García-Margallo durante la entrevista a ABC
García-Margallo durante la entrevista a ABC - josé ramón ladra
Entrevista

García-Margallo: «En Cuba es inevitable una apertura política tras la económica»

«No acepto que a Gibraltar le vaya bien a costa de prácticas contrarias a España»

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-¿Cree que el acuerdo entre Estados Unidos y el régimen de los Castro va a hacer que Cuba se abra a una democracia?

-Lo que está ocurriendo es la expresión de Juan Pablo II de que el mundo se abra a Cuba y que Cuba se abra al mundo. Con una cierta flexibilización, primero va a haber más información, más gente que va a ir a Cuba, más turistas. Y ellos van a salir más, van a viajar. Es un poco lo que pasó en España. Por lo tanto, van a conocer otras realidades y eso favorecerá la apertura política. Que la apertura económica se traduzca en apertura política es inevitable. Otra cosa es la velocidad a la que se produzca y eso es algo que depende fundamentalmente del régimen de los hermanos Castro.

Pero eso se producirá. Debe haber una reconciliación nacional fundamentalmente en Cuba y también con los cubanos de la diáspora, en la que se vaya favoreciendo un clima de más apertura interna y ahí sería clave la modificación del Código Penal para acabar con los delitos contrarios a la Revolución. Eso supondría una amnistía y libertad de expresión. Y luego habría que ir a unas elecciones democráticas en las que todos tengan cabida.

-¿No cree que en todo el proceso de acercamiento, los disidentes han podido verse relegados, después de tantos años de lucha?

-No es verdad. Hay varias disidencias. Hay una disidencia que ahora ha recibido las noticias del desbloqueo con Estados Unidos con una cierta frustración, porque creen que es consolidar el régimen de los Castro. Y hay otra disidencia, Espacio Abierto, que considera que es una oportunidad que hay que aprovechar, que esto es abrir las ventanas y poco a poco irá entrando el aire. Lo que pasa es que siempre se escucha a la disidencia más estridente.

-¿Es imposible una relación normal con Venezuela?

–Las relaciones con Venezuela son perfectamente normales cuando las circunstancias son normales. Cuando se han producido una catarata de insultos absolutamente intolerables por parte de las autoridades bolivarianas a las Cortes Españolas, al presidente Rajoy o al ex presidente González, hemos reaccionado como se reacciona en estos casos, que es manifestando nuestro malestar. Tenemos una actuación extraordinariamente paciente y procuramos no echar leña al fuego, pero cuando se exagera desde el otro lado, la reacción tiene que ser la que exige el respeto a la dignidad nacional.

–Hace dos años usted afirmó en ABC que se había terminado el recreo en Gibraltar. «The party is over», titularon los medios británicos. ¿Se ha acabado, de verdad, ese recreo?

–Hemos tomado medidas que están dando frutos y pensamos seguir haciendo lo mismo. Mientras esté este Gobierno no habrá recreo. A Gibraltar le va sorprendentemente bien, porque un territorio de 6,5 kilómetros cuadrados, cerca de 30.000 ciudadanos y ningún recurso natural, es la tercera economía en renta per cápita del mundo. Esto, como dirían los catalanes, hay que hacérselo mirar. Todo eso está muy bien, si es porque trabajan mucho y lo hacen muy bien, pero está muy mal si se hace sobre la base de prácticas que son contrarias a los intereses españoles y los intereses de la zona.

–¿El contencioso de Gibraltar influye en que no se haya producido aún una visita de los Reyes al Reino Unido?

–Las relaciones entre Reino Unido y España son muy importantes. Somos socios en la UE y en la Alianza Atlántica y compartimos valores y principios. Pero una cosa es que seamos socios y otra cosa es que hagamos el primo. Cada uno defiende sus intereses en el tema de Gibraltar y eso no debe enturbiar las relaciones entre Madrid y Londres y, por lo tanto, no debe alterar el que los Reyes vayan al Reino Unido. Ha ocurrido, no con estos Reyes, sino en alguna ocasión anterior, que cuando se habían producido actuaciones estridentes por parte del señor Picardo, no era lo más conveniente que fuesen. No tiene mucho sentido que los Reyes estén en Londres cuando están tirando unos bloques de hormigón para impedir la pesca de unos barcos españoles u otras actividades que condenamos.

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