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Ada Colau ha sido la estrella principal del mitin de Podemos en Madrid este domingo - REUTERS

Podemos se encomienda a Ada Colau para su remontada

Demostración de fuerza del partido en Madrid, donde brilló especialmente la alcaldesa de Barcelona

Errejón jaleó a los simpatizantes y arremetió contra PP y PSOE: «No os peleéis, hay sitio en la oposición para los dos»

Madrid Actualizado: Guardar
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Podemos se había propuesto hacer magia en Madrid. El escenario escogido, la Caja Mágica; el llamamiento, «hacer historia», y el principal atractivo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, arropando a Pablo Iglesias. Rondaban las 11.000 gargantas gritando remontada cuando, con una hora de retraso, hicieron su entrada Iglesias y Colau junto a Íñigo Errejón, Carolina Bescansa, Rafa Mayoral, Irene Montero, Pablo Bustinduy y Tania Sánchez.

«Ada, t’estimo molt». La frase se la dedicó el candidato a la alcaldesa, y vino a resumir lo que se vivió en este mitin central de campaña. Fue Ada Colau la que levantó a los asistentes, con permiso de Íñigo Errejón, y es de ella de quien se está valiendo el partido para invocar su remontada.

Hasta las letras blancas con las que los asistentes dibujaron la palabra fetiche de Podemos en las gradas acabaron rindiéndose a la alcaldesa y escondiendo de «r» a «t».

Mano en el pecho al grito de presidente, el líder de Podemos se ha dado un baño de masas bajando a la primera fila y recibiendo besos y abrazos antes de volver al escenario. No hubo sorpresas en la intervención de Pablo Iglesias, que repitió las ideas de campaña con las que ya ha recorrido medio país. Homenaje a los abuelos —«los avances sociales no son patrimonio de señores con trajes caros y encorbatados que convirtieron la constitución en papel mojado»—, llamamiento a reformar la Carta Magna —«la constitución está viva, no es el límite de la democracia. Toca hacer cambios constitucionales»— y una apelación constante al patriotismo tal y como lo entiende Podemos —«las banderas tienen que servir para avanzar. Adiós, no nos representáis, nunca más una España sin su gente»—.

Iglesias habló de «ternura», y la colocó como «llave del cambio», con un ojo puesto en las lideresas que hoy son regidoras de los dos principales consistorios del país. «Hay que llenar de sonrisas este país, porque no hay nada más auténtico», sostuvo, y trató de dar ejemplo. Hubo recado a PP y PSOE: «Señores del turno, no solo hemos demostrado que podemos ganaros, hemos demostrado que podemos gobernar mejor», pero se despachó especialmente con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, manteniéndose en la estrategia de los últimos días de ni siquiera nombrar a sus otros dos adversarios. «Rajoy está avergonzando a los votantes de su partido al no permitirles que lo vean debatir con otros candidatos», «su problema no es que es ineficaz» y un legado de «corrupción y desigualdad» han sido algunos de los mensajes lanzados al presidente. «Váyase a casa señor Mariano Rajoy».

«Adiós, no nos representáis, nunca más una España sin su gente»
Pablo Iglesias

«Este país no puede quedarse en el pasado, está mirando ya al futuro. Esto no va de quién se ajusta mejor la corbata, sino de la gente que ha tomado las riendas de la política», ha insistido Iglesias, que ha asegurado que no quiere ser presidente para sustituir a los que gobiernan ahora, sino para ser el «empleado» de los españoles.

Con Colau oyendo su discurso, Iglesias le dedicó un «t’estimo molt», en catalán, para defender su proyecto de «país de países». «A los señores del inmovilismo que dicen que la única manera de ser español es la de ellos les digo: yo soy español y me encanta abrazar al que se siente catalán, vasco, andaluz o gallego para construir un proyecto juntos», ha defendido.

La estrella invitada se ha convertido en indudable protagonista. Ada Colau animó, emocionó y levantó al auditorio como no lo hizo ni siquiera el candidato. Comenzó con un mensaje de cariño a la ciudad: «El Madrid de las plazas es también el Madrid de los catalanes, y desde el 24-M nos sentimos aún más en casa», ha indicado Colau. «Dejó de ser nuestra capital pero puede volver a serlo», ha reivindicado, «esa capital del inmovilismo hace mucho que nos dejó de representar, y queremos recuperarla el próximo 20 de diciembre».

«Tenemos cero experiencia en corrupción, en puertas giratorias, en culpabilizar a los vulnerables, en privilegios. Pero tenemos una larguísima trayectoria a pie de calle parando desahucios y defendiendo los servicios públicos», ha respondido a quienes los acusan de inexperiencia. «Pidan disculpas por todo el dolor causado. Quédense con su experiencia que demasiado experiencia nos han dado ya».

