Colau quiere expulsar ahora a los veteranos de la Legión

La presencia de las Fuerzas Armadas en el Salón de la Enseñanza no es el único frente que tiene abierto la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. En este caso, el litigio lo mantiene con un grupo de veteranos de la Legión, a los que quiere dejar sin el pequeño local y los terrenos que ahora tienen cedidos en el lugar que antiguamente ocupaban los cuarteles de Sant Andreu. La Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios de Barcelona ha denunciado el intento de expulsión, por ahora sin efecto, tras dar a conocer ayer que ya tienen recogidas casi 20.000 firmas reclamando a Colau que les deje continuar en su actual emplazamiento.

De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona no tiene potestad para expulsar a los veteranos legionarios, pero sí ha pedido que lo haga el Consorcio de la Zona Franca (CZF), el organismo que tras comprar los terrenos al Ministerio de Defensa en 2013 acordó su cesión a la Hermandad.

Aunque formalmente Ada Colau preside el CZF, su delegado especial -cargo ejecutivo- es Jordi Cornet (PP), designado en el cargo por el Gobierno. A Cornet se han dirigido para decirle que los valores que encarnan los legionarios no encajan ni en el barrio ni en la ciudad, por lo que han pedido formalmente al CZF que revierta la cesión.

Procesiones polémicas

Ciertamente, la presencia de la hermandad de legionarios no deja indiferente, y mientras que grupos de vecinos han mostrado su rechazo -en particular por los ensayos de desfiles que practican en los terrenos-, otros se muestran favorables a su presencia.

Uno de los integrantes de la Hermandad -formada por unos 400 miembros- destacaba ayer a ABC la «labor social» que desarrollan, «como el huerto urbano que ponemos a disposición de un grupo de discapacitados o la recogida de comida para un orfanato». Estas actividades, sin embargo, no son las que más han llamado la atención: su presencia ha sido vetada en las procesiones de Semana Santa de algunos municipios catalanes, aunque este año sí participarán, anuncian, en las de L’Hospitalet, Terrassa y Palafolls.

Al margen de este contencioso, la alcaldesa Ada Colau se revolvió ayer contra quienes cuestionaron que transmitiera a los militares que no eran bienvenidos en el Salón de la Enseñanza, acusando a algunos medios de comunicación, al PP, Ciudadanos y a sectores del PSOE de «crear una falsa polémica partidista».

La alcaldesa recibió ayer fuego graneado de hasta cinco ministros del Gobierno en funciones, empezando por el de Defensa, Pedro Morenés, que calificó la actitud de Colau de «falta de respeto institucional y una falta de educación en lo personal». También criticaron a la alcaldesa los grupos municipales en Barcelona de C’s, PSC y PP. El jefe de filas popular, Alberto Fernández, acudió al Salón de la Enseñanza a mostrar su solidaridad con las Fuerzas Armadas. Solo ERC y Podemos defendieron a Ada Colau. El partido morado, por boca del ex jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) José Julio Rodríguez, que no vio «desprecio ni humillación» en las palabras de la alcaldesa.