Alberto Garzón
Alberto Garzón - EFE

El encaje de Izquierda Unida y las confluencias marca el futuro inmediato

Se busca un «papel relevante» para Garzón, pero la portavocía será de Errejón y Montero

Madrid Actualizado: Guardar
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Ya había manifestado Unidos Podemos su vocación de volver a solicitar a la Mesa del Congreso que sus confluencias territoriales (En Comú Podem, En Marea y A la Valenciana) tengan grupo propio en el Congreso de los Diputados. Pero si de los acuerdos para la composición del órgano sale una mayoría de PP y Ciudadanos, sus deseos volverána verse frustrados. Una decisión amparada en el reglamento de la Cámara, que deja claro que quienes no han competido electoralmente no pueden formar grupo propio.

Cuando esa decisión sea definitiva, los 9 diputados valencianos se integrarán en el grupo mixto, como ya hicieron durante la pasada legislatura. Los 62 diputados restantes formarán el grupo de Unidos Podemos, aunque se le volverá a dar una estructura confederal, que no es otra cosa más que un reparto de tiempos en las intervenciones en los plenos y comisiones, así como una división de funciones para los representantes catalanes y gallegos.

El peso específico y la influencia del portavoz de En Comú, Xavier Domenech, es altísimo. Para terminar de añadir complejidad a la estructura, ayer, Sergio Pascual, número uno de la candidatura por Sevilla, fiel a Errejón y cesado por Iglesias como secretario como secretario de Organización hace tres meses, reclamaba en una entrevista en eldiario.es que los 11 diputados de Podemos por Andalucía deberían tener una representación como la de los catalanes.

Un protagonismo similar como mínimo al de Domenech es lo que reclaman desde Izquierda Unida para Alberto Garzón. Al contrario que las confluencias, desde IU sí se asumió en un principio que sus diputados no podría formar grupo propio, pero en algún momento se ha valorado la posibilidad de que finalmente se marchasen al grupo mixto para diferenciar más el papel de Garzón. Consultados por ABC, desde el equipo de Garzón no se descartaba ayer ese escenario. Pero en cualquier caso se aseguraba que la negociación al respecto no ha tenido lugar todavía y está pendiente de una conversación entre Pablo Iglesias y Alberto Garzón.

Pero otras fuentes apuntan a que «no tendría sentido» que esa separación tuviese lugar en un momento en el que se debate si la coalición electoral se convierte en algo más sólido y duradero. Una estrategia compartida por Alberto Garzón y Pablo Iglesias. Ayer, el líder de Podemos defendió que Garzón debería tener «un papel relevante» en el futuro grupo, sin concretar. Pero sí cerró la puerta a que pudiese ocupar la portavocía principal, papel que adjudicó a Iñigo Errejón e Irene Montero. Lo hizo igualando a ambos aunque la fórmula es portavoz y portavoz adjunto, en lo que se entendió como un contrapeso al número dos.

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