Y un dardo envenenado a Rivera: «No tienen experiencia en la calle y tiene la cara de decir en sus mítines 'sí se puede. Lávese la boca señor Rivera, no en nuestro nombre», ha señalado quien popularizara ese grito de guerra con la PAH.

«No os peleéis: hay sitio en la oposición para los dos»

Tomó los micrófonos el número dos de Podemos y tres en la lista por Madrid, Íñigo Errejón, que insistió en que los otros partidos «no cambian si no viene Podemos detrás» empujando. «Hay algunos que tienen electorado, otros tenemos ciudadanía y pueblo», ha sacado pecho. «Ya no les pedimos que cambien, sino que nos dejen paso», ha insistido. Errejón ha defendido que se ha producido un golpe de Estado «pequeñito, lento y silencioso» en España que ha ido secuestrando la democracia: «se trata de ganar un país entero, es la tarea que tenemos». Y ha hecho una promesa: «No os vamos a fallar».

«El Madrid de las plazas es también el Madrid de los catalanes»
Ada Colau

«Mañana debaten dos señores de una España que ya no es, mirad cómo intentan a parecerse a nosotros. No os preocupéis, no os peleéis, hay sitio en la oposición para los dos», ha jaleado un Errejón que ha levantado a los simpatizantes al grito de remontada. Errejón dio la bievenida a Ada Colau, alcaldesa a Madrid: «Bienvenida a Madrid, esta es tu casa, porque queremos un país con todos».

«¿Y si resulta que podemos? ¿Y si resulta que hay remontada?». La pregunta que llevan haciéndose los líderes de Podemos toda la campaña la convertía en palabras Pablo Bustinduy, número 7 por Madrid. «Honor a los presidentes que se parecen a su gente», clamó el que ya ha sido señalado por Iglesias como el próximo ministro de Exteriores. «No vamos a dar ni un paso atrás para que nos sigan robando lo que es nuestro. Vamos a volver a llenar de alegría las plazas de Madrid», ha dicho Tania Sánchez, 6 por Madrid.

El número 5 por Madrid, Rafa Mayoral, que ya ha convertido la corbata en un habitual en su vestimenta, ha tenido palabras para Colau, compañera de batallas en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que ella presidía y de la que él fue asesor jurídico. «Debemos hacer del amor un instrumento de construcción política», ha defendido. «Defendemos la alegría como una trinchera», ha citado a Benedetti, e invocando, quizás sin querer, el eslogan del expresidente Zapatero en 2011, aquel que pedía «defender la alegría».

Irene Montero, número cuatro por Madrid y a quien Iglesias ha nombrado vicepresidenta, llamó al PSOE «el partido del olvido», que ha traicionado el espíritu socialista y se ha olvidado de su pueblo, y a Ciudadanos como «el partido que se viste de nuevo para traer lo más rancio». «No se nos puede olvidar por qué estamos aquí», ha jaleado.

La número dos, Carolina Bescansa, ha asegurado que la gente hoy es crítica y decide su voto después de escuchar propuestas. «Ya no hay suelo para los partidos, algunos van a descubrir que viven en el subsuelo», ha apostado. «Nos dijeron que dejáramos las plazas y nos presentáramos a las elecciones. Y aquí estamos».

«Debemos hacer del amor un instrumento de construcción política»
Rafa Mayoral

El goteo incesante de personas llegando a la Caja Mágica seguía inundando de morado las gradas del emblemático estadio, pero pasadas las 12.00, seguían los vacíos. A las puertas de la Caja Mágica, merchandising, murales, globos y pulseritas, y grupos de simpatizantes que improvisaban villancicos para contrarrestar el frío. Algunos con más gracia, otros más improvisadas —«dale a la zambomba, y a la pandereta, que estas elecciones yo voto al coletas»—, el objetivo era dejar correr el reloj mientras se llenaban las gradas, algo que por momentos parecía difícil, y con un ojo puesto en Vistalegre, cuna en la que nació Podemos como partido y este domingo inundada de banderas naranjas. Albert Rivera tenía por delante el reto de colgar el cartel de aforo completo en Madrid a pocos kilómetros del acto de Podemos: el pulso entre los dos nuevos partidos estaba echado.

Una hora después, cientos de personas sin entrada seguían haciendo cola a las puertas. Desde Podemos habían hecho un llamamiento a que se acercaran a la Caja Mágica aún sin ticket, con miedo de que las 11.000 vendidas no se tradujesen luego en asistentes al mitin. Para matar el tiempo, vídeos de Juan Carlos Monedero, ausente en esta cita, jaleando al público, conexiones en directo con los que llegaban y se iban, juegos de preguntas y repuestas y el viejo grito del «tic-tac», que bien podría haber valido a la organización como aviso de su retraso.

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