Alberto Núñez Feijóo, presidente gallego
Alberto Núñez Feijóo, presidente gallego - Miguel MUñiz

Feijóo: «Cambiar a Rajoy sería una decisión equivocada para el PP e irresponsable para España»

El presidente de Galicia: «Hemos gobernado bien, hemos explicado peor de lo que hemos gobernado y hemos implicado peor de lo que hemos explicado»

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El presidente gallego calienta en la banda del PP desde hace años. «¿Cuánto llevamos con esto?» pregunta a la periodista cuando le aborda sobre si es o no el recambio de Mariano Rajoy. Tras un gallego, otro. Esta es una entrevista para leer entre líneas. El presidente de la Xunta no dice, pero no descarta. Parece que espera. Tiene claro que el mejor candidato es Mariano Rajoy. Con él se sentó hace unas semanas en La Moncloa para decidir si le nombraba ministro. Y allí ocurrió, contado por Feijóo, esto:

–Agradezco mucho al presidente que cuando pensó en hacer una remodelación de Gobierno me preguntara cuál era mi opinión, mi disposición o mi disponibilidad.

–¿Y?

–Y los dos pensamos lo mismo.

Yo soy presidente de una Comunidad donde hemos sacado mayoría absoluta dos veces, de donde él proviene y donde ha iniciado su carrera política. Los dos coincidimos en que en ese momento no había causa para incorporarse al Gobierno, abandonando la presidencia gallega: esta es la explicación que le di y la consideró acertada.

–Luego le ofreció una cartera...

–Quiero aclarar que no hubo un ofrecimiento para formar parte del Gobierno, sino la apertura de una posibilidad.

–Pero esa posibilidad era ir a Madrid...

–Esa posibilidad se abre y se cierra en instantes sucesivos. Simplemente me dijo: voy a hacer un ajuste en el Gobierno, ¿valoras tu disponibilidad para la política nacional? Y yo le contesté que le agradecía mucho que me dejara valorarlo, pero que esa era mi opinión.

–¿Es una decisión cerrada hasta ver qué pasa en las elecciones generales?

–Mire, lo que yo no puedo es seguir dando pábulo a esto. Yo esta semana he presentado aquí la ley del suelo, estoy pensando en mi techo de gasto, en aprobar la ley de financiación de los partidos, la ley del Consejo de Cuentas para mejorar la transparencia de la vida pública, y estoy pensando en un nuevo reglamento de la Cámara. Fíjese si tengo tarea aquí en julio...

–Nada de eso es óbice para que suene como recambio de Rajoy si las cosas vienen mal dadas en noviembre...

–No le oculto que yo me siento corresponable de que mi partido gane las elecciones generales. Soy gallego y, por consiguiente, soy español, y a mí me preocupa mucho mi país. Pero tú puedes servir a tu país trabajando aquí...

–Eso es lo que dicen ustedes siempre. Pero ¿y en el inmediato futuro?

–Si a mí me dicen hace unos años que yo voy a ser presidente de la Xunta dos veces, pues imagínese... Vamos a ver qué pasa en las elecciones. Mi objetivo es lanzar un mensaje a la gente de que queremos crear tres millones de puestos de trabajo más, que queremos transitar por la senda de la prosperidad y que queremos mandar a la historia la recesión y las cicatrices de la recesión. Yo no anhelo más.

–Concluyo que todo pasa por las generales. Pero debo recordarle que usted ha dicho que considera que dos mandatos son suficientes para un presidente autonómico. Ya está concluyendo el segundo...

–Nosotros conseguimos en las municipales un 36% de voto y sacamos un 9% al segundo, el PSOE. Pero sé que no es suficiente. Y lo que yo he dicho es que debemos elegir en un Congreso en 2016 el candidato a presidente de la Xunta. Y añado además que dos mandatos consecutivos son un periodo razonable.

–Si es razonable, es que no se va a presentar a un tercero. Puerta abierta para hacer carrera en Madrid...

–Tengo claro que no quiero autoproclamarme candidato de nada. Hay políticos que lo hacen sin que su partido decida. Vamos a ver lo que los españoles les piden a los partidos en las generales; vamos a ver quién cree el PP de Galicia que tiene que ser el mejor candidato; y vamos a ver lo que vota Galicia en las generales como primer indicio de lo que dirá después.

–¿Y con toda esa información?

–Pues con toda esa información, vamos a decidir. Si me preocupa España, fíjese lo que me preocupa Galicia, que es donde se ha desarrollado mi carrera política. Lo primero es saber si Galicia sigue confiando en el PP; si Feijóo es un buen candidato; y con todos esos datos, qué opina la persona que tiene que ponerse a disposición de su partido y de la Comunidad.

–O sea, usted. ¿Y qué opina?

–Cualquier cosa que diga rompe esos principios que parecen básicos. Para un político lo que opina la gente es lo más importante. Hay una cuestión que no es menor, y es que diez meses antes de las autonómicas se van a celebrar las generales. Si eso no afecta a un político medianamente responsable... Máxime cuando llevo dos mandatos. Un tercer mandato es una decisión que hay que reflexionar bien.

–Pero a la espera de lo que usted vaya a hacer, tendrá una opinión sobre si Rajoy es o no el mejor candidato a las generales...

–Sí lo es. Es un primer ministro europeo muy homologable a los demás de la Unión Europea. La señora Merkel, a la que nadie discute su liderazgo, necesitó pactar con los socialistas para gobernar Alemania; Hollande no era precisamente el político mejor valorado en Francia hasta los atentados; los italianos llevan dos primeros ministros; Portugal, lo mismo; y no hablemos de los griegos...

–Con eso ¿qué me quiere decir?

