La dimisión que no quiso Rajoy

El presidente no accedió a la petición que le hizo parte de su partido: quería pelear

Rajoy a su salida, ayer, del hemiciclo REUTERS
Mariano Calleja

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Aún ayer, a dos horas de la votación que dejó fuera a Rajoy de La Moncloa, se preguntó a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría si cabía la posibilidad de que el presidente anunciara su dimisión para evitar una investidura de Pedro Sánchez. La número dos del Ejecutivo del PP rechazó la pregunta cortante: «De eso ya está dicho todo». Rajoy no quería dimitir , su intención era caer en plena batalla con Pedro Sánchez, que se visualizara que el líder socialista, apoyado por los separatistas y populistas, le derribaba.

Pero muchos diputados del PP tuvieron dudas hasta el final, y no entendieron por qué Rajoy no evitó con su renuncia que el secretario general del PSOE consiguiera llegar a La Moncloa y formar un Gobierno Frankenstein .

Lo cierto es que la dimisión de Rajoy antes de la votación de la moción de censura habría hecho decaer esta iniciativa impulsada por el PSOE. De forma inmediata, el Gobierno habría quedado en funciones, con su capacidad de actuación reducida al mínimo. El Rey tendría que haber iniciado una ronda de consultas entre todos los partidos con representación parlamentaria, para proponer un candidato. Aunque el jefe de Estado puede proponer a quien considere, su propuesta suele coincidir con quien le presenta más apoyos dentro del Parlamento.

Precisamente por esa razón, el Gobierno estaba convencido de que Pedro Sánchez habría llegado a esa ronda de consultas con 180 votos bajo el brazo, y el Rey tendría que haberle propuesto como candidato. En el entorno de Rajoy argumentaron que solo habrían conseguido retrasar un par de semanas como mucho la investidura de Sánchez. Con una diferencia, además: Rajoy habría caído por sí mismo, mientras que sin renuncia demostró «resistencia» hasta el final.

Los populares sabían también que una moción de censura solo puede prosperar si el candidato obtiene mayoría absoluta del Congreso, es decir 176 diputados , mientras que en una investidura «normal», en segunda votación puede ser presidente por mayoría simple, es decir más síes que noes, por lo que sería incluso más fácil para Sánchez.

¿Un acuerdo con el PNV?

En los pasillos del Congreso se habló también de la posibilidad de un pacto de Rajoy con el PNV: dimisión y propuesta de Sáenz de Santamaría como candidata. Fuentes del Gobierno negaron con rotundidad que se hubiera puesto sobre la mesa este posible acuerdo, ni con Sáenz de Santamaría ni con otro candidato. Al mismo tiempo, algunos diputados del PP, con el exministro Margallo a la cabeza, expresaron su rechazo a que la vicepresidenta pudiera aspirar a ser candidata a la Presidencia.

En el entorno de Rajoy concluyen que una dimisión no solo no hubiera solucionado nada, sino que habría debilitado la imagen del Gobierno, que quiso resistir hasta el último momento. La vicepresidenta resumió el ánimo con que Rajoy y los ministros habían llegado a la recta final del debate de la moción: «Somos resistentes y aprendidos».

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