Casado cambia el paso y baja la dureza de su discurso para atraerse al centro

Dirigentes populares advierten del «fracaso seguro» si se intenta copiar a Vox

El presidente del PP, Pablo Casado

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La moderación no es sumisión, advirtió Pablo Casado en la última Junta Directiva Nacional en Génova. En el PP hay un debate interno sobre el tono que debe tener el partido en su oposición a Pedro Sánchez y durante esta larga campaña electoral, ante el riesgo de que una inclinación excesiva hacia la derecha les desplace del centro y dé más fuerza a Vox. Con las elecciones generales ya fijadas en el 28 de abril, el presidente del PP ha decidido bajar el nivel de dureza en su discurso y hacer una campaña «en positivo», para intentar atraerse al votante de centro, según fuentes de la dirección nacional del partido. Se trata de un cambio en el paso, después de unos meses en los que se ha tratado de frenar la sangría de votos hacia Vox , pero el sentido del camino sigue siendo el mismo, sin moverse un milímetro, según insisten en el PP.

El contenido y el fondo de sus mensajes no cambiarán en nada. Casado va a defender hasta el final un 155 contundente, más extenso y sin límite de tiempo . Y no va a dejar de repetir que Sánchez ha sido «rehén» de los independentistas catalanes y se vio obligado a convocar elecciones adelantadas cuando el PP «le pilló» in fraganti negociando con los separatistas. Pero bajará «un tono el diapasón del discurso» y se dirigirá de forma especial a partir de ahora al votante centrista , para intentar remontar el resultado que dan la mayoría de las encuestas, y que sitúan al PP por detrás del PSOE. «Se trata de decir lo mismo, pero de otra manera», afirman fuentes populares.

Al proclamarse ganador en el congreso nacional del PP el pasado mes de julio, Casado priorizó un discurso duro para tratar de detener una fuga de votos por la derecha, que ya se detectaba ese verano. En Génova creen que el súbito crecimiento del partido de Santiago Abascal se produce, sobre todo, por tres motivos: por la llegada de Sánchez a La Moncloa tras ganar una moción de censura de la mano de los independentistas, los podemitas, el PNV y Bildu, lo que al votante de la derecha le deja atónito y sorprendido, con un sistema que da pie a esa situación; pero también cuando ese electorado comprueba que después del golpe al Estado en Cataluña y la aplicación del 155, un personaje como Torra llega al poder en la Generalitat y el desafío continúa como el primer día, y además la victoria de Ciudadanos en las autonómicas catalanas no ha servido para nada; y por último, los populares atribuyen el auge de Vox a las «provocaciones» continuas de Sánchez desde que llegó al poder, con asuntos recurrentes como el del Valle de los Caídos y la exhumación de Franco , que agitan y movilizan al electorado situado más a la derecha.

La nueva dirección del PP cree que cuando llegó, en el mes de julio, ya existía ese caldo de cultivo que permitió tomar fuerza a Vox. Casado tuvo que reaccionar ante ello, con un PP que tras la moción de censura se hundía más en las encuestas, y optó por endurecer su discurso. Además, tras la etapa de Rajoy en el Gobierno , con un estilo tranquilo y moderado, el tono de Casado tuvo que ser a la fuerza más agresivo al volver el PP a la oposición. El líder de los populares está convencido de que esa dureza evitó una caída mayor del partido en las elecciones andaluzas, y paró una subida más fuerte de Vox.

Advertencias internas

Pero el debate está abierto entre los populares. Algunos barones territoriales, como Alberto Núñez Feijóo, José Antonio Monago o Alfonso Alonso , han pedido que no se abandone el centro, porque es ahí donde se juegan y se ganan las elecciones. Dirigentes del PP en Europa también han aconsejado a Casado más «moderación», y han advertido de la experiencia que se tiene en la Unión Europea: «Aquellos que intentan copiar a la extrema derecha, en sus mensajes y en su tono, fracasan de forma estrepitosa».

Ahora, Casado mirará más al centro, y eso lleva consigo abrir más el partido. El objetivo ante las elecciones es claro: aglutinar al máximo el voto de centro derecha . Está en juego no solo lograr una mayoría en el Congreso y recuperar el poder, sino también mantener el control del Senado para poder aprobar el 155. El líder del PP ha explicado a los suyos que hasta ahora era necesario dirigirse a los antiguos votantes que se sintieron atraídos por Vox, para que vuelvan a cobijarse bajo el árbol de los populares. Pero ese mismo árbol debe dar cabida a los votantes mayoritarios de centro. Y es a ellos hacia los que más se dirigirá en estos dos meses, según confirman en Génova. «El PP siempre ha estado en el centro, es un partido de mayoría y quiere devolver espacios de libertad a los españoles, Queremos presentar un programa electoral de las cosas que unen a los españoles, no que les dividen», afirmó esta semana.

El propio Casado se ha mostrado partidario de dejar de hablar por iniciativa propia de Franco y del aborto . El presidente del PP ha abierto la precampaña con dos ejes: la defensa de la unidad de España y la aprobación de un 155 duro en Cataluña y el programa económico, basado en una revolución fiscal y una bajada global de impuestos. Esa será la base de su discurso en campaña. Así defendió ante sus compañeros lo que significa para él la moderación, para justificar su estrategia: «Lo moderado es hacer que se cumpla la ley y la Constitución. Y lo moderado es no sostener vivo el chantaje, ni llamarlo diálogo».

En la última Junta Directiva Nacional, Casado explicó a los populares que el partido tiene encuestas internas que le sitúan «varias décimas» por encima del PSOE , lo que se traduciría en unos cien diputados en el Congreso, un resultado que firmarían ahora mismo.

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