Bárcenas niega ahora que el PP le ofreciese librar de prisión a su mujer

El extesorero se acoge a su derecho a guardar silencio en los temas de Kitchen bajo secreto y la declaración se centra en sus papeles

Asegura que grabó a Mariano Rajoy cuando le llevó la contabilidad para que constase que la caja B «era cosa de partido»

Cospedal imputada por el juez en el caso Kitchen

Bárcenas en videoconferencia desde prisión junto a su abogada en la Comisión Kitchen ABC |Vídeo: EP

Isabel Vega

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El extesorero del PP Luis Bárcenas ha iniciado su comparecencia en la recién estrenada comisión parlamentaria sobre la Operación Kitchen con una declaración de intenciones que ha acabado provocando que el motivo de la cita se alejase con mucho del planteamiento inicial: «Me voy a acoger a mi derecho a no declarar» , decía en su primera oportunidad de hablar por videoconferencia desde la cárcel.

Se refería a que parte de la instrucción judicial sobre este asunto sigue aún bajo secreto y a que cuenta con apercibimiento expreso del juez Manuel García Castellón sobre la reserva de las actuaciones, pero al desviarse de la cuestión principal con este argumento, ha acabado dando pie a que sus señorías se explayasen en cuestiones más relacionados con la caja B y la financiación del partido que con aquel operativo en teoría desplegado para sustraerle documentación comprometedora que atesoraba.

Hasta el punto de que se ha visto en situación de recordar en varias ocasiones que el tema de la comisión es Kitchen y lo otro, cosa juzgada o que se está juzgando actualmente en la Audiencia Nacional. «No me lo vuelva a recordar el juicio de Época 1, que para mi ha sido un suplicio», ha contestado al portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal.

Por preguntar, sus señorías han llegado a interrogarle sobre su conocimiento de la Operación Cataluña, sobre periodistas implicados en su desprestigio personal o supuestas cuentas en Suiza de dirigentes del partido, con largas introducciones que en casos como el de el portavoz de Unidas Podemos Pablo Echenique, introducían hasta las próximas elecciones en Madrid. La presidenta de la comisión ha dejado hacer. Ni esto es un juicio ni se le parece.

Se desdice de los «acuerdos» con el PP

Con todo, Bárcenas ha acabado entrando a varias cuestiones, como cuando le han preguntado y repreguntado sobre la «paz» con el PP de la que hablaba en febrero en un escrito a la Fiscalía Anticorrupción . Decía que dejó de colaborar con la Justicia en la causa Gürtel porque le habían trasladado a través de interlocutores que su mujer no entraría en prisión y, cuatro años después y con ella en la cárcel, aquello que creyó con «ingenuidad», según decía, había saltado por los aires. Ante sus señorías, lo ha negado hasta cuatro veces.

«En ningún momento, ni por parte mía ni por parte de la persona que en mi nombre ha estado hablando con los interlocutores del PP se ha hecho mención a la situación de mi mujer porque entendíamos que, con base jurídica, mi mujer no tendría ningún problema«, ha señalado el extesorero a preguntas del diputado del PSOE Felipe Sicilia. »Insisto -ha repetido a preguntas de Gabriel Rufián (ERC)- . A pesar de que figura en el escrito a la Fiscalía eso está mal trasladado por mi abogado. Yo no he negociado nada«.

La tercera, a Edmundo Bal (Ciudadanos): «El escrito de mi abogado presentado a la fiscalía no precisa eso bien pero no ha existido ese pacto». Y la cuarta, a Pablo Echenique (UP): « No existía absolutamente ningún acuerdo y de hecho, mi mujer entra un día en prisión a pesar de tener penas menores que otras personas que no entraron en prisión y cuando se reúne la fianza, sale de prisión«. Cabe recordar que aquel escrito e staba redactado en primera persona y firmado de su puño y letra.

Preguntado por si existe aún algún otro tipo de acuerdo, ha asegurado que «en absoluto» y ha dejado caer que la interlocución que sí existió entre el abogado del PP y un amigo suyo -reconocida por ambas partes- y en la que según ha dicho ahora, «participa alguna otra persona», se mantuvieron desde 2016 y hasta «prácticamente la sentencia del Supremo» sobre la época 1 de Gürtel «pero en ningún momento se ha negociado nada a cambio». «Era un intercambio de posiciones y en algún momento, de estrategia de defensa », ha asegurado.

