La agenda internacional 'ocupa' la convención de los populares

Sarkozy, López Obrador, Kurz o Vargas Llosa marcan el cónclave de Casado

Nicolas Sarkozy y Pablo Casado, el miércoles en Madrid Jaime García

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Tener como invitado a un expresidente francés de la talla de Nicolas Sarkozy era un anhelo que Pablo Casado vio cumplido el pasado miércoles en la convención nacional, en Madrid. Al día siguiente Sarkozy fue condenado por un delito de financiación ilegal, lo que se unió a la condena previa que arrastra desde marzo por corrupción y tráfico de influencias. El PP no se achantó y desde Génova aseguraron que no se arrepentían de haberlo invitado para hablar de su gestión. De hecho, los populares no ocultaron su entusiasmo por el discurso del expresidente francés, un auténtico 'showman' de la palabra cuando agarra el micrófono.

Pero Sarkozy no ha sido el único líder internacional que ha marcado la convención del PP. El mexicano Andrés Manuel López Obrador se convirtió en protagonista ausente cuando Aznar, el jueves en Sevilla, se refirió a él para ironizar, o mofarse, de su obsesión con España, país al que exige que pida perdón por su pasado en la conquista de América. «Yo no pienso pedir perdón, lo diga quien lo diga», sentenció Aznar, quien se ensañó con el presidente mexicano: «¿Pero usted cómo se llama? Andrés Manuel López Obrador. Yo me llamo Andrés, por parte de los aztecas, Manuel, por parte de los mayas, López, eso es una mezcla, y Obrador, de Santander. ¡Hombre!, es que si no hubiesen pasado algunas cosas usted no estaría ahí, ni podría haber sido bautizado ni podría haberse producido la evangelización de América, ¡digo!». Las palabras de Aznar avivaron el debate y tuvieron repercusión en México, donde los afines a López Obrador arremetieron ayer contra el expresidente español. Ayer, también en la convención del PP, en este caso en Cartagena, el expresidente de México Felipe Calderón entró en la polémica para proclamarse orgulloso de ser mexicano y de tener raíces indígenas y españolas, pero pidió no caer en la trampa de quienes quieren dividir y tender cortinas de humo para esconder los problemas reales.

El mismo jueves, por la tarde, el Nobel Mario Vargas Llosa , invitado al panel de 'Libertad frente al populismo', dio otro campanazo, al anunciar que a partir de ahora apoyará al Partido Popular, y no a Ciudadanos, partido que, según advirtió, ha dejado de existir. El escritor peruano estaba sentado junto al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, cuyo socio de Gobierno sigue siendo Ciudadanos.

Génova quería una convención nacional repleta de líderes internacionales, del pasado y del presente. Casado se rodeó de todos ellos: Margaritis Schinás en Santiago de Compostela, Antonio Tajani y Donald Tusk en Valladolid, Nicolas Sarkozy y José Manuel Durao Barroso en Madrid, Antonio Ledezma, Carlos Payá, Daniel Córdova y Leopoldo López en Sevilla, así como Felipe Calderón y Andrés Pastrana en Cartagena. En Valencia, en la plaza de toros, estará acompañado por el canciller de Austria, Sebastian Kurz, y por el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis.

Perfil institucional

El coro de voces internacionales ha sido protagonista en esta convención nacional, pues Génova ha conseguido que cada uno de los invitados diera un apoyo explícito a Casado como próximo presidente del Gobierno de España. A su vez, el líder del PP, rodeado de dirigentes mundiales del pasado y del presente ha podido reforzar su perfil institucional y presidencialista , pero también internacional.

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