Fernández Díaz, sobre la crisis de refugiados: «No hay una UE del sur, del norte, del centro o el oeste»

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha asegurado que la reunión de este lunes de ministros del Interior en Bruselas, para buscar una solución a la crisis de refugiados es «un paso más en el proceso de construcción de la Unión Europea, que se caracteriza por ser un espacio de libertad, justicia, seguridad y solidaridad».

El ministro, que ha atendido a los medios de comunicación tras un acto en el centro penitenciario de Martutene, en San Sebastián, de homenaje a funcionarios de prisiones asesinados en los 90 por ETA, ha reconocido que se trata de «un paso más que no es todo lo largo y grande que desearíamos, pero que nadie dude de que es un paso en la buena dirección

».

«Ayer no se consiguió la unanimidad requerida para que hubiera sido aprobado el documento de la presidencia luxemburguesa pero había una mayoría cualificada abrumadora», indicó. «Que nadie dude de que no hay una Unión Europea del sur, del norte, del centro o del oeste. Hay una Unión Europea. Tengo la absoluta convicción de que el próximo 8 de octubre, que está prevista una nueva reunión de ministros del Interior, lo que ayer no se pudo culminar se culminará el 8 de octubre, de tal manera que los refugiados que huyen fundamentalmente de la guerra y la barbarie terrorista encontrarán en la Unión Europea el espacio de solidaridad y acogida que merecen y al que tiene que dar respuesta la Unión Europea», ha afirmado.

Preguntado por la llegada de refugiados a través de Ceuta y Melilla, ha recordado que se les da acogida siempre que cumplen los requisitos pertinentes. «Solo en lo que llevamos de año son miles de personas, fundamentalmente ciudadanos sirios, las que están solicitando asilo, fundamentalmente en Melilla, a un ritmo crecientemente elevado. Van a ser bastantes miles los que este año van a solicitar asilo allí».

«Son nada menos de 35.000 personas las que nos vamos a comprometer a acoger. Lo que pone de manifiesto la oleada creciente de ciudadanos sirios que están pidiendo asilo es que en España se respetan los Derechos Humanos, y hay un derecho fundamental que atender, y es el de los derecho de los refugiados a tener protección internacional y asilo», ha proseguido.

«Los derechos no se discuten, se reconocen, se protegen y se amparan. España es un país que respeta los Derechos Humanos. Las personas que tengan derecho a protección internacional y asilo lo van a encontrar en nuestro país», ha asegurado Fernández Díaz.

Homenaje a funcionarios asesinados

El ministro del Interior ha encabezado el acto de recuerdo, con el descubrimiento de una placa en el centro penitenciario de Martutene, en San Sebastián, de Ángel Mota Iglesias, Roberto Domínguez Burillo y Francisco Javier Gómez Elosegui, funcionarios de dicho centro que fueron asesinados por ETA el 13 de marzo de 1990, el 22 de enero de 1993 y el 11 de marzo de 1997, respectivamente.

Al acto han acudido, entre otras autoridades, el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste; el delegado de Gobierno en el País Vasco, Carlos Urquijo; la presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, y la directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos. Tras los discursos de familiares de los tres funcionarios y de Blanco, el cierre ha corrido a cargo de Fernández Díaz con una alocución en la que ha destacado que no se estaba «evocando nada que se parezca mínimamente a la venganza, el odio y el rencor».

Tras recordar que los años 90 y 80 en el País Vasco fueron «años de plomo, locura y barbarie terrorista», ha ensalzado la labor de todos aquellos que, en muchas ocasiones con su vida, contribuyeron a la «derrota operativa y policial de ETA». Además de subrayar que «el Estado de Derecho nunca se doblegó», Fernández Díaz ha recordado que lo único que se espera desde el Gobierno es «la incondicional disolución de la banda terrorista».

«Se equivoca ETA si piensa que vamos a permitir que se perpetúen como actores políticos y garantes no se sabe de qué, cuando nunca debieron existir». «Condenamos toda violencia pero no son lo mismo», ha hecho hincapié el ministro. Después de trazar un paralelismo con la Segunda Guerra Mundial ha afirmado que «a nadie se le ocurriria poner en el mismo plano a unas y otras víctimas. No habrá memoria justa si no se adecua a la verdad».

«Por mucho dolor que los fanáticos terroristas puedan causar», ha cerrado su intervención, los valores democráticos y la libertad siempre prevalece«rán».