También ha matizado su declaración de la semana pasada ante el tribunal que le está juzgando por el presunto pago de parte de la reforma de la sede del PP con fondos de la caja B. En la Comisión ha afirmado que un interlocutor del partido le ofreció medio millón de euros, como señaló ante el juez, pero si entonces dijo que era a cambio de manipular sus anotaciones contables para confundir a la opinión pública, ahora ha asegurado que era «una cantidad en concepto de indemnización por resolver el contrato» que le unía al partido.

Con todo, ha puesto un supuesto pacto más sobre la mesa: el mismo interlocutor, según ha dicho, le ofreció a cambio de su silencio la caída del entonces ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón. «Se me ofreció pero yo no pacté nada», ha declarado. «¿Se siente traicionado, difamado?» ha llegado a preguntarle Rufián. «Yo estoy en otra dimensión. En absoluto».

El zulo de Rosalía Iglesias y el audio de Rajoy

La parte más vinculada, en cualquier caso, al objeto de la comisión, ha sido la relativa a los documentos que en teoría, la Kitchen consiguió sustraerle y que incluían tal y como consta en el sumario, audios de Mariano Rajoy y de Javier Arenas, así como documentación «comprometedora para el partido y sus dirigentes». De acuerdo a las pesquisas, estaba almacenada en un estudio de restauración de la mujer de Bárcenas, Rosalía Iglesias, donde él tenía un despacho cerrado con llave.

Aunque se ha resistido a dar detalles sobre aquella documentación habida cuenta del secreto de sumario, sí ha explicado que la trasladó allí personalmente cuando salió del Partido Popular, aunque no ha entrado a detallar las razones; que contenía documentos de la contabilidad paralela aunque nada sobre los populares de Valencia -que también le han preguntado el pormenor- y que era «mucha información». Cuando salió de prisión no la echó de menos -«le garantizo que no estaba entre mis prioridades cuando salí el ir a verificar ninguna información »- y sólo cayó en la cuenta cuando se abrió la investigación judicial.

Sí ha insistido en que en ese arsenal había una grabación de Mariano Rajoy y otra de Javier Arenas, «esos dos en concreto, exclusivamente». «¿Grabó usted a Rajoy«?», le ha preguntado la portavoz de Vox, Macarena Olona. «Eso es así», ha zanjado Bárcenas. Según ha explicado después a Mikel Legarda (PNV), «cuando uno graba es porque le preocupa que lo que uno sabe quede colgado y todo el mundo niegue la realidad».

«No fue con afán de chantajear sino tener acreditado que los responsables del uso de esa contabilidad paralela no éramos Álvaro Lapuerta y yo , que éramos las personas responsables de anotar lo que se recibía y que se entregaba, pero eso era una responsabilidad del partido», ha señalado. De dónde está o quién se lo llevó, intuiciones: «pregunten ustedes al comisario que allanó el estudio de restauración».

«Hay indicios, pero no son suficientes»

Porque Bárcenas tiene una opinión, pero como se ha afanado en repetir, «hay indicios, pero los indicios no son suficientes» y habrá que esperar a lo que consiga acreditar la Audiencia Nacional. Su intuición, que para montar aquel despliegue policial que se sirvió de fondos reservados el entonces secretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez, que está imputado, no pudo obrar solo y alguien debió haber «con mayor jerarquía».

«Evidentemente, en el secretario de Estado no se queda este tema. No tenia interés en investigar a Bárcenas ni en que se secuestrase a s su familia ni en que se allanase su domicilio (...) Es evidente que eso tiene que ser una persona del máximo nivel del partido », ha comentado. Si cree que el techo era el ministro Fernández Díaz o el propio Rajoy, todo dudas. « Incluso pudo haber una tercera persona . Yo prefiero no dar más nombres porque esas cosas tienen que acreditarse y una vez que uno dice un nombre esa persona queda señalada», ha llegado a afirmar. Nada que no obre ya en las sospechas con las que trabaja la Audiencia Nacional.

Por el camino, el reconocimiento de que se encontró al que era comisario General de la Policía Judicial, Jose Antonio González, cuando en 2013 estalló la Gürtel en un restaurante y que le recriminó «su sectarismo y que los informes de la UDEF se filtraban a la prensa». El policía, según ha dicho, había quedado con Villarejo y el entonces jefe de la UDEF José Luis Olivera. «Y a partir de ahí me acabé sentando a los postres a tomar café con estos señores».

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