Pedro Sánchez, durante el debate de investidura al que se presentó
Pedro Sánchez, durante el debate de investidura al que se presentó - JAIME GARCÍA

Un año desde el 20-D: el período más agitado de la política española

Cinco rondas de consultas, muchos desencuentros y una dimisión en el año más complicado para la gobernabilidad de España

Madrid Actualizado: Guardar
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Hace exactamente un año, los ciudadanos españoles fueron llamados a las urnas para elegir qué partido político debía representarles en las instituciones. Esas elecciones del 20 de diciembre eran las primeras generales a las que Ciudadanos y Podemos se presentaban, por lo que los resultados que estas formaciones obtuvieran eran claves para conocer la evolución del panorama político. Finalmente, los comicios los ganó el Partido Popular, que obtuvo 123 escaños y un 28,72% de los votos. El segundo partido continuó siendo el PSOE, que alcanzó los 90 escaños con un 22,02% de los votos. De los nuevos partidos, la formación de Pablo Iglesias se adelantó —con 69 escaños y un 20,66% de votos— a la de Albert Rivera —que logró 40 escaños (13,93% de votos)—.

Sin embargo, tras los comicios se complicó la situación política de España. Los populares querían gobernar, tal como los españoles habían votado en las urnas, pero necesitaban apoyos que, en un primer momento, no encontraron. Tres días después del paso por las urnas, Mariano Rajoy se reunió con Pedro Sánchez, que manifestó su «no» a un gobierno del PP, algo que duró hasta el momento de su dimisión. Al día siguiente llegó el mensaje de Navidad que cada año ofrece el Rey. Don Felipe solicitó en esa ocasión «voluntad de entendimiento» para no repetir los errores del pasado, algo que PP, PSOE y Ciudadanos apoyaron, aunque luego la realidad no se correspondiera con estas intenciones.

Precisamente tras los resultados obtenidos el 20-D, se comenzó a visibilizar la crisis interna del PSOE, que situaba a Susana Díaz como posible rival de Pedro Sánchez para disputarse la secretaría general del partido. Sin embargo, el por entonces líder de los socialistas continuó llevando el mando para decidir la postura de su partido en esa nueva legislatura. Esta XI Legislatura comenzó el 13 de enero de 2016, y situó a Patxi López al frente de la presidencia del Congreso de los Diputados. La inauguración de esta trajo momentos curiosos, con la incorporación de los parlamentarios de las formaciones que se estrenaban en el Hemiciclo, como la presencia del bebé de la diputada de Podemos Carolina Bescansa.

Carolina Bescansa llevó a su bebé al Congreso
Carolina Bescansa llevó a su bebé al Congreso - EFE

Apoyos insuficientes

Así, el día 18 de enero comenzó la primera ronda de consultas con el Rey —finalmente fueron cinco hasta la formación de gobierno— en la que Don Felipe ya asumió que sería complicado que se formara un ejecutivo. En esta primera ronda, Mariano Rajoy trasladó al Rey que no iba a presentarse al debate de investidura, puesto que por el momento no contaba con los apoyos suficientes para hacerlo. A partir de ese momento, el presidente del PP y el secretario general del PSOE volvieron a reunirse, aunque las presiones de algunos barones socialistas no fueron suficientes para que Pedro Sánchez abogara por la abstención de su partido para formar gobierno. Así, el 27 de enero se llevó a cabo la segunda ronda de consultas, en la que Don Felipe propuso la candidatura del secretario general del PSOE para someterse a la investidura.

Sánchez comenzó a mover hilos para tratar de ser investido como presidente del Gobierno. El día 23 de febrero, PSOE y Ciudadanos alcanzaron un acuerdo con la intención de lograr que el socialista alcanzara la presidencia, lo que provocó que las negociaciones entre socialistas y Podemos finalizaran. El 1 de marzo comenzó el debate de investidura al que se sometió el secretario general del PSOE. En ninguna de las votaciones logró los respaldos necesarios, por lo que su esperanza de una gran coalición «progresista» quedó truncada por el voto del Congreso. La investidura fallida de Sánchez supuso la primera vez en la historia de la democracia española en que el candidato propuesto por el Rey no alcanzaba los apoyos necesarios para formar un ejecutivo.

Tras una tercera ronda de consultas y la incapacidad para lograr acuerdos que demostraron los líderes políticos, el Rey concluyó que ninguno de los candidatos tenía los apoyos suficientes para la formación de un gobierno, por lo que Don Felipe puso fin a la legislatura más corta de la historia de España firmando el Real Decreto de la disolución de las Cortes. Del mismo modo, se convocaron unos nuevos comicios para el domingo 26 de junio. Mientras, el Gobierno de España continuaba en funciones.

El Rey firma el Real Decreto de disolución de las Cortes
El Rey firma el Real Decreto de disolución de las Cortes - EFE

En el mes de mayo, Pablo Iglesias y Alberto Garzón alcanzaron un preacuerdo para que Podemos e Izquierda Unida concurrieran juntos a las elecciones del 26-J, algo que consiguió materializarse. Unidos Podemos fue el nombre con el que las formaciones se presentaron y con el que, actualmente, tienen grupo parlamentario en el Congreso.

El 26 de junio los españoles volvieron a elegir a Rajoy como presidente del Gobierno. El PP obtuvo en las urnas 137 escaños; el PSOE, 85; Unidos Podemos, 71; y Ciudadanos, 32. El presidente del PP abogó en ese momento por formar un gobierno de coalición, aunque sus intenciones no eran las mismas que las del PSOE y Ciudadanos. Precisamente en uno de los encuentros que el popular mantuvo con Pedro Sánchez, el secretario general de los socialistas dejó abierta la posibilidad de facilitar un gobierno del PP más adelante, ya que en rueda de prensa afirmó que no iba a apoyar a Rajoy «a día de hoy». Para esta XII Legislatura, se eligió a Ana Pastor —hasta ese momento ministra de Fomento— como presidenta del Congreso de los Diputados.

Advertencias de los barones

El 28 de julio, un mes después de la celebración de los comicios y tras celebrarse la cuarta ronda de consultas consicutivas de Don Felipe, Mariano Rajoy anunció que aceptaba el encargo del Rey de someterse al debate de investidura. Sin embargo, al tiempo que las posturas de PP y Ciudadanos se acercaban, Sánchez se alejaba de toda posibilidad de facilitar un gobierno popular, pese a las advertencias de sus barones y pesos pesados del partido, como Felipe González.

Un mes después, el 28 de agosto, tras un intenso trabajo de los equipos negociadores de ambos partidos, PP y Ciudadanos sellaron el pacto por el que la formación de Albert Rivera votaría «sí» a la investidura de Mariano Rajoy. De esta manera, el candidato popular contaba ya con 170 apoyos en el Congreso, por lo que todavía necesitaba la abstención de los socialistas para alcanzar la presidencia del Gobierno. Pero Pedro Sánchez continuó con su postura del «no», lo que cada vez situaba más próximo el riesgo de acudir por tercera vez a las urnas.

Reunión que mantuvieron el pasado mes de agosto Rajoy y Sánchez
Reunión que mantuvieron el pasado mes de agosto Rajoy y Sánchez - JOSÉ RAMÓN LADRA

El 2 de septiembre Mariano Rajoy perdió la votación del debate de investidura, al no facilitar los socialistas la formación de gobierno. Aun más, comenzó a sonar el rumor de unas terceras elecciones. El secretario general del PSOE volvió a hacer hincapié en su idea de un gobierno «de cambio», aunque de nuevo, no logró sus objetivos.

Todavía con el gobierno en funciones, llegó el momento de las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, punto fundamental para el avance político en España. En ambas comunidades, el PSOE cosechó los peores resultados de su historia, lo que agravó la crisis interna que el partido vivía por la negativa de Sánchez. Los barones comenzaron a pedir más fuerte al secretario general que facilitara un gobierno, pero este desoyó todas esas voces.

La dimisión a finales de septiembre de 17 miembros de la Ejecutiva del PSOE provocó el momento más complicado del partido, aunque Sánchez continuó atrincherándose en él hasta el último momento. Finalmente, el 1 de octubre, tras un tenso Comité Federal, el hasta entonces secretario general del partido perdió la votación sobre la celebración de un Congreso Extraordinario del partido, por lo que se vio obligado a dimitir. Desde entonces, el PSOE está dirigido por una gestora presidida por el presidente de Asturias, Javier Fernández, hasta que se celebre el citado Congreso y se elija al nuevo secretario general, cargo por el que, parece, luchará la presidenta andaluza, Susana Díaz.

Abstención en bloque

El 23 de octubre se celebró otro Comité Federal del PSOE, en el que se votaba sobre abstenerse o no ante la investidura de Mariano Rajoy. Finalmente, la opción de facilitar un gobierno ganó a los partidarios del «no» por 139 votos frente a 96. Así, el 29 de octubre, tras haberse celebrado otra ronda de consultas con el Rey, el presidente del PP alcanzó la presidencia del Gobierno con los votos a favor de su partido, Ciudadanos, y Coalición Canaria, y la abstención de prácticamente todos los diputados del PSOE, excepto los que se conocen como «díscolos», entre los que se situaban los del PSC. Esta falta de disciplina ha abierto también la crisis entre los socialistas y su federación catalana.

Tras meses de gobierno en funciones, España cuenta ya con un Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy. El 17 de noviembre, Don Felipe presidió —en compañía de la Reina Letizia, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía— la Apertura Solemne de XII Legislatura en el Congreso de los Diputados, acto que puso de manifiesto la estabilidad del sistema tras meses de bloqueo político.

Hasta el momento, el PP está gobernando en minoría, por lo que las medidas que pretende adoptar necesitan del apoyo de Ciudadanos y PSOE. El rumbo que tomen los socialistas tras su Congreso será fundamental, puesto que su decisión puede no solo afectar a su partido, sino también a la gobernabilidad.

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