Begoña Gómez se abre paso ante Viri Fernández

La mujer de Mariano Rajoy ha dejado su impronta de persona realista e intuitiva, siempre en segundo plano; mientras que la esposa de Pedro Sánchez se siente muy cómoda bajo los focos y le gusta prodigarse en actos oficiales

Viri Fernández y Begoña Gómez ABC | Vïdeo: Así es Begoña Gómez ATLAS
Ana Mellado

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Viri Fernández, la discreción ejemplar

Un fugaz beso en los labios, una mirada cómplice y un leve saludo con la mano. Cuando en noviembre del año 2011 Mariano Rajoy ganó las elecciones, una tímida Elvira Fernández se asomó al balcón de Génova para celebrar el triunfo de su marido. Una exposición pública de su amor muy poco frecuente en ellos, que solo han reservado para festejar éxitos electorales. Una escena similar se repitió tras el triunfo del PP en junio de 2016. Viri es una mujer realista, intuitiva, elegante y discreta , que huye de la atención mediática. «A mí no me han votado», acostumbra a justificarse.

Desde ese acertado segundo plano ha brindado un inestimable apoyo a Rajoy, quien no toma una decisión sin consultarle. Viri ha marcado su impronta en el día a día de La Moncloa durante estos seis años y medio. Una de las primeras decisiones que tomó la fue pedir una lista de gastos para ver en qué se podía ahorrar . Recicló el mobiliario, utilizando muebles que estaban guardados en el sótano, y sustituyó los cáterings externos por personal de Moncloa, sirviendo incluso los jamones que regalaban a Rajoy por Navidad. A Viri siempre le gustó revolotear por los fogones de La Moncloa. Su especialidad es la empanada gallega que solía preparar cada viernes para el Consejo de Ministros.

Tras el nombramiento de su marido como presidente, pidió una excedencia en Telefónica. Elvira, nacida en Pontevedra el 27 de abril de 1965, estudió Económicas y Empresariales en la Universidad de Santiago de Compostela. Tras terminar la carrera empezó a trabajar en una pequeña empresa de Lérez (Pontevedra) y posteriormente en Antena 3 TV, como asesora técnica de dirección. Conoció a Rajoy en un local de copas que ambos frecuentaban cerca de Sanxenxo. Comenzaron a salir y en 1996 sellaron su amor en la capilla de las Conchas en la isla de La Toja (Pontevedra).

Ha sacrificado su carrera profesional para dedicarse de lleno a sus dos hijos, Mariano (19 años) y Juan (13), y a su marido. No le costará adaptarse a su nueva vida lejos de La Moncloa, puesto que ella nunca ha necesitado los focos ni el interés público suscitado por su marido para ser feliz.

Begoña Gómez llega con ganas de protagonismo

Begoña Gómez nunca ha ocultado su fascinación por el Palacio de La Moncloa. Frente a la contención y reserva de Elvira Fernández , la mujer de Pedro Sánchez se paseó por los platós de televisión durante la campaña electoral del pasado 20 de diciembre de 2016 con un «nos vemos en la Moncloa», cosido a sus labios. Repitió la frase hasta que la aritmética parlamentaria la sacó de su error. Ahora la moción de censura contra Mariano Rajoy ha materializado por fin su sueño.

Begoña es bilbaína de nacimiento, aunque sus raíces familiares hay que buscarlas en Valderas, un pueblecito del sureste de León. Allí la recuerdan como una niña «guapa y muy alta . Rubia como su madre». Superó la cuarentena hace tiempo, aunque su edad exacta es un misterio.

La nueva inquilina de La Moncloa estudió marketing y se ha especializado en la captación de fondos para ONG. En 1999 empezó a trabajar como asesora de entidades y negocios: ha prestado sus servicios en Greenpeace, Oxfam Intermón, Amnistía Internacional y Anesvad. En la actualidad desempeña labores en la consultoría Inmark Europa, aunque es probable que aparque temporalmente su carrera.

Quienes la conocen bien la definen como una mujer «encantada de conocerse a sí misma». Esculpe su esbelta silueta en un gimnasio cerca de su chalé adosado de Pozuelo de Alarcón, donde practica aerobic y pilates. Se siente cómoda frente a los focos y le gusta figurar en escena. Para el recuerdo queda aquel interminable beso encima del escenario cuando, en junio de 2015, Pedro Sánchez fue designado candidato por el PSOE para concurrir a las elecciones. Lucía un vestido rojo intenso, el color insignia del PSOE, que está muy presente en su guardarropa. Ayer, Begoña se sentó en la tribuna de invitados con una chaqueta roja para presenciar la investidura de su marido.

La pareja se casó en 2006, en una ceremonia civil oficiada por Trinidad Jiménez , cuando era jefa del grupo socialista en el Ayuntamiento de Madrid. Tienen dos hijas, Ainhoa (13 años) y Carlota (11 años), a las que no quieren privar de anonimato. Begoña ya prepara las maletas para instalarse en la ansiada Moncloa.

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