Pedro Sánchez, ayer en Alcalá de Henares, haciendo campaña por el «sí»
Pedro Sánchez, ayer en Alcalá de Henares, haciendo campaña por el «sí» - Ignacio Gil

189.167 militantes del PSOE llamados a votar

Una alta abstención preocupa en el equipo de Pedro Sánchez porque deslegitimaría su pacto con C's

Madrid Actualizado: Guardar
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Un total de 189.167 militantes socialistas están llamados hoy a depositar su voto en las casas del Pueblo del PSOE. Son 9.000 afiliados menos que los que participaron en las primarias de julio de 2014 que dieron la victoria a Pedro Sánchez en la secretaría general.

Tienen que elegir la papeleta del «sí» o la del «no» para responder a la siguiente pregunta: «El PSOE ha alcanzado y propuesto acuerdos con distintas fuerzas políticas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno. ¿Respaldas estos acuerdos para conformar un gobierno progresista y reformista?».

La Dirección Federal del PSOE se está volcando para que la consulta no sea un fracaso de participación por falta de interés en un pacto con Ciudadanos que no suma para investir a Sánchez, o por un voto de castigo a un acuerdo con «la derecha».

Sería un duro revés para Sánchez, empeñado en el referéndum pese a no ser necesario porque los pactos son competencia del Comité Federal.

Por eso, la plana mayor de la Ejecutiva socialista, empezando por el lider socialista, en Alcalá de Henares, se repartió ayer por España explicando en las agrupaciones la importancia del voto. El líder socialista aseguró a los afiliados que el de PSOE-C's es un acuerdo «de izquierdas» y que los de Podemos «son tan, tan, tan de izquierdas, que son capaces de votar en contra de un candidato socialista para que siga gobernando el PP».

La última vez que se pronunciaron los afiliados socialistas fue el 13 de julio de 2014 y lo hicieron para elegir secretario general de una terna formada por Eduardo Madina, José Antonio Pérez Tapias y Pedro Sánchez. Ganó este último pero en una votación en la que participó solo el 66,67% del censo; y eso que la repercusión mediática de aquel proceso y sus candidatos en las semanas previas fue apabullante, nada que ver con la consulta de mañana en cuanto a relevancia mediática y movilización interna.

Cuando Sánchez la anunció por sorpresa, en el Comité Federal del pasado 30 de enero, todo el mundo lo interpretó como una manera de sortear el rechazo de los barones críticos hacia un pacto con Podemos, a sabiendas de que los afiliados están mucho más a la izquierda y darían su sí seguro a gobernar con los de Pablo Iglesias.

Era el tiempo en que el líder acababa de volver de Lisboa, de anunciar un «gobierno de izquierdas a la portuguesa. Pero hoy el escenario es muy diferente. Lo que va a votar el afiliado -también puede hacerlo telemáticamente através del portal MiPSOE desde la medianoche del viernes hasta las 20.00 horas de hoy- es si «respalda» los acuerdos ya hechos, con C’s y Coalición Canaria, y los que vengan.

Ferraz busca un plebiscito sobre la figura de Sánchez para blindar su candidatura en caso de repetición de elecciones y por eso no ha querido aclarar en la pregunta que el acuerdo es con Ciudadanos, una formación de «centro-derecha». Así califica a Ciudadanos el propio candidato socialista, que en campaña electoral dedicó a Albert Rivera, gruesos epítetos por su cercanía al PP. Sánchez formuló ayer otro llamamiento a la «participación masiva». El jueves colgó un vídeo en el que explica: «necesito contar con tu voto y participación».

La bronca de las diputaciones

Algunos temen, además, que al rechazo silente de los afiliados a acudir a votar un pacto con Ciudadanos se una la dura oposición en zonas rurales a la desaparición de las diputaciones, incluida en ese acuerdo. El rechazo es frontal en Andalucía -el secretario general de Jaén, Francisco Reyes, dice que va a votar no-, Extremadura, Castilla-La Mancha, Aragón y otros territorios.

Por ejemplo, el Grupo Socialista en la Diputación de León anunció ayer su oposición frontal y su secretario general, José Pellitero, ha anunciado que también votará mañana no; como los presidentes de la Diputación en Zaragoza y Cáceres.

Y es que son muchos miles los afiliados socialistas y familiares que ven amenazado su trabajo en diputaciones y mancomunidades por una decisión que los barones críticos creen que «va a aprovechar el PP», el otro partido fuerte en zonas rurales. De hecho, Susana Díaz defendió las diputaciones porque «vertebran» territorios, aunque abogó por «modernizarlas».

Ayer, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, advirtió que el resultado de la consulta sobre el acuerdo con Ciudadanos que se va hacer a la militancia del PSOE «no se tiene que interpretar como un cheque en blanco para firmar lo que no esté expresamente sobre la mesa». Reconoció que la pregunta «se las trae» por su ambiguedad, pero defendió que Sánchez no debe dimitir si los militantes no avalan dicho acuerdo.

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