Los cinco okupas que el sábado reocuparon el banco ya están en libertad con cargos
Los cinco okupas que el sábado reocuparon el banco ya están en libertad con cargos - EFE

Colau solo atina a pedir «calma» ante el caos okupa

El concejal de Gracia acusa a la Consejería de Interior de no cogerle el teléfono

Barcelona Actualizado: Guardar
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Un día después del bochornoso espectáculo para desalojar a los cinco okupas que volvieron a entrar en el llamado banco expropiado, que fue desalojado el pasado 23 de mayo, el barrio barcelonés de Gracia volvió ayer a dirigir sus iras hacia las autoridades. La Generalitat, los Mossos d’Esquadra y, sobre todo, la alcaldesa Ada Colau, incapaz de resolver este conflicto ya enquistado.

Mientras, los cinco okupas -tres hombres y dos mujeres- que el sábado reocuparon el banco ya están en libertad con cargos. Por usurpación, daños y desobediencia. Las dos mujeres pasaron ayer ante el juez. El resto, imputados sólo policialmente, serán citados en breve.

Los comerciantes de la zona aledaña a la antigua sucursal bancaria que tomaron los radicales, en la Travessera de Gràcia, prevén reunirse mañana para decidir alguna acción de protesta.

Están hartos de tener que cerrar sus tiendas ante la amenaza de unos disturbios que incluso alejan a los turistas.

Mientras, Colau, que se cansa de repetir que ha ofrecido a los radicales, sin suerte, un espacio municipal alternativo para sus actividades -tras descartar comprar el inmueble que fue ocupado a su propietario, una sociedad inmobiliaria-, solo atina a pedir «calma». «Hay un conflicto que no es fácil de solucionar», declaró ayer la primera edil, quien hizo un llamamiento a la «calma» y a buscar otros mecanismos para plantear unas demandas -las de los okupas- que le parecen «legítimas». Porque hacen falta espacios para colectivos sociales en Gracia, argumentó. «Los vecinos de Gracia se merecen recuperar la normalidad y la convivencia», añadió.

Por ahora, las gestiones de Colau para hallar una solución no han dado resultado. Pidió ayuda a las entidades vecinales y algunas aceptan la invitación. Pero no quieren responsabilizarse de ejercer de mediadoras entre el Consistorio y el colectivo okupa.

Mientras, el concejal del distrito de Gracia, Eloi Badia, confesó ayer que no ha logrado verse en persona con los antisistema. Se comunican por «mail» y las redes sociales.

Además, en declaraciones a la emisora RAC1, Badia -alimentando las sospechas de aquellos que creen que al gobierno catalán de Convergència y ERC le va bien esta polémica porque desgasta a Colau-, sorprendió al denunciar que la consejería de Interior de la Generalitat, liderada por Jordi Jané (Convergència), no les coge el teléfono. «Llamamos y no tenemos manera de hablar y de que nos expliquen cuáles son los dispositivos policiales», señaló Badia, quien, sin embargo, admitió que los mandos policiales de los Mossos sí les atienden.

Por su parte, fuentes de la Consejería de Interior negaron tal extremo. Explicaron que el director de los Mossos, Albert Batlle, que tiene rango de secretario general y es miembro el gobierno catalán, tiene una comunicación constante y fluida con el comisionado de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Amadeu Recasens.

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