La coalición PP+Cs se estrella pero Iturgaiz se queda

El PP vasco, fundido, tendrá cuatro de los cinco escaños. Si el VAR electoral les da el sexto por Vizcaya será también naranja

Carlos Iturgaiz, anoche, en su valoración de los resultados desde Bilbao EFE | Vídeo: EP

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La coalición PP+Cs naufragó anoche pero Carlos Iturgaiz se quedará de capitán de un barco, el del centro-derecha constitucionalista, que lleva muchos años a la deriva en el País Vasco. La ecuación diseñada por Pablo Casado e Inés Arrimadas no sumó, sino que restó a la mitad las fuerzas ya muy debilitadas de este espacio que en su día compitió de verdad con el PNV. Los populares achacan su fracaso a la fuerte abstención registrada, que fue mayor todavía en Álava, su feudo tradicional (48% de participación).

La alianza constitucionalista amarró cinco de los nueve escaños que obtuvo Alfonso Alonso en 2016. Aunque en realidad un asiento es para Ciudadanos, el tercero por Álava, por lo que los populares se quedan con cuatro representantes propios en el Parlamento vasco.

Está en duda si pueden arañar el segundo diputado en Vizcaya que se disputa por menos de 100 votos con Bildu. Los populares confían que las papeletas nulas recurridas anoche y el voto del exterior le den ese puesto, como ya ocurrió en las últimas generales con el escaño para Beatriz Fanjul arrebatado en el escrutinio general al PNV. Sin embargo, ese sexto puesto sería para el portavoz naranja, Luis Gordillo. De ser así, el PP se queda con cuatro escaños y Ciudadanos entraría en la Cámara vasca con dos.

Si Iturgaiz se marchara, su puesto sería directamente para Gordillo, reequilibrando la representación en 3 escaños del PP y 2 de Ciudadanos, una circunstancia que los populares descartan. El partido conservador tiene pendiente la renovación de su dirección regional tras la salida abrupta de Alonso en febrero en su choque frontal con Génova por la estrategia de alianzas con Ciudadanos.

La caída de Vitoria

Solamente 60.000 vascos votaron esta opción electoral frente a los 107.000 de 2016. La caída más dolorosa fue en Álava, hasta ahora bastión fuerte del PP, que gobernó hasta 2015. La coalición apenas obtuvo 14.287 votos (11.800 en la capital), mientras que el PP en solitario consiguió hace cuatro años 27.877 votos. Vox sacó su escaño con 4.722 apoyos en toda la provincia.

Los populares explican este batacazo en la «abstención brutal» que se ha producido en el «centro de Vitoria», que ha sido una de las zonas más afectadas por el coronavirus «de toda Europa». La participación en la ciudad cayó al 48%, cuatro puntos por debajo de la media autonómica (52%), la más baja de la serie histórica.

Los resultados son muy pobres para la que en su día fue segunda fuerza vasca: 251.000 votos sacó Iturgaiz en 1998 y 326.000 Mayor Oreja en 2001. Aquellos eran los tiempos en los que ETA les «mataba como a gorriones con chimbera», como dijo el propio Iturgaiz en una frase terrible que es historia. Los vascos votaron ayer en el 23 aniversario del asesinato de Miguel Ángel Blanco pero hoy muchos ni recuerdan ni les interesa saber quién fue aquel joven concejal de Ermua.

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