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José María Aznar, durante su discurso en San Lorenzo del Escorial

Aznar recuerda a Rajoy que tiene 'el deber' de actuar contra un referéndum

Reclama al presidente del Gobierno liderar una alternativa de los no nacionalistas al secesionismo en Cataluña

San Lorenzo del Escorial Actualizado: Guardar
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El expresidente del Gobierno, José María Aznar, ha reclamado hoy que para afrontar el desafío independentista catalán se haga «buena política» y los partidos no nacionalistas se unan para articular una alternativa de gobierno al nacionalismo.

Además, Aznar ha considerado que si el independentismo crea una situación «irreductible», y «en eso está», utilizar los medios «legítimos» que tiene la Constitución y el Estado de derecho no será una opción, sino un «deber» de las instituciones democráticas, el de mantener la legalidad.

En su discurso de clausura del curso de verano de la fundación que preside, FAES, Aznar ha insistido en afrontar con la ley las pretensiones de los independentistas ante «la prueba más seria a la que se va a someter nuestro sistema constitucional». Su idea quedó sintetizada con una metáfora: «Quien da una patada al tablero no puede pretender que siga el juego», aseveró durante el acto de clausura de uno de los cursos que conforman el programa académico que estos días organiza la Universidad Complutense en El Escorial.

El presidente de la fundación FAES señaló reiteradamente a la Constitución y al marco legal que ampara a España como las soluciones frente a la problemática catalana, así como a «hacer política». «Hacer buena política en Cataluña significa sentar bases de entendimiento y sumar voluntades para articular una alternativa amplia al nacionalismo que refleje la pluralidad de la sociedad catalana, que saque a Cataluña de la trampa a la que el nacionalismo le ha arrastrado. Hacer política ahora es sentar las bases de esa alternativa y decirlo claramente», explicó.

«Podemos buscar paréntesis tácticos o procurar un cambio estratégico, pero hacer política en Cataluña es ganar votos y fortalecer una sociedad civil que no quiere que el independentismo usurpe su sentimiento de identidad, que se niega a tener que decidir y convertir a sus conciudadanos en extranjeros», explicó Aznar durante el acto. El que ahora pretende articular Carles Puigdemont en la Comunidad que preside es solo una pieza más de todas las que conforman lo que los nacionalismos, que, junto al populismo, conformarían el «viejo dúo conocido de Europa que ha protagonizado lo peor y más trágico de la historia», según Aznar. «No son fuerzas de cambio sino de regresión institucional, económica y cívica que se basan en la división, en la destrucción del marco de convivencia compartido y de las reglas del juego democrático que lo sustentan», desarrolló.

Un parlamento roto

Aunque no utilizó nombres ni siglas concretas, la cabeza visible de FAES lanzó una llamada de atención a los responsables políticos actuales. «Con un Parlamento fragmentado como nunca antes, debe preocuparnos el abandono de las reformas que siguen siendo necesarias», dijo Aznar, al tiempo que admitía la buena situación económica en términos de creación de empleo y de crecimiento que actualmente se respira en España. «No cabe atribuir responsabilidad exclusiva al gobierno», aseguró, pues «la fragmentación parlamentaria impone a todos los partidos razonables una responsabilidad hacia los ciudadanos que les exige cooperar, acordar y estar a la altura de las circunstancias». En este sentido, entiende que serán imprescindibles fórmulas de cooperación «más estrechas y más comprometidas que los acuerdos de investidura o los pactos más o menos episódicos» porque «la tarea política de un futuro ya inmediato debe ser reunir fuerzas en torno a agendas muy ambiciosas».

Estados Unidos de Europa

El futuro y la cohesión de Europa, como asunto central de la charla que lo llevó a San Lorenzo del Escorial, tuvieron también espacio en el discurso del expresidente del Gobierno. En ese sentido, se calificó a sí mismo como un «europeísta convencido» que no cree «en los Estados Unidos de Europa». «Europa no es un sujeto nacional. No es necesario que sea una federación para que haga lo que tiene que hacer», comentó Aznar, que considera que la prioridad de la Unión Europea debe encaminarse hacia ofrecer «una agenda positiva que no solo consistía en defender, estabilizar o resistir». «Eso es importante pero no es suficiente para recuperar la confianza de los ciudadanos en el proyecto europeo», afirmó.

Otro de los conceptos a los que dedicó una parte de los escasos veinte minutos de comparecencia que llevó a cabo fue el de la descentralización de las decisiones que definen Europa. Esto le llevó a decir que los Estados «no pueden delegar sus responsabilidades en Bruselas». «Reducir la Unión a un mercado integrado tampoco es posible ni deseable. Un mercado sin instituciones no es un mercado, es otra cosa», explicó, antes de concluir su discurso con el resumen de lo que la política –«pensando en Europa, en España y en Cataluña»– nos propone: «Hacer posible lo necesario».

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