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Susana Díaz besa a Pedro Sánchez durante una reunión de los barones en Zaragoza - Efe

Los barones del PSOE presionan a Sánchez para quedarse en la oposición a Rajoy

La resolución que van a defender mañana en el Comité Federal excluye el «pentapartito» con Podemos, IU, ERC y PNV

Madrid Actualizado: Guardar
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Los barones del PSOE llegan este domingo a Madrid para reunirse con Pedro Sánchez firmemente determinados a cortocircuitar su intento de acuerdo con Podemos, ERC, IU y PNV, para formar un gobierno «pentapartito».

Según ha podido saber ABC, los secretarios generales le expondrán la resolución que quieren que mañana, lunes, salga adelante en el Comité Federal. Básicamente proponen que el máximo órgano entre congresos deje claro que el PSOE no pactará con el PP, pero que tampoco «se dan las condiciones» para una alternativa; es decir, se trata de que el principal partido de la oposición siga en la oposición.

Aunque parezca una obviedad, si el líder socialista lo acepta tal cual, habrá echado por tierra su pretensión de «unir al PSOE en un pacto de izquierdas que respete la integridad territorial de España», como definía él ayer mismo a «El País» ese « pentapartito»; y si no acepta, la crisis interna está servida sin ser descartable nada: ni su dimisión ni que los conjurados fuercen al Comité Federal a convocar inmediatamente el 39 Congreso Federal para dilucidar el cisma.

Porque lo que en verdad se ventila en estas 48 horas cruciales es un pulso por el liderazgo socialista que viene de un año atrás y que ahora se camufla tras las posiciones encontradas en materia de pactos.

El resurgir del conflicto interno no se justifica solo por la supuesta a mbición de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, de sustituir a Sánchez como candidata a La Moncloa si hay que repetir elecciones. Así lo explica el entorno del líder, pero el malestar de casi todos los barones con él es notorio por su «falta de autocrítica» tras los malos resultados el 20-D y por haber puesto su «supervivencia política» por delante de todo, dicen.

Escaso apoyo orgánico al líder

A esta hora, sólo el secretario general del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, y la secretaria del del PSM, Sara Hernández, defienden abiertamente al líder socialista en su intento de investidura alternativa a la de Mariano Rajoy. Anteanoche, ella participó en la campaña de Twitter #YoConPedro señalando: «Tiempo de diálogo, prudencia y confianza en Sánchez Castejón y en sus iniciativas de pactos».

El resto se divide entre quienes harán lo que diga la mayoría hoy y mañana, y el grupo dirigente de la contestación. El mérito de Díaz es que ha logrado sumar al mismo al presidente asturiano, Javier Fernández; al extremeño, Guillermo Fernández Vara; al castellano-manchego, Emiliano García-Page; y al aragonés, Javier Lambán, entre otros. Todos acaparan más del 70% del poder orgánico del PSOE.

Ninguno de ellos daba crédito a las sensaciones «autocomplacientes» que les llegaban desde Ferraz el 20-D por la noche. Y el lunes comprobaron sus peores temores escuchando al secretario de Organización, César Luena, calificar la bajada de 1,4 millones de votos respecto a 2011 y un grupo parlamentario de solo 90 diputados (Rubalcaba logró 110) como un resultado «aceptable».

Para entonces ya conocían por los medios de comunicación que Pedro Sánchez acababa de anunciar a puerta cerrada en la Ejecutiva que retrasa el 39 Congreso Federal de febrero hasta que haya un nuevo presidente del Gobierno. No consultó con ellos ni eso -sostienen que lo retrasa para blindarse como candidato en caso de que haya que repetir elecciones- ni su anuncio de que se volverá a presentar a la reelección como secretario general.

Cierto que ese día César Luena no fue muy explícito en cuanto a pactos, pero el miércoles, tras el portazo dado a Mariano Rajoy en La Moncloa, se les despejaron todas las dudas. Sánchez dejó claro que se ve legitimado desde sus 90 escaños para intentar un «gobierno de cambio progresista».

Varios se echaron las manos a la cabeza porque, en palabras de uno de los conjurados, «por debajo del 25% no se puede gobernar». Y, además, la investidura del líder socialista sumaría solo con cinco partidos, dos de ellos independentistas: ERC y la antigua Convergencia o el PNV. En definitiva, lo interpretaron como una «huida hacia adelante» de Pedro Sánchez para no ser cuestionado tras el 20-D.

39 Congreso antes de marzo

Por eso, otro de los objetivos de los conjurados en el Comité Federal de mañana, además de cerrar las puertas al pacto con Podemos, es dar marcha atrás en la decisión del secretario general de retrasar el 39 Congreso Federal. Susana Díaz y el resto quieren que se celebre en sus plazos, febrero-marzo.

El secretario general, en cualquier caso, ya ha dicho a los suyos que mantiene su intención de presentarse a la reelección porque le eligiron los militantes en las primarias frente a Eduardo Madina en julio de 2014 y «solo» le podrán echar los militantes.

En el fondo, sabe que su principal rival, Susana Díaz, nunca ha querido someterse a unas primarias con rival entre la militancia. Si llega a la jefatura será aupada por el poder orgánico, pero también por «los mejores resultados que ha obtenido el PSOE el 20-D», contestan desde Andalucía en alusión a que el PSOE solo ganó en esa comunidad y en Extremadura.

Así las cosas el riesgo de que el enfrentamiento se extienda desde los cargos orgánicos a la militancia empieza a ser notable. A la campaña anteanoche en Twitter #YoConPedro, respondida de forma aislada por militantes con el hastag #YoConSusana, se sumó ayer otra de los «sanchistas» en el PSdeG que dirige su aliado Besteiro, pidiendo la plataforma «En positivo» que se deje al secretario general hacer su proyecto de gobierno alternativo y se pide a los barones que dejen de condicionarle con sus declaraciones en medios de comunicación. «No dar respuesta a esta demanda mayoritaria de la ciudadanía sería darles la espalda y podría tener consecuencias imprevisibles para el PSOE».

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