Bolaños, sobre la mesa de diálogo: «Que no nos pidan solucionarlo en pocos meses»

En plena sexta ola de la pandemia y con el horizonte de las elecciones en Castilla y León, el Gobierno no tiene prisa en abordar este asunto

El ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños EP

V. R. A

Para el Gobierno la llamada mesa de diálogo siempre ha sido un cuerpo extraño. Un peaje a pagar para contar con los votos de ERC en la investidura de Pedro Sánchez y para mantener su apoyo a lo largo de la legislatura. Una vez aceptada, se ha intentado hacer de la necesidad virtud. Señalando que su creación y los posteriores indultos son los máximos exponentes que demuestran que el Gobierno tiene voluntad de entendimiento . Pero, a partir de ahí, siempre ha existido un problema serio.

El Gobierno entiende que sus gestos hacia Cataluña deben llegar a través de los acuerdos en los Presupuestos Generales del Estado y otras leyes. O en cualquier caso a través de la ordinaria Comisión Bilateral que trata de resolver, con éxito en los últimos meses, conflictos competenciales, transferencias o acuerdos en materia de infraestructuras. Ahí pueden producirse cuántos acuerdos se quieran, pero en la mesa de diálogo es muy difícil.

Los independentistas plantean este foro como un espacio para resolver el «conflicto político». Un debate identitario en el que hablar de referéndum y amnistía . Aunque saben que el Gobierno no lo va a aceptar. Pedro Sánchez plantea aquí su «Agenda para el Reencuentro» con decenas de medidas. Pero la Generalitat insiste en que esas cuestiones se tratan en los foros ordinarios. En el plano identitario lo más lejos que va a llegar el Gobierno es a explorar la vía de desarrollar el Estatut en aquellas partes que fueron declaradas inconstitucionales. Es la propuesta de PSOE y PSC desde el año 2017. Pero ni siquiera es ahora mismo una bandera.

El Gobierno no tiene prisa. En plena sexta ola de la pandemia, y con el horizonte de las elecciones en Castilla y León , no se quiere poner la atención en esta cuestión. Lo ejemplificaba ayer el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños , que en una entrevista con Servimedia decía lo siguiente: «Ha sido una situación muy compleja la que se ha vivido en Cataluña, que se ha producido durante muchos años y, por tanto, que no nos pidan a nosotros solucionarlo en pocos meses». ERC tampoco quiere forzar, pero sí necesita vender a su base electoral que la mesa tiene alguna función. Mientras que para Sánchez, al menos por ahora, la función de la mesa es su existencia misma.

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