Vox se entrega al trumpismo

El partido de Santiago Abascal, tercera fuerza parlamentaria de España, se ha sumado al gran ciclón populista que hace cuatro años hizo triunfar al «sí» en el referéndum del Brexit

El presidente de Vox, Santiago Abascal, durante su intervención en la sesión plenaria del Congreso de los Diputados EFE
David Alandete

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Cuando Santiago Abascal llegaba el viernes al mayor congreso de votantes conservadores de Estados Unidos, acompañado del diputado Iván Espinosa de los Monteros y el eurodiputado Hermann Tertsch ; el artífice del Brexit, Nigel Farage , tomaba el escenario con una bandera británica en la mano para afirmar que el globalismo izquierdista amenaza desde su cuartel general en Europa con destruir las naciones y sus símbolos identitarios. «No solo quiero que Reino Unido salga de la Unión Europea, ¡quiero que toda Europa salga de ella!», proclamó.

Vox, tercera fuerza parlamentaria de España, se ha sumado al gran ciclón populista que hace cuatro años hizo triunfar al «sí» en el referéndum del Brexit y que luego aupó contra todo pronóstico a Donald Trump a la presidencia de la primera potencia mundial. Abascal y sus acompañantes tendrán reuniones en Washington con legisladores en el Capitolio, con funcionarios en el departamento de Estado y en algunos de los «think tanks» conservadores con más poder en EE.UU., como la Fundación Heritage. Ayer, los políticos de Vox estuvieron presentes en el discurso que dio el propio Trump a los más de 10.000 asistentes a este congreso conservador.

Ningún otro partido español se ha atrevido a abrazar a Trump y lo que representa de una forma tan decisiva, sin reparos. El propio Abascal dice a ABC que cree un error del gobierno y el resto de la oposición en España marcar distancias con Washington porque el presidente sea Trump: «La demonización de Trump es mala para España. El PP y el PSOE han tendido a distanciarse, dificultando las relaciones y dañando los intereses de España, que así se queda descolgada».

Por medio de esta visita, en la que también le acompañan el diputado Manuel Mariscal y la eurodiputada Margarita de la Pisa Carrión, Abascal asegura que quiere preservar en lo que pueda unas relaciones entre Washington y Madrid que considera completamente arruinadas por el gobierno de Pedro Sánchez.

«Hay una gran preocupación en la administración Trump con la postura del gobierno de España con respecto a Venezuela, España debería defender la libertad y la democracia, y debería estar a la cabeza de Europa en la defensa de esos valores. Pero en el mejor de los casos está en la equidistancia y en el peor, en la dependencia del régimen de Maduro», dice el diputado.

No es que Abascal sea un político ampliamente conocido en Washington, como sí lo es Farage o la francesa Marine Le Pen, pero hubo un grupo que en esta conferencia le esperó y le persiguió para poder tomarse fotos con él : miembros y descendientes del exilio cubano y venezolano, que le agradecen a Vox que demuestre la misma dureza de la administración Trump contra los regímenes de corte socialista y comunista. De hecho, el viernes, antes de llegar a este congreso, el diputado tuvo una reunión con el embajador venezolano en EE.UU., el veterano opositor al régimen chavista Carlos Vecchio .

Admiración por Trump

Sin ningún reparo expresa su admiración por Trump el eurodiputado Terstch, quien dice que comparte con el presidente estadounidense «su defensa de los valores occidentales y del estado nación, además de sus políticas migratorias». Hay una lección que Terstch dice que Vox ha aprendido de Trump: «De verdad, en España puedes ser libre cuando pierdes el miedo a que te llamen fascista por defender tus ideas. No tenemos miedo, como Trump no tiene miedo, y por eso está teniendo tanto éxito esta revolución conservadora».

Quiere tomar ideas de los influyentes grupos pro-vida de EE.UU. la eurodiputada De la Pisa Carrión, quien espera que en Europa pueda cundir «la ilusión de ese movimiento en América». «Tenemos mucho que aprender en Europa del espíritu pro-vida que hay aquí en EE.UU.», dijo. Trump se convirtió el mes pasado en el primer presidente que se ha dirigido en persona a la mayor marcha antiabortista de EE.UU ., que cada enero se celebra en Washington.

No hay sin embargo una coincidencia absoluta entre el ‹trumpismo› y Vox. Abascal matiza que no comparte todas las políticas de Trump. «No nos identificamos con todas sus propuestas, no coincidimos en todo, pero hay cosas en las que sí como la defensa de la nación y el control de las fronteras», dijo.

Durante el breve paseo de Abascal por este centro de congresos abundaban las gorras rojas con el lema que hizo famoso Trump hace cuatro años: «Hagamos América grande de nuevo». En campañas pasadas, Vox ha jugado con el mismo lema, cambiando el nombre de América por el de España. ¿Sigue pensando que es un eslogan válido? «Los lemas son solo parte de una campaña y se dicen en periodo electoral, pero lo que está claro es que el querer hacer grande a España es algo válido y bueno», responde. Tanto en Washington como en Nueva York, donde viajará después, Abascal y sus acompañantes tendrán también encuentros con ciudadanos españoles residentes en el extranjero.

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