Juan Fernández-Miranda - Análisis

Desmontando a Sánchez

Juan Fernández-Miranda
Madrid Actualizado: Guardar
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Nueve minutos duró la intervención Pedro Sánchez -rostro pétreo, ceño fruncido- en la sala de prensa de Ferraz tras la ejecutiva socialista. Tiempo insuficiente para explicar dónde quiere llegar el PSOE, pero más que de sobra para encontrar contradicciones, ambigüedades, inexactitudes y alguna mentira. En tan sorprendente intervención no podía faltar el tópico de los tópicos en estos días: «el reloj de la democracia».

¿Quién es el inmovilista?

En su discurso Sánchez criticó la «cerrazón» de Rajoy y le acusó de «inmovilista». Ese es el argumento teórico que «obliga al resto de partidos a hablar» y que justifica su nueva ronda de contactos. Sin embargo, para convencer a C’s, Rajoy ha tenido que moverse bastante, por lo que su crítica es inexacta.

Rivera y Rajoy han acordado 150 puntos, y eso implica cesiones por ambas partes. Quien no se ha movido, y ha perdido una excelente ocasión para ser influyente, ha sido Sánchez.

¿Cuántos votos consiguió Rajoy?

Dijo Sánchez que «es la primera vez en la historia de la democracia que un candidato que va a su investidura con más apoyos de los que sale. Entró con 170 y salió con 137». Como es sabido, en las dos votaciones de Rajoy sumó 170 síes, gracias a Ciudadanos y CC. La sesión se clausuró inmediatamente después de la segunda votación, después de que 33 personas ajenas al PP votaran «sí» a Rajoy. ¿Quiere decir Sánchez que Rivera y Oramas no apoyarán más a Rajoy? Eso está por escribir, pero Sánchez lo da por hecho.

¿Con el PP o contra el PP?

Sánchez insistió en que en su ronda de contactos también llamará al PP. Lo dice después de que hace 8 días considerara «perfectamente prescindible» la reunión con Rajoy y al a vez que establece un cordón sanitario en torno al PP: «En España hay dos bloques: uno de partidos que se identifican con el cambio y el bloque de un único partido que quiere que nada cambie».

Ronda de contactos, ¿para qué?

La estrategia que ayer planteó Sánchez ha conseguido el unánime rechazo de PP, Podemos y C’s. El argumento es el mismo: está haciendo electoralismo. Si él mismo insitió ayer en que «no me estoy postulando, que quede claro», ¿dónde quiere llegar? Sánchez no expresó sus verdaderas intenciones, o al menos fue calculadamente ambiguo.

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