El 72% de los presos de ETA en Francia están en cárceles a dos horas del País Vasco

Es el único país aparte de España donde siguen cumpliendo pena etarras, 32, entre ellos varios exjefes

Distribución de los presos de Eta en Francia ABC

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En enero de 2018, en las cárceles francesas se contaban 59 presos de ETA. Hoy quedan 32, más Soledad Iparraguirre «Anboto», entregada temporalmente a España para que responda por una docena de causas pendientes. Veintitrés de estos internos, un 72 por ciento, están concentrados en las prisiones de Lannemezan, en los Altos Pirineos, y de Mont de Marsan , en las Landas. Son dos de las penitenciarías más próximas al País Vasco , que distan respectivamente 210 y 138 kilómetros de la frontera guipuzcoana de Irún, lo que significa que tres de cada cuatro etarras encerrados en el país vecino lo están a dos horas o menos de coche de sus familias.

Francia alberga todos los reclusos de ETA que hay fuera de España después de que en marzo de 2019 Portugal pusiera en libertad en 2019 a Andoni Zengotitabengoa , que fue atrapado cuando intentaba montar un almacén de explosivos en tierra lusa.

Carrera Sarobe cumple por el asesinato del gendarme Nerín y los guardia civiles Centeno y Trapero

En cárceles galas cumplen hoy algunos de los carniceros más salvajes . Está Mikel Carrera Sarobe, alias «Ata», último jefe militar, condenado en ese país a dos cadenas perpetuas por el asesinato en 2010 del gendarme Serge Nérin así como en 2007 de los guardias civiles Raúl Centeno y Fernando Trapero, en Cap Breton. A pesar de ello, la justicia francesa le trasladó en mayo de 2019 de Reau Sud Francilien (a 900 kilómetros de los Pirineos) a la accesible Lannemezan, faltando así al compromiso inicial según el cual no habría aproximaciones geográficas para reclusos con delitos de sangre en grado de autoría.

Incómodos

París confirmó oficialmente la apertura de un proceso de acercamiento de los presos de ETA a comienzos de 2018, mucho antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez lo pusiera en marcha por la vía de los hechos.

En concreto, aprovechando como excusa la ceremonia del falso desarme escenificada por los pistoleros en abril de 2017, las autoridades galas emprendieron conversaciones con los presuntos mediadores y «artesanos de la paz» que habían participado en la pantomima, lo que dio lugar a un anuncio del presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, que prometió que no habría traslados colectivos, sino analizados caso a caso.

No se les exigiría rechazo a la violencia ni desvinculación de la banda , puesto que Francia nunca habilitó para estos internos una vías de movilidad distintas a la de los comunes, aunque sí se dijo que se limitaría a quienes estuvieran en el tramo final de sus condenas.

Macron autorizó limpiar de presos etarras el hacinado sistema galo: el yihadismo envenena sus prisiones

En su primer año en el Elíseo, Macron daba luz verde así a la idea de ir sacudiendo del hacinado panorama penitenciario francés un frente de presos incómodo, que en el país -escondite de etarras en los años de plomo, con Felipe González y François Miterrand gobernando- no tiene mayor significado político. Coincide con el abrupto encuentro de Francia con otro terrorismo, el del yihadismo, que empieza a envenenar sus prisiones a golpe de atentados y de retornos de los que marcharon a Siria e Irak a unirse al engendro califal.

En Francia, un símbolo de ETA como Josu Ternera está en la calle en libertad controlada aún a pesar de que la justifica francesa ya ha aprobado entregarle a España para ser juzgado por la financiación de la banda en las herriko tabernas y por el atentado de la Casa Cuartel de 1987 de Zaragoza, con el que causaron 11 muertos, cinco de ellos niñas.

Tres de sus compañeros del comando Argala que perpetraron aquella masacre integran el club de los exjefes y grandes sanguinarios de la organización terrorista encerrados en el país vecino . Uno es Frédéric Haramboure, que purga cadena perpetua en Lannemezan con el ya mencionado Carrera Sarobe y con dos que fueran dirigentes militares: Ibon Fernández, «Susper», condenado a 147 años -140 por matar al ertzaina Ignacio Totorica- y Garikoitz Aspiazu, «Txeroki», que fue trasladado allí desde la prisión de Arles (a 600 kilómetros de Irún) en julio de 2019 a pesar de su historial. Incluye el encargo del atentado de la T4 de Barajas de 2006 que puso fin al mal llamado «proceso de paz» con ETA, el de tirotear al Rey y veinte asesinatos en grado de tentativa por los que le esperan 377 años de cumplimiento en nuestro país.

Por el atentado de Zaragoza también están en las penitenciarías francesas hace más de treinta años Jacques Esnal, a 500 kilómetros del País Vasco y en Muret, a 400 kilómetros, Ion Kepa Parot Navarro. Su hermano y cabecilla de aquel ataque asesino, Henri Parot, cumple en España con arreglo a condenas que suman 4.799 años de encierro.

Sorzábal, la más alejada

Amén de Soledad Iparraguire, en Francia están encarceladas otras seis mujeres de ETA , ninguna en los centros próximos a España puesto que esas prisiones no tienen dependencias más que para hombres. Tres de ellas -incluida Iratxe Sorzábal, que leyó el comunicado del fin de las armas en 2011 integró el «equipo negociador» de Oslo- están en Reau Sud Francilien, a 740 kilómetros de Irún, lo que las convierte en las reclusas etarras más alejadas del País Vasco en suelo francés. Dos más están en Rennes (621 kilómetros) y la última en Roanne, a 638 de la frontera española.

Prófugos en Venezuela, Cuba, México ... Un secreto de Estado

La lista de etarras prófugos y sus localizaciones es un secreto de Estado. «Si supiéramos quiénes y dónde están, se les detendría», resuelven fuentes oficiales. Covite pidió por carta en 2019 al Ministerio del Interior esa información y nunca la recibió. Calculan unos 30 huídos. Otras fuentes los elevan a casi un centenar, aunque la mayoría de los cuales se habría desvinculado de la organización. El más famoso de los fugados , José Ignacio de Juana Chaos , con 3.000 años de condenas pendientes y al que en 2014 Antena 3 mostró regentando un chiringuito en Venezuela. Su nombre sí aparece en una lista abierta, la de los más buscados por las Fuerzas de Seguridad, en la que también aparecen José Luis Eciolaza, «Dienteputo» y otros tres de ETA. Nada se apunta sobre su localización. Bien ubicada sí está Natividad Jáuregui, «Pepona», residente en Bélgica, país que se niega a extraditarla a España. Etxerat , la asociación que reúne a los familiares de los presos de ETA, recoge en un mapa de «deportados» a un miembro en Venezuela diferente de Chaos, tres en Cuba y cuatro en Cabo Verde.

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