–Que en la Europa de la crisis un primer ministro como Rajoy ha despertado un enorme interés por cómo se puede pasar de estar entre los últimos de la cola a encabezar la recuperación. Rajoy es la persona que más confianza le da al Gobierno de Europa.

–Pero en el PP sigue el runrún de si tiene que ser o no cabeza de cartel...

–Desde que Rajoy es presidente, cíclicamente siempre hay algunos que opinan esto. Acuérdese del Congreso de Valencia o cuando perdimos en 2008 y volvió a ganar Zapatero...

–Pero hay quien dice que no hay renovación si Rajoy continúa...

–Cambiar de candidato sería una decisión equivocada para el PP e irresponsable para España.

–Y si los resultados no son los deseados, ¿qué pasará?

–Pues si el presidente y el partido sacan una mayoría suficiente para gobernar, se dirá «qué bien se ha hecho»; y si no es así, se dirá «ya te lo decía yo».

–¿Comparte las críticas a su partido de Aznar en ABC?

–No las he interpretado como lo hace usted. El presidente Aznar tiene una visión de lo que tiene que ser el PP. Me pareció una crítica constructiva.

–Cuando se sentó a hablar con Rajoy supongo que le dijo lo qué le parecía mal del partido, tras la pérdida de dos millones y medio de votos...

–Yo le dije lo que me diría a mí cualquier persona que quisiera lo mejor para Galicia y para el presidente de la Xunta. Creo que hemos gobernado, con carácter general, con más aciertos y claros que sombras. Pero además de gobernar, necesitamos explicar; y además de explicar, necesitamos implicar a la gente. Hemos gobernado bien, hemos explicado peor de lo que hemos gobernado y hemos implicado peor de lo que hemos explicado. Ahora la situación permite al Gobierno hacer cosas de las que quería hacer. Tenemos que atraer a dos millones y medio de personas que no nos han votado pero que no han querido votar a ningún otro partido. Tenemos que explicarles que aquí hay solo dos posibilidades: tener un gobierno responsable durante cuatro años o iniciar una senda de incertidumbre y sin un gobierno que lidere la recuperación económica.

–Y para explicarse así es suficiente con nombrar a cuatro vicesecretarios nuevos...

–Mire, lo más importante es que no han sido contestados los cuatro nombramientos. Y esto no es un tema menor. Cambiar todos los vicesecretarios, salvo Javier Arenas, y no tener contestación es importante. Ha habido un cambio generacional y es una apuesta para el futuro. En este aspecto, el presidente ha sido muy pragmático. El cambio generacional que se ha hecho en el PP es una señal.

–¿Está de acuerdo con que Cospedal haya pagado los platos rotos?

–Creo que María Dolores hizo un excelente resultado en Castilla-La Mancha. Es una política que se presenta en un sitio donde el PP nunca había conseguido mayoría absoluta, y la consigue. Que después de una terrible crisis económica y con una Comunidad al borde del rescate, como se dejó Castilla-La Mancha, vuelve a ganar contundentemente a falta de un escaño para la mayoría absoluta. Su comportamiento es muy difícil de mejorar.

–Pero ha sido postergada...

–Esa cuestión les corresponde al presidente y a la secretaria general. Pero ese tándem funcionó. En 2011 se sacó el mejor resultado de la historia del PP en unas municipales y autonómicas. No creo que se pueda poner una sola tacha a María Dolores. Y en el partido ha sido muy generosa aceptando un cambio sustancial en la cúpula con las cuatro incorporaciones.

–En el partido hubo cambios, pero en el Gobierno, nada. Salvo la salida, y por voluntad propia, de Wert...

–Me consta que Rajoy ha escuchado a mucha gente y luego ha decidido. Se habrá hecho una pregunta: ¿me da tiempo a que dos o más personas cuajen en 120 días, cuando mi primera tarea es presentar unas cuentas, un presupuesto, y explicarlo? Y otra: ¿me va a dar tiempo a desmontar una nave y montar otra? Pues probablemente la conclusión a la que llegó es que no.

–¿Está de acuerdo?

–Mire, no creo que hubiera mucha gente que cambiase su voto por un par de incorporaciones.

–Primarias, ¿sí o no?

–Yo me presenté a primarias a finales de 2005 y a principios de 2006 fui proclamado presidente del PP de Galicia. Y entonces no se hablaba de primarias. No hacerlo así hubiera sido un error. Pero el sistema de elección de los candidatos del PP es el mismo que el sistema para elegir al presidente de Estados Unidos. Es un sistema en que los militantes eligen a los compromisarios en listas. Pero la democracia no se inventa en base a un sistema asambleario. Yo soy partidario de las primarias porque sin ellas no hubiera sido presidente del PP de Galicia.

–¿Le inquieta el PSOE?

–Lo de Grecia es la confirmación de que uno puede hacer discursos atractivos, ganar las elecciones, y esos discursos pueden ser letales para un país. Lo de Podemos es previsible, es una enmienda a la Transición de España: no creen en la democracia española, no creen en el Estado de las Autonomías ni en la Unión Europea. A mí lo que me preocupa es el PSOE, que no tiene nada que ver con el de Felipe González. Si lo que le espera a mi país es un presidente Sánchez y un vicepresidente Iglesias, es evidente que la preocupación es grande.

–¿Es Ciudadanos un compañero fiable en el centro-derecha?

–Después del 24-M, solo hay dos posibilidades: PP, o PSOE con Podemos.

–¿Y Rivera?

–Se han perdido miles de concejales y de votos como consecuencia de apoyos a Ciudadanos que ni siquiera han tenido un acta, o, teniéndola, no ha sido suficiente. Un voto a Ciudadanos es un voto de castigo y a favor de que Podemos gobierne con el Partido Socialista. Tengo respeto personal y político a su líder, pero el único voto útil es al PP.

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