Colau y Puigdemont
Colau y Puigdemont - EFE

Críticas al plan de Colau de cobrar una tasa a los turistas diurnos

La alcaldesa quiere que Barcelona reciba todo lo que recauda con los visitantes

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Propuesta recibida con serias dudas. La tasa que el Ayuntamiento de Ada Colau está estudiando para poder sacar más beneficio del turismo centrándose en los visitantes que no se hospedan en sus hoteles ha sembrado la polémica. Además, la propuesta puede causar los primeros desencuentros de Colau con la Generalitat, después de meses de cordiales relaciones y de favores en que la alcaldesa ha ido avanzando partidas presupuestarias al gobierno autonómico para tirar adelante proyectos para Barcelona.

Colau, acérrima detractora del modelo actual de turismo en Barcelona, ha defendido siempre que se deben descongestionar los puntos emblemáticos de la ciudad y que hay que revertir el impacto de los visitantes para que vaya en beneficio de los barrios. Es en esta línea que el Ayuntamiento está analizando fórmulas para «aumentar la fiscalidad» de los turistas diurnos, que no pernoctan en la ciudad, que los técnicos denominan excursionistas.

Este tipo de visitantes, que cada año se incrementan, suponen ya 14 del total de 30 millones de turistas que pisan la capital catalana al año. Aun interesados en Gaudí y las otras joyas de la ciudad, prefieren hospedarse en la Costa Brava y la Dorada -con buenas playas y hoteles muy competitivos- o bien llegan vía mar, en alguno de los centenares de cruceros que amarran en el Puerto de Barcelona al año.

Un tercio de la tasa

Sin embargo, los visitantes diurnos ya pagan una tasa turística allá donde se hospedan. De hecho, este tributo es de la Generalitat -que lo impulsó en 2012-, que recauda unos 41 millones al año y aunque la mitad procede de Barcelona, solo se le retornan 7,2 millones de euros. A pesar de ser su principal beneficiaria, de momento la capital sólo se queda con menos de un tercio del impuesto, algo que históricamente ha sido criticado y ha generado discusiones entre Generalitat y consistorio.

El anterior alcalde, Xavier Trias (CiU), tuvo problemas entonces con el gobierno autonómico, también convergente, sobre los usos de la tasa. En ese caso, la disputa fue porque la ley anima a reinvertir este dinero en fomento y mejora de la oferta del turismo y Trias lo destinó a paliar los efectos negativos del sector. Tras este rifirrafe, ambas instituciones acordaron concretar los usos de la tasa en una comisión bilateral. Con los ideales de Colau contra el turismo, parece obvio que la alcaldesa tampoco destinará estos ingresos a promover esta actividad. Fuentes municipales inciden en los costes de los excursionistas en cuestión de infraestructuras, limpieza o seguridad, por ejemplo. Además, la alcaldesa exigió en precampaña poderse quedar con la totalidad de la tasa.

Fuentes municipales explican que el Plan de Actuación Municipal que presentó Colau y que está pendiente de aprobación ya incluye esta iniciativa. El Ayuntamiento incide en que se están realizando unos primeros estudios dentro del Plan Estratégico del Turismo.

Anteayer los responsables del Puerto de Barcelona ya mostraron su rechazo a la tasa e incidieron en el hecho de que los barcos también tienen sus impuestos. Su presidente, Sixte Cambra, aseguró además que «Barcelona se encuentra en una posición de liderazgo, que genera un gran impacto económico, por lo que tenemos que mantener esta privilegiada posición pensando en el interés de la ciudad».

Además, la ley catalana turística vigente obliga a pagar la cuota a todos los visitantes que amarran en Barcelona durante algo más de 12 horas. Esta situación se da en pocas ocasiones, ya que los cruceristas y navegantes suelen ser hacer visitas muy esporádicas a la ciudad, en muchas ocasiones de menos de un día. Los cruceros, por ejemplo, llegan a primera hora del día y se marchan por la noche.

Dudas con el plan

La oposición es coincidiente en exigir la totalidad de la tasa pero también es crítica con la propuesta y sobre todo con sus ámbitos de actuación, según explican a ABC. El PSC recuerda que Barcelona podría tener el doble de beneficios por esta partida. La líder de C’s, Carina Mejías, señala sus dudas con el plan, dado que ya existe otra y «no se pueden tributar dos impuestos sobre el mismo concepto».

En una línea similar, el edil del PP Javier Mulleras reclama «buscar el consenso de las partes implicadas». Por su lado, el concejal de ERC Jordi Coronas defiende «nuevas fiscalidades que vayan más allá de la pernoctación en el Puerto».

Por otro lado, la alcaldesa propuso ayer al líder del PP en Barcelona, Alberto Fernández, ver juntos en un bar a la selección durante la Eurocopa. Colau le hizo la propuesta tras rechazar en el pleno la petición del PP de permitir pantallas en las calles.

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