José María Aznar, en el centro, junto a María San Gil y Jaime Mayor Oreja
José María Aznar, en el centro, junto a María San Gil y Jaime Mayor Oreja - Óscar del Pozo

Aznar alerta de que España se desvertebra social, territorial y políticamente

El expresidente dice analizar España «con realismo y con preocupación, pero con gran esperanza»

Madrid Actualizado: Guardar
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El expresidente del Gobierno José María Aznar ha lamentado hoy la actual «debilidad» y «decaimiento» de España y ha llamado a cerrar las brechas que, según él, hacen que el país se esté desvertebrando social, territorial y políticamente.

Aznar ha sido el encargado de inaugurar el ciclo de conferencias y mesas redondas sobre «El necesario fortalecimiento de España» organizado por la Fundación Valores y Democracia (que preside el exministro Jaime Mayor Oreja) y la Fundación Villacisneros. La portavoz del PP en el ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, ha sido la dirigente popular más relevante que ha acudido a esta conferencia en la que Aznar ha sido presentado por la expresidenta del PP vasco María San Gil.

El exjefe del Gobierno y presidente de FAES ha lamentado que la historia de España se haya utilizado demasiadas veces para justificar el pesimismo y ha garantizado que él no tiene en absoluto una idea pesimista de España ni de su historia.

Aznar ha defendido la Transición aunque ahora algunos pretendan desacreditarla desde una «ignorancia culpable»

Aznar ha precisado que lo que tiene es un espíritu crítico porque cree en su país, y habla de España «con realismo y con preocupación, pero con gran esperanza». El expresidente ha recordado que España ha vivido décadas de transformaciones políticas, económicas y sociales extraordinarias y vivió una Transición que fue admirada en todo el mundo aunque ahora algunos pretendan desacreditarla desde una «ignorancia culpable».

Para él, la democracia de 1978 hizo posible el mejor periodo de la historia de España y hubo transformaciones que crearon vínculos sólidos entre territorios, partidos y generaciones. Sin embargo, estima que hace tiempo que hay graves dificultades para dar continuidad a este relato y la impresión de «decaimiento» de España se debe a la falta de una tarea nacional compartida.

«No estamos jugando limpio»

«El impulso modernizador, ambicioso y profundo, que nos permitió obrar la mayor transformación de nuestra historia, se ha agotado, se ha diluido», ha subrayado Aznar, quien cree que, con ello, han aparecido brechas que se pueden ensanchar «hasta convertirse en amenazas de fractura».

Considera que la brecha principal es la social, entre generaciones, debido a la crisis y a la respuesta que se le ha dado porque no ha reforzado a las clases medias, ha asegurado el trabajo y las rentas a los que más tenían y las ha debilitado a otros muchos. En ese contexto, ha lamentado: «No estamos jugando limpio con nuestros jóvenes. Y eso es alimentar el riesgo de que la primera brecha termine definitivamente en fractura».

En cuanto a la brecha política, que también ha calificado de electoral, ha explicado que los partidos nuevos no actúan para un proyecto nacional. Cree que «exhiben ruptura territorial, ideológica, generacional e histórica» y «bajo la apariencia de un regeneracionismo gritón y en ocasiones asilvestrado, declaran y despliegan su vocación explícita de parcialidad y división».

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