La madre de Diana Quer, en A Pobra do Caramiñal, el pasado martes
La madre de Diana Quer, en A Pobra do Caramiñal, el pasado martes - MIGUEL MUÑIZ

Amplían la zona de rastreo de Diana tras cotejar datos del móvil

El coche al que subió, se cree que de forma voluntaria, recorrió al menos 20 kilómetros

Madrid Actualizado: Guardar
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El teléfono móvil de Diana Quer sigue siendo un elemento clave, el «testimonio» más certero en las pesquisas de su desaparición, de la que hoy se cumplen tres larguísimas semanas. La información que la Guardia Civil ha obtenido tras su exhaustivo análisis es básica para cruzarla con otros datos tanto técnicos como testificales a la hora de reconstruir qué ocurrió esa noche. Su móvil se apagó en torno a las cuatro de la madrugada, según fuentes de la investigación, y antes de hacerlo un repetidor situó el terminal en la zona de Rianxo, a casi veinte kilómetros de la casa de veraneo de la familia en A Pobra do Caramiñal.

Es el último dato con el que se cuenta para centrar a la joven de 19 años esa noche, lo que desvirtuaría lo narrado por algunos testigos —uno en concreto aseguró haberla visto casi a las siete de la mañana en A Pobra—.

Batidas con especialistas

El informe permitió saber que la joven regresó a su casa andando pasadas las dos y media de la madrugada, se cambió de ropa (eso se confirmó tras encontrar en su habitación el pantalón corto que vestía cuando su madre la dejó en las fiestas del pueblo) y volvió a salir. Llevaba su móvil encima y subió a un vehículo cerca de su vivienda. Luego, los repetidores la centran en una autovía por la que circuló menos de veinte kilómetros. En Rianxo, el pueblo más alejado de la autovía en ese recorrido su rastro se acaba debido a que el móvil se apaga. En el trayecto recorrido hay cuatro radares de la DGT y también al menos una cámara que habría grabado cientos de matrículas.

Son otros datos técnicos y objetivos con los que trabajan los investigadores para establecer conexiones y cruces entre unos y otros, sumados a los miles de teléfonos que captaron todos esos repetidores. Inicialmente se peinarán los que corresponden a Movistar, la compañía que tiene Diana Quer y después se seguirá con las demás.

El informe del teléfono es la base para que la Guardia Civil decidiera retomar las batidas en busca de Diana, pero en una zona nueva y completamente distinta a la inicial. Los primeros rastreos comenzaron el viernes en Taragoña (Rianxo) y Beluso (Boiro) sin resultado, siguieron ayer y van a continuar en los próximos días. La previsión es que solo participen especialistas sin contar con ayuda ciudadana.

Pese a que la ampliación de la zona de rastreo, junto al paso de los días, no es en principio una buena noticia, Diana López-Pinel, la madre de la chica, mantiene la esperanza de un desenlace feliz. Su abogado, Pedro de Bernardo, en una entrevista a ABC aclara varios aspectos. Asegura que Diana no entra en hipótesis sobre lo que pudo suceder aquella madrugada. Ella misma descubrió al cabo de tres días que su hija había regresado a casa sin que ni ella ni su otra hija que también dormía se enteraran. «La Guardia Civil le dijo el primer día que no tocara la habitación y eso hizo, pero al cabo de tres días regresaron en busca de varias pertenencias. Fue en ese momento cuando encontraron los pantalones cortos y la madre echó en falta unos vaqueros. No hay ninguna mentira». Precisamente porque ni se enteró, niega cualquier discusión entre madre e hija que motivara una huida o un enfado. Los investigadores creen que Diana Quer había quedado con alguien (probablemente la persona que la recogió en coche) pero pensaba volver a casa unas horas después, como máximo. Solo se llevó las llaves. Ni dinero ni documentación ni ropa.

A la espera de declarar

De Bernardo está personado en dos Juzgados de Ribeira: el uno, que instruye la desaparición y el dos, cuya titular retiró a López-Pinel la custodia de su hija menor Valeria. El abogado está a la espera de que la jueza llame a declarar a Diana por esa inesperada medida cautelar que le ha supuesto perder a sus dos hijas en unos días y evidenciar de forma pública el abismo que separa a los padres de la joven.

La decisión causó estupor y extendió una insólita sombra de sospecha sobre la madre. De Bernardo está convencido de que las dos causas guardan relación. «Claro que tienen vinculación. Las cosas no han ocurrido por casualidad en A Pobra. Estaba el procedimiento de la desaparición con sus diligencias secretas y al hilo de que Valeria va al hospital por sufrir una crisis se adopta la resolución de la custodia. Tiene que ver la presión, la alarma social y mediática».

Solo hablan por WhatsApp

Lo argumenta: «Es un procedimiento cautelar urgente y se puede adoptar la decisión (quitar la custodia) sin oír a la otra parte pero en mi vida profesional es la segunda vez que lo veo. La jueza pensaría que corría peligro la vida de Valeria». El letrado confirma que no existe prohibición alguna de que madre e hija se vean pero asegura que el exmarido de Diana, Juan Carlos Quer hace todo los posible para que esto no ocurra. «Solo hablan por WhatsApp».

«Diana —añade— está segura de que antes o después va a recuperar la custodia de Valeria y además sabe donde está, pero no dónde está Diana. Por eso está concentrada en que aparezca su hija mayor. Está pegada a la televisión y a la prensa, sigue cada información hasta que cae rendida».

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