Curri Valenzuela

Aznar, lejos de Correa

Curri Valenzuela
Madrid Actualizado: Guardar
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Había ayer una expectación en torno de José María Aznar que no tenía nada que ver con la inauguración de curso de su Instituto Atlántico de Gobierno sino con el juicio a Francisco Correa que se sigue celebrando no muy lejos de allí, pero el expresidente no quiso aludir al cabecilla de la Gürtel porque, dicen en su entorno, no solo no se siente aludido directa o indirectamente por él, sino todo lo contrario.

Aznar está «muy tranquilo» respecto a este asunto, según los suyos, que recuerdan que el jefe de la red de sobornos que operó durante años en la sede popular de Génova ha declarado en su juicio que nunca tuvo contacto alguno con él, con quien apenas cruzó alguna mirada, y que incluso el ex juez Baltasar Garzón ha escrito en su polémico libro recién publicado que no se deduce de ninguna de las investigaciones llevadas a cabo sobre el caso que el expresidente de Gobierno haya tenido implicación alguna en el mismo.

Cierto es que Aznar era presidente del PP cuando Correa entraba, salía y repartía sobres repletos de billetes por la sede central de su Partido, pero él mismo se ha encargado de recordar a sus amigos que durante aquellos años ejercía de presidente del Gobierno, trabajaba en La Moncloa y apenas visitaba Génova, controlada los sucesivos secretarios generales (Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas), el jefe de sus campañas electorales (Mariano Rajoy) y el tesorero nombrado por él (Álvaro Lapuerta) a cuyas órdenes figuraba como gerente Luis Bárcenas, que fue ascendido a tesorero cuando Aznar se fue.

Desde su despacho de la Fundación FAES, que acaba de romper amarras financieras y psicológicas con el PP, Aznar es consciente de la actitud adoptada oficialmente por el partido para sacudirse de encima lo que implica las acusaciones de Correa con el argumento de que esas cosas ocurrieron en el pasado. El suyo. Pero ya debe de estar curtido por las críticas de sus sucesores y esto no es nada al lado de sus sospechas, para él muy fundadas, de que el ministerio de Hacienda filtró sus datos fiscales como respuesta a sus críticas a la forma de gobernar de Mariano Rajoy.

Así que sin ganas de más polémicas, Aznar dejó caer ayer esa frase de que «el tiempo pondrá a cada uno en su sitio» para que cada cual lo interprete a su manera. Si es para recordar que su sitio siempre estuvo lejos de Correa, mejor.

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