchez, siguió de ministro hasta hace unos meses y su esposa continuó como embajadora en Malta, hasta la fecha.

Por su parte, José María Muriel ha quedado indemne en el ‘caso Gali’. El juez zaragozano Rafael Lasala, que investiga esa operación clandestina por los presuntos delitos de prevaricación, falsedad y encubrimiento, solo lo llamó a declarar en calidad de testigo , a diferencia de Laya y Villarejo, que han acabado imputados. De hecho, hasta la fecha, son los dos únicos imputados en este procedimiento, que tiene en el punto de mira también a los ministerios de Interior y de Defensa.

La instrucción judicial ha destapado que la operación clandestina urdida por el Gobierno de Sánchez para introducir furtivamente en España a Brahim Gali fue coordinada directamente desde la cúpula de Exteriores por Camilo Villarejo, que a su vez actuó siguiendo instrucciones de Laya. Para esa entrada clandestina del líder del Polisario se utilizó también a la cúpula del Ejército del Aire (Ministerio de Defensa) y con la presencia de agentes de Interior.

Gali fue introducido por la Base militar de Zaragoza , a donde llegó en un avión de la Presidencia de Argelia. De allí fue trasladado a Logroño, donde ingresó en su hospital público para ser tratado de Covid -el Gobierno regional de la socialista Concha Andreu también tuvo por ello una participación directa en esta operación-.

También se ha sabido que la cúpula policial estuvo al tanto de esa entrada furtiva de Gali y desplegó agentes para hacerle seguimiento y dar cobertura de seguridad. Sin embargo, no lo comunicó a la Audiencia Nacional, pese a que le había pedido a la Policía poco antes que localizara a Gali, ya que estaba incurso en causas penales abiertas por los presuntos delitos de genocidio, terrorismo y torturas, entre otros